Sánchez anuncia la construcción de un nuevo buque en Ferrol en vísperas del 18-F

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viajó esta mañana a los astilleros públicos de la ría de Ferrol para llevar, en persona, un gran regalo de Reyes para la industria gallega: la construcción de un nuevo Buque de Aprovisionamiento de Combate (BAC) para la Armada.

Era un barco que la plantilla llevaba años reclamando y que llega en vísperas del 18-F. El anuncio cogió al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, desplazado a Fitur y sin presencia del Gobierno gallego. Tampoco estuvo el candidato del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, que para evitar suspicacias presidía la Comisión de Transportes del Congreso.

En números, el nuevo BAC son 439 millones de euros de inversión y 3 millones de horas de trabajo para 1.800 personas en ocupación directa y auxiliar en Ferrol. Su diseño y ejecución implica a 300 empresas españolas, de las que 135 corresponden a la comarca ferrolana, históricamente castigada por el desempleo e íntimamente ligada a los astilleros en un monocultivo industrial asfixiante. De la carga de trabajo de la ría, con dos astilleros en Fene y Ferrol, depende toda la economía comarcal y el 11% del empleo industrial de Galicia.

Sánchez avanzó que el nuevo buque se acometerá "con la máxima celeridad", incorporando todas las innovaciones tecnológicas que aplica Navantia, pionera en el gemelo digital en el programa de las cinco fragatas F-110 para Defensa, también asignadas a Ferrol y que darán ocupación al naval público hasta el 2032 por 4.300 millones de euros.

Es la segunda visita del Presidente del Gobierno a Navantia Ferrol en poco más de un mes. El 16 de diciembre hizo doblete al asistir al corte de chapa de la F-112 (la 2 de 5 fragatas) y colocó el primer ladrillo de la fábrica digital de bloques que se levanta junto a los muelles. Sánchez cifró en más de 140 millones de euros las inversiones realizadas en los astilleros públicos de la ría gallega por sus ejecutivos, "la mayor en cien años" -destacó- como "palanca de transformación y oportunidad para Ferrol". Una apuesta por "conjugar el verbo reindustrializar en clave sostenible y digital".

El presidente del comité de empresa, Carlos Díaz (MAS), celebró el nuevo contrato pero pronto pasó a reclamar la construcción de un dique para buques de gran porte. En la lista de deberes que desde la parte social trasladaron a Sánchez durante un breve encuentro en la factoría está, también, el impulso a la división de reparaciones navales (Carenas), la modernización de las instalaciones y el rejuvenecimiento de la plantilla, un Plan de Empleo y el impulso a la negociación del convenio colectivo con la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) donde se encaja Navantia.

A la demanda del nuevo dique seco se sumó la conselleira gallega de Industria, Maria Jesús Lorenzana, que se refirió al contrato de un nuevo BAC como una "tirita" que el Gobierno central pone sobre Navantia: "Se tienen que reforzar las infraestructuras para los nuevos proyectos de hidrógeno verde con una apuesta real a medio plazo para aumentar la carga de trabajo". "Desde el Comité y desde la Xunta, estamos pidiendo al Gobierno central que se garantice a medio plazo el futuro de la empresa que pasa por modernizar la empresa para los nuevos tiempos y nuevos barcos más grandes", declaró Lorenzana.

El segundo mayor buque de Defensa

El nuevo buque será uno de los más grandes de la Armada, solo por detrás del LHD ‘Juan Carlos I’ y muy similar al BAC ‘Cantabria’, que salió de las gradas del astillero ferrolano en 2008 con 174 metros de eslora (largo). Es un tipo de nave versátil y multipropósito para el suministro de víveres, munición o combustible al resto de la flota. La orden de ejecución estaría programada para este verano y el corte de chapa -el acto que marca el inicio de la fabricación de un barco en el argot naval- se realizaría hacia finales de este año, de acuerdo a las estimaciones de la empresa.

El Comité ha solicitado una reunión con la dirección de la factoría para conocer los pormenores de un contrato y valorar las necesidades técnicas y humanas de los próximos meses.

Las factorías de Navantia en Galicia también despuntan por su apuesta por la eólica marina a través de la división de Seanergies que se ubica en la antigua Astano (Fene), un viejo astillero civil sacrificado en la entrada de España en la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1984 que le impuso un veto de 30 años.