La huelga de hambre que levanta a Canarias contra la turistificación: "Es nuestro último recurso"

Víctor Onésimo Martín asegura que antes de llegar hasta aquí lo intentaron todo. "Empezamos con las concentraciones en 2020, cuando se aprobaron los proyectos, primero con manifestaciones, luego intentamos elevar la protesta e incluso acabamos subidos a las grúas", detalla. Salieron en los medios, arrancaron gestos y se llevaron demandas, pero cuatro años después las máquinas siguen construyendo. Así que hace justo 15 días decidieron que la única forma de conseguir algo era tomar una medida extrema: iniciar una huelga de hambre indefinida. Y aún siguen en ella.

Martín, profesor de la Universidad de La Laguna, es el portavoz del movimiento Canarias se Agota, la plataforma ciudadana que consiguió movilizar a decenas de miles de canarios en las últimas manifestaciones contra el modelo turístico y que mantiene desde el pasado 9 de abril un pulso extremo con las autoridades de las islas. Desde entonces, seis de sus activistas no han vuelto a probar bocado y no lo harán hasta que dos proyectos turísticos, Cuna del Alma y La Tejita, ambos en Tenerife, se paralicen definitivamente. O al menos haya un compromiso de ello. Tras el éxito de las concentraciones del pasado 20 de abril, han logrado que les reciba incluso el presidente de su comunidad autónoma, pero de momento no hay acuerdo que ponga fin a la huelga.

"Es importante recalcar que es una medida extrema, pero no teníamos otra opción. Se ha tomado tras muchos años de protestas y avisos sobre la situación del archipiélago y cómo Canarias se iba agotando", comenta Martín. "No queremos acabar con el turismo, pedimos que se replantee el modelo. Que de primeras se haga una moratoria que evite más situaciones como esta y después evaluemos la situación entre todos. Se puede estudiar cómo de agotada está cada isla y ver dónde estamos al límite y actuar. Los propios políticos canarios hablan siempre de que estamos en una situación de emergencia, pero no hacen nada para atajarla", comenta.

Los casos de La Tejita y Cuna del Alma se han convertido en el símbolo del hartazgo de los canarios por la situación turística. Son dos grandes proyectos que llevan varios años de desarrollo y con una contestación social continuada. Además, ambos han pasado un vía crucis judicial que sigue sin aclararse. Movimientos ecologistas como los que lideran 'Canarias se agota' llevan casi una década peleando contra ellos, pero el éxito de su movimiento en la actualidad es que ha sobrepasado a los círculos ambientalistas. Su lucha encaja con el empeoramiento del nivel de vida de los canarios y el aumento sin control de la turistificación. "Es algo que afecta a todos".

El caso de La Tejita es ya un clásico de las islas. Un hotel de cinco estrellas cuyo proyecto empezó en 2015 y que a día de hoy es un esqueleto de hormigón en la playa del mismo nombre, una de las pocas vírgenes que quedan en la isla. El proyecto no ha parado de tener choques con la Justicia y con los vecinos, desde sus inicios pero en febrero de este año la promotora anunció que reanudaba las obras tras más de 2 años paradas. La última decisión sobre este hotel llegó el pasado 6 de marzo, cuando la Dirección General de la Costa y el Mar consideró que la promotora carecía de título habilitante para reanudar las obras del complejo hotelero.

El plano de Cuna del Alma es bastante más ambicioso. Un macrorresort proyectado en las playas del Puertito de Adeje con una superficie de 400.000 metros cuadrados, 420 apartamentos y villas de lujo. Además, incluye spa, playa semiprivada y hasta una granja. En este caso, la última resolución llegó en febrero cuando el Gobierno autonómico archivó el expediente de sanción que se impuso a la promotora y que preveía una multa de 110.000 euros y la paralización de las obras. El megaproyecto no solo se ha encontrado con la oposición de los lugareños, sino que incluso se les ha relacionado con la destrucción de un yacimiento arqueológico guanche.

