Ourense rompe la tranquilidad en el PP gallego al exigir a Feijóo un congreso extraordinario

La calma tensa en el PP gallego se rompió por donde todos esperaban. El incómodo silencio que reinaba ante la inminente llegada de Alberto Núñez Feijóo a Génova lo ha alterado el presidente de los populares de Ourense, José Manuel Baltar, con la reclamación de un congreso extraordinario en el que se dirima quién toma el mando en el partido a largo plazo. El relevo en la Xunta para lo que resta de legislatura está condicionado por la obligación de buscar sustituto en el grupo parlamentario. Para esa responsabilidad, Baltar apuesta por el vicepresidente primero, Alfonso Rueda. Pero el barón provincial deja claro que la decisión relevante no es esa, sino quién sucederá a Feijóo en el partido, después de que este miércoles firmara su renuncia a la presidencia del PPdeG.

El hiperliderazgo que ejerce Feijóo en Galicia desde hace 16 años ha tapado hasta ahora el debate sobre su sucesión, en vísperas de asumir unas responsabilidades como líder nacional, incompatibles estatutariamente con la presidencia de los populares gallegos. Pese a la relevancia del momento, nadie había osado desafiar el mutismo del líder gallego, que viene dando largas a su relevo en la Xunta y no ha dado pistas sobre el orgánico. Para la presidencia del Gobierno gallego, crece la sensación de que optará por entregársela a Rueda en cuestión de semanas. En cuanto al PP, su carta de renuncia no aclara cómo será afrontada, por lo que se da por supuesto que asume las responsabilidades de forma interina su secretario general, Miguel Tellado.

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Pero a Baltar esa solución no le sirve a medio plazo. Quiere un congreso extraordinario en el que se enfrenten a pecho descubierto aquellos dirigentes que se consideren con opciones, consciente de que esa es la sucesión realmente importante. No en vano, también por estatutos, el presidente del partido en Galicia será candidato a la Xunta en 2024, y ahí ya no hay tanto consenso alrededor de la figura de Rueda. De hecho, Baltar lo defendió para asumir la presidencia del Ejecutivo solo de forma interina y por simple “orden de prelación”, al ser el vicepresidente primero.

“Todo parece indicar que hay un orden de prelación en las vicepresidencias. Por tanto, todos parecemos coincidir en que aquella persona que lleva con Feijóo desde 2009, formando parte del Gobierno de Galicia, está con muchísima ventaja”, señaló Baltar a inicios de semana, rompiendo así el acuerdo tácito de no abrir ese melón hasta que Feijóo lo señale. E inmediatamente desvinculó esa responsabilidad de la presidencia del partido y la consiguiente candidatura de 2024, cuestión de la que “también habrá que hablar en su momento”. Para ese cargo, apuntó, “evidentemente” el PPdeG necesita “un liderazgo fuerte”.

"Que nadie dude de que, cuando toque, Ourense tendrá su opinión"

En esa lucha, la del puesto clave de presidente del PP, el líder provincial y de la Diputación de Ourense no se descarta. Lejos de ello, alardeó de expediente electoral. “Presido la provincia que exhibe los mejores resultados del PP. En este momento, el Gobierno de la Diputación es el más importante a nivel autonómico después de la Xunta, la única gran ciudad en la que cogobernamos es la capital y tenemos gobiernos populares en 61 de los 92 ayuntamientos”, anotó, para añadir que le toca “vehiculizar” esas cifras y, “en su momento”, hacerlas valer en el “órgano correspondiente”.

No es la primera vez que Baltar amaga con asumir mayores responsabilidades en el PP. Cuando Feijóo sopesó lanzarse a la carrera por la sustitución de Mariano Rajoy, el líder ourensano inició una agenda de reuniones y actos que se interpretaron como una toma de posiciones ante la eventual salida del líder hacia Madrid. Él replicó que se limitó a estar “expectante”, pero avisó: “Que nadie dude de que, cuando toque, Ourense tendrá su opinión”. Ahora, la sensación en el partido es la misma. Baltar quiere influir, ejercer un veto e incluso decidir quién será el nuevo líder del PP de Galicia, el dirigente que afrontará las difíciles elecciones autonómicas de 2024. “Su estilo no es mandar, sino controlar quién manda”, resume un diputado de la oposición.

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Feijóo, que fracasó en 2010 en su intento de relevar a Baltar en Ourense, se vio forzado a entrar en el debate abierto por el barón provincial. Le agradeció “su disponibilidad para hacer esto de forma rápida” y expresó su reconocimiento a las cifras de Ourense, “una de las provincias con resultados más incontestables, no solo en Galicia sino en el conjunto de España”. También movido por las urgencias del barón provincial, concretó un poco más los plazos de su sucesión en la Xunta, aunque de forma vaga. Será “a partir de la primera semana de abril”, es decir, inmediatamente después de ser elegido presidente del PP de España, cuando tocará “empezar a concretar” cuál es la fórmula elegida. Del partido no dijo nada.

El relevo

La presidencia del PPdeG quedará finalmente vacante este viernes, cuando se haga efectiva la renuncia de Feijóo. Del relevo, lo único cierto es que Tellado asume la responsabilidad de forma interina, no se sabe por cuánto tiempo. La carta de renuncia no aclara nada al respecto. En ella, Feijóo destaca el “enorme capital humano y político” de la formación en Galicia, su implantación territorial y su militancia activa, por lo que se muestra seguro de que se mantendrán las mayorías logradas en los últimos 13 años.

Antes de la firma de esa carta de dimisión, y espoleados por Baltar, los principales actores de la sucesión en la Xunta salieron al paso de sus declaraciones. Entre ellos, el propio Rueda, que agradeció su confianza, pero evitó dar pistas sobre su futuro y sus aspiraciones. Otro posible aspirante, el vicepresidente segundo, Francisco Conde, aseguró que no está “en ningún tipo de carrera”. El portavoz parlamentario, Pedro Puy, se descartó a sí mismo e inclinó la balanza a favor Rueda, al comentar que Baltar es “un observador privilegiado de la política gallega”. “Si hay un cierto grado de coincidencia [en torno a Rueda] en todas las declaraciones, por algo será”. Todo ello, en cuanto al relevo al frente del Gobierno gallego. Respecto al del partido, el silencio sigue siendo generalizado, a dos días del adiós definitivo de Feijóo.