El PSOE avisa a Iglesias de que habrá "Gobierno socialista" y sube la presión a Cs

Las elecciones, todas las elecciones, acabaron. Ahora toca que cada partido "resetee sus estrategias" y piense en la gobernabilidad y estabilidad del país y de los territorios. Aparcar el modo campaña. Y eso incluye que se dejen atrás las palabras gruesas y la confrontación pura y dura. Un mensaje que el PSOE dirige a Ciudadanos, especialmente, sobre quien quiere hacer recaer toda la presión a partir de ahora porque una parte del poder institucional autonómico y municipal depende de la formación de Albert Rivera. Pero también la dirección federal tiene otro recado para Unidas Podemos. Visto su descalabro en las urnas el 26-M, su posición negociadora queda debilitada, por lo que Pablo Iglesias ha de ir asumiendo, señala Ferraz, que en el Estado habrá un "Gobierno socialista", que pueda incorporar a independientes progresistas. Pero, de entrada, no habrá ministros con carné de la formación morada.

La ejecutiva federal del PSOE analizó este lunes por la tarde los buenos resultados del 26-M —de hecho, se recreó más en los datos positivos que en los borrones, al contrario de lo que sucedió la misma noche electoral, cuando pesó más el fracaso por la imposible reconquista de Madrid—, aunque sin la presencia de Pedro Sánchez. El presidente en funciones, que por la mañana se reunió en la Moncloa con la baronesa andaluza, Susana Díaz, para destensar las relaciones, voló después hasta París para reunirse con el mandatario francés, Emmanuel Macron. Una imagen que le encaja, por cierto, con su propósito de redoblar la presión sobre Rivera, socio del presidente galo.

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Tras la reunión de la cúpula, compareció el secretario de Organización y ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, la persona que además pilotará las negociaciones con el resto de formaciones a distintos niveles. El número tres insistió en que antes de la campaña de generales y antes de la del 26-M, el PSOE mantuvo la "misma posición", que es "dialogar, escuchar", pero partiendo de la idea de conformar un Ejecutivo "de orientación socialista, abierto a independientes progresistas y comprometidos con el cambio social, con los nuevos tiempos y las nuevas sensibilidades". "En definitiva, un Gobierno socialista", resumió él mismo.

Sánchez quiere un Ejecutivo de "orientación socialista, abierto a independientes progresistas y comprometidos con el cambio social"

Así, Ábalos estaba prácticamente cerrando la puerta a un cogobierno con Podemos. Es lo que Iglesias volvió a reivindicar este mismo lunes, incluso después del varapalo sufrido por Unidas Podemos en las elecciones autonómicas, locales y europeas del 26-M. De todos modos, el secretario de Organización no se quiso pillar por completo los dedos y, a la pregunta directa de si podía descartar a Iglesias como ministro, recordó que es el presidente quien tiene la potestad para configurar su Gabinete.

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"Condición de ganadores"

Sin embargo, como corroboraron algunos de los asistentes a la reunión, ahora se torna casi impensable que Podemos pueda entrar en el Ejecutivo, ya que su fuerza ha mermado tras el paso de las segundas urnas. Los socialistas necesitan a los morados en comunidades como Comunitat Valenciana, La Rioja o Baleares, y quizá también en Asturias o Aragón, pero en cambio en Canarias pueden optar por una entente de izquierdas o bien con una alianza con Coalición Canaria, por poner algunos ejemplos. En Madrid, no habría opciones porque tanto en la comunidad como en el ayuntamiento de la capital PP y Cs pueden sumar con Vox.

El PSOE lo va a pelear todo y va a intentar que prevalezca la voluntad mayoritaria de los ciudadanos

El mensaje no obstante que quiso trasladar Ábalos es que el PSOE "no da por perdido nada" para alcanzar acuerdos en todos los territorios en los que ha ganado las elecciones. "El PSOE lo va a pelear todo y va a intentar que prevalezca la voluntad mayoritaria de los ciudadanos". Los socialistas, pues, harán valer su "condición de ganadores" y defenderá "la posición que le corresponde". Enseguida criticó a los que han celebrado su derrota "como si fuera una victoria", dando por hecho que conseguirán el apoyo de otras fuerzas, singularmente Vox, "sin valorar la conveniencia de tal apoyo". "Se precipitan y desprecian lo fundamental, el resultado de las urnas", recalcó.

En los próximos días y semanas, hasta que se configuren ayuntamientos —todos los consistorios del país han de constituirse el 15 de junio— y comunidades, el PSOE va a seguir redoblando la presión sobre los naranjas. Ábalos pidió a Cs que "no insuflen aire a Vox en las instituciones", que no se convierta en la "llave" que "dé acceso a la ultraderecha en los gobiernos locales y autonómicos". Ahora que los socialistas han "pinchado la burbuja de la extrema derecha en España" —el partido de Santiago Abascal ha pasado de 2,6 millones de votos, un 10,26% en las generales a 1,3 millones de sufragios y un 6,20%—, "no sería comprensible que un partido liberal les diera ese ánimo", ese impulso que además no "entenderían" sus homólogos europeos.