Una acusación que confirmaron técnicos del Cabildo de Tenerife hace ya dos años en un informe. Aunque ese mismo cabildo ahora está a favor de recuperar el proyecto con el objetivo de mejorar las perspectivas económicas y de empleo de la isla. "Los políticos no hacen más que pasarse la pelota, pero ninguno acaba de actuar. Todos sabemos que en las islas estamos al límite, la emergencia es obvia y la admite la administración, pero nadie se atreve a parar este modelo. De ahí que nos hayamos plantado todos", remarca Martín.

En la plataforma de Canarias se Agota se han unido muchos de los movimientos creados para protestas contra estos proyectos, pero, asegura Martín, también hay mucha más gente. "En todas las islas estamos sufriendo el impacto de la turistificación exagerada y sin control. Además del asunto medioambiental, tenemos el problema de los apartamentos vacacionales que ya casi ofrecen más plazas que la propia industria hotelera, está el asunto de los alquileres y el coste de la vida", detalla

¿Hartazgo con lo que te da de comer?

Los activistas son conscientes de la situación de Canarias y aunque exigen un cambio en el modelo de desarrollo de su tierra, recalcan que no van contra el turismo, sino contra la dependencia exagerada y sin freno de esta industria. "Hay zonas claramente colapsadas y que creemos que necesitan incluso un decrecimiento en el modelo. Por eso lo primero es frenar las licencias", añaden.

Sin embargo, hablar de esos términos causa vértigo en una economía tan dependiente del turismo como la canaria. Este sector emplea a algo más del 40% de la población allí y en la actualidad genera en torno al 35,5% del PIB regional (nunca había llegado a ese porcentaje). En 2023 el archipiélago recibió a un total de 14 millones de turistas (su población, aunque Canarias también es una de las regiones que más crece en ese sentido, es de algo más de 2 millones). Las islas atlánticas son el tercer destino preferido de los turistas internacionales que llegan a España y crece sin freno en los últimos años (con la salvedad de la pandemia).

Esta demostración de fuerza en su industria turística ha convertido a Canarias en la región que más ha visto crecer su Producto Interior Bruto tras el covid, quedando muy por encima de la media nacional. Sin embargo, los datos también muestra las razones de muchos de los canarios para el cabreo. La autonomía es la tercera región con el PIB per cápita más bajo, quedándose en 22.303 euros al año, solo mejor que los 21.091 de Extremadura y los 21.343 de Andalucía, según el INE. También está en los puestos de cola la lista en el indicador de renta bruta disponible de los hogares. Peor incluso están en la Encuesta de Condiciones de Vida del INE, pues son la segunda comunidad con mayor tasa AROPE de riesgo de pobreza o exclusión social.

Tras las manifestaciones del pasado fin de semana, el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, reconoció el lunes "las debilidades de nuestro sistema como archipiélago y nuestro sistema económico", y señaló que "las cosas tienen que cambiar" y que hay que revisar y "resetear" el modelo turístico. "Hay que cambiar cosas, hay que revisar cosas y yo creo que en ese camino estamos todos y me ratifico lo que dije antes de la manifestación, que esto es una oportunidad" para realizar "un trabajo serio, riguroso, científico y escuchando a los expertos para poder afrontar las modificaciones que tenemos que hacer a corto, a medio y a largo plazo", afirmó. Respecto a los dos proyectos turísticos concretos, Clavijo anunció el pasado lunes que iba a convocar a la alcaldesa de Granadilla, al alcalde Adeje y a la presidenta del Cabildo de Tenerife para analizarlos.

Ya en febrero, Clavijo reconoció que Canarias sufría un importante problema porque "los ricos son más ricos y los pobres son más pobres" al haber un 3% de la población de su comunidad que acumula el 58% de la riqueza. Pero colectivos como Canarias se agota ven que esas declaraciones caen en saco roto. "De momento hemos conseguido reunirnos con él, pero no ha ofrecido ninguna solución a los problemas que planteábamos, por eso seguiremos en la lucha, comenta Martín. "Los huelguistas a pesar de su situación más que delicada (uno de ellos ha tenido que dejar la huelga) dicen que están fuertes y que sigamos adelante", termina.