La joven mexicana acusa a la exedil de Ourense de amenazarla con las "altas esferas políticas"

La denuncia de la joven mexicana que dice haber sido explotada contra su voluntad por una exconcejala del PP en Ourense describe un cautiverio de 11 años bajo maltratos y amenazas. Según el documento al que ha tenido acceso íntegro El Confidencial, la entonces edil del ayuntamiento gallego hacía valer sus conexiones políticas para intimidar a la chica, a la que trajeron de México en 2010, cuando apenas tenía 18 años recién cumplidos. El pasado junio se presentó en el consulado de México de Madrid con escasas pertenencias y las autoridades de su país le facilitaron el regreso a casa, donde su madre llevaba años denunciando su desaparición.

“Carmen Carballo Fernández [la exconcejala del PP] le mencionaba tener contactos en las más altas esferas de la política española, con la policía casi a su disposición y con muchos medios para hacer daño a su tío o a su madre en México, que podrían desde plantarles droga o hasta quitarles la vida que en México tenía, según ella, un precio muy bajo”, sostiene la denuncia recibida en julio en el Departamento de Extranjería de la Fiscalía. Desde ahí se derivó al ministerio público de Ourense, que indaga los hechos en las diligencias 110/22.

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La chica se llama Marlene R.H. Procede de una familia con pocos recursos. Su padre murió cuando era adolescente. La familia Carballo Fernández tiene negocios en México, entre ellos, un hotel donde trabajaba el tío de la joven. Así es como conocieron a Marlene y le ofrecieron viajar a España para trabajar, continuar sus estudios y emprender una nueva vida en Europa. Según la denuncia, la oferta se la hizo la madre de la exconcejala: “Le prometió un trabajo en España como empleada del hogar, pagándole un salario acorde a las condiciones laborales españolas y la tramitación de las respectivas autorizaciones administrativas”. Le pagaron un vuelo y el 11 de diciembre de 2010 llegó por primera vez a Ourense.

"No recibía salario alguno por su trabajo ni le fue regularizada su situación migratoria o laboral. Su pasaporte fue retenido"

Recaló en un piso de la calle del Paseo, donde se dedicó a cuidar de la mujer mayor y su marido y a hacer labores de limpieza. “No recibía salario alguno por su trabajo ni le fue regularizada su situación migratoria o laboral. Su pasaporte fue retenido por la señora Carmen Carballo Fernández desde el momento de su llegada a España, a fin de —según ella— tenerlo a buen recaudo”, narra la denuncia. Durante los primeros años en España, Marlene hablaba regularmente por teléfono con su madre, pero pasado un tiempo los Carballo cortaron “de manera unilateral el contacto, rompiendo las hojas donde estaban apuntados los números de teléfono de los familiares de Marlene en México”.

El motivo de la huida

La joven sostiene que los problemas más graves comenzaron a partir de ese aislamiento. Alega “maltrato físico por parte de Carmen Carballo Fernández, quien le llegó a golpear en una docena de veces, y de maltrato psicológico por parte de ella y de su madre, quienes la insultaban y se expresaban peyorativamente respecto a ella y su trabajo”. “En los últimos meses, y previo a su huida, como parte del maltrato psicológico, Carmen Carballo llegó a decirle que su madre en México había muerto y que su hermano estaba en la calle”.

Esto supuso un punto de inflexión para Marlene, según el texto de la denuncia, porque le hizo perder el miedo: si su madre ya no podía sufrir represalias, entonces ya no había nada que perder. Fue así como decidió que tenía que escapar y buscar a su hermano en su país. El relato de Marlene remitido a los investigadores cuenta que contó con la ayuda de un miembro del clan familiar en su escapada. Fue la tía de la exconcejala y hermana de la señora a la que tuvo que cuidar en España. “Al escuchar el relato de Marlene, decide apoyarla con medios económicos y con un teléfono móvil para que pueda pedir ayuda a las autoridades de su país. Aprovechó esta ayuda para desplazarse a Madrid y acudir a la sección consular de la embajada de México”.

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Carmen Carballo Fernández y su madre no dan crédito al ser preguntadas por estos hechos. Aseguran que la trajeron a España “por caridad”. Niegan rotundamente haberla secuestrado. “Yo nunca he tenido relación con ella”, afirma la exconcejala del PP en Ourense. “Se le ponía de rodillas a mi madre: ‘Señora, no me mande para México porque yo allí no tengo nada. Déjame quedarme un poco más’. Te estoy hablando de hace un montón de años. Nosotros no tenemos ninguna relación con esa persona”.

"Fíjate en la foto: está muy sonriente"

“Sabemos que tuvo relaciones con un anticuario aquí en Ourense que apareció muerto. Por favor, que investiguen quién ha matado a esa persona”. A pesar de estas sospechas, dicen que la dejaban vivir en una casa de la familia en el pueblo de Maceda desde 2013, donde hacía vida de forma autónoma. “Los vecinos nos decían que de noche la venían a buscar hombres”, declara. Sin embargo, los documentos policiales que obran en el expediente desmienten la versión de Carmen Carballo, al menos en este punto. La Policía dejó por escrito que Marlene vivía con ellas cuando la familia de la joven denunció su desaparición desde México en 2016.

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“Yo nunca hablo de trabajo o de dinero, nadie sabe lo que soy”, contesta la exconcejala para desmentir que usase sus conexiones políticas como amenaza. Defiende a su madre: “Cómo será que les abre la puerta a los negritos en la calle cuando viene la policía para que no les quiten lo que venden”. Durante la conversación telefónica, se escucha por detrás a la señora mayor acompañar las explicaciones de su hija con comentarios hasta que finalmente decide tomar el teléfono ella misma. “Esto es la sorpresa más grande de mi vida. Cuando la conocí [a Marlene] en el hotel, era un cadáver andante, pesaba 38 kilos”.

Se escudan en las declaraciones que prestó la joven ante la Policía cuando tuvo que responder a la denuncia que presentó su madre por desaparición. Marlene dijo entonces que quería quedarse en Ourense, aunque tras su huida, ya en el consulado, aclaró que aquello lo declaró bajo presión y por miedo a las amenazas. Carmen Carballo insiste en negarlo. Como prueba, aporta la foto del documento de Marlene que acompañó la petición de asilo en 2018: “Fíjate en la foto: está muy sonriente…”.