Por eso, el número tres insistió en que las campañas "ya han terminado", las decisiones de los ciudadanos están sobre la mesa y las formaciones políticas deben "resetear sus estrategias pensando en el interés nacional".

La dirección socialista quiere hablar a partir de ahora con todas las fuerzas, incluida Cs, para llegar a acuerdos que le preserven el mayor poder posible. La suma de socialistas y naranjas conseguiría la mayoría absoluta en Aragón —allí se antoja más sencillo el apoyo al barón Javier Lambán, por su posición más crítica con Sánchez—, Castilla y León —más complicada, precisamente por la cercanía del líder regional, Luis Tudanca, al presidente en funciones— y Murcia. Ambas formaciones no superarían ese umbral, en cambio, en Madrid (ni en la comunidad ni en el ayuntamiento de la capital), las dos joyas más preciadas. En ciudades como Burgos, Palencia, Cáceres, Badajoz, Guadalajara, Ciudad Real, Jaén, Granada, Zaragoza y Huesca también la entente de PSOE y Cs bastaría para alcanzar la absoluta.

La reunión con Macron

En esa vocación de "no dar por perdido nada" también entra la Comunidad de Madrid. Ferraz no da "por hecha la coalición de derechas", porque el PSOE fue primera fuerza —no lo era desde 1987— y porque Cs habrá de decidir si da su respaldo a un PP que ha encadenado "un caso de corrupción tras otro" y que ha salpicado o metido en la cárcel a varios presidentes regionales (Alberto Ruiz-Gallardón, Cristina Cifuentes e Ignacio González). Y en Castilla y León, los naranjas, dijo, tienen la "oportunidad de cambiar un proyecto agotado y de liderazgos cuestionados". "Con la misma argumentación" con la que Rivera echó al PSOE en Andalucía, para proceder a un "cambio de régimen", debería desalojar al PP de la Junta de Castilla y León, que gobierna desde hace 32 años. También calificó de "despropósito" e "irresponsabilidad" que la candidata al Gobierno madrileño, la popular Isabel Díaz Ayuso, haya afirmado que quiere utilizar el Ejecutivo regional para confrontar con el de Sánchez. Esos usos, dijo, han de desterrarse de la política.

El PSOE ni siquiera da por perdida la Comunidad de Madrid (recuerda a Cs el historial de corrupción) ni CyL (por las disputas y el agotamiento del PP)

A esa estrategia de presión sobre Cs se añade una de las fotos de este lunes, la entrevista en El Elíseo con Macron, para analizar los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo, tanto a nivel nacional como en toda la UE —el PSOE, con su espectacular 32,84% de los votos y 20 eurodiputados— quedó como la principal delegación socialdemócrata en la Cámara— y la renovación de los principales cargos institucionales de la Unión. Cargos "que deben reflejar la nueva mayoría en el Parlamento Europeo, que ya no es solo del PPE, sino que ahora incluye a los socialdemócratas y a los liberales". Ambos presidentes lideran sus respectivas familias políticas, la liberal y la socialista, y defienden, subrayaba este lunes la Moncloa, la necesidad de formar una alianza de fuerzas progresistas y europeístas que frene a la ultraderecha. La Moncloa remarcó, en un comunicado posterior, que el encuentro se desenvolvió en un ambiente de "excelente sintonía". Ambos, que estuvieron departiendo acompañados de sus 'sherpas', José Manuel Albares y Clément Beaune, charlaron sobre "las grandes líneas que la UE debe seguir en los próximos años y que, para España, pasan por construir una Europa más social".

Este martes, Sánchez se reunirá en Bruselas a solas con la canciller alemana, la democristiana Angela Merkel, y asistirá a la cena informal con los jefes de Estado y de Gobierno de la UE para abordar ese reparto de cargos en la nueva legislatura.

El PSOE espera que estas dos jornadas sirvan de palanca para impulsar acuerdos con Cs en comunidades y ayuntamientos. En Ferraz se escuchó el 28-A el "¡Con Rivera no!" que coreaban las bases. La dirección quiere respetar ese criterio a nivel nacional, pero es consciente de que en los territorios necesitará el apoyo pasivo o activo de Cs para mantener su cuota de poder. Pero será difícil, por no decir imposible, en muchos casos. Y no, desde luego, en Madrid, la comunidad en la que la cúpula había volcado todas sus expectativas y que se tradujo en un sonoro fiasco. Ferraz no tiene previsto acelerar ningún congreso extraordinario en la federación. Ábalos agradeció, en ese sentido, la movilización mayor de la militancia en estas campañas y el "esfuerzo y trabajo hecho". Todo parecía tocarse con la punta de los dedos. No fue así.

Una comisión negociadora pilotada por Ábalos y Cerdán

La ejecutiva federal de este lunes creó una comisión de seguimiento y evaluación de propuestas de acuerdos para los gobiernos autonómicos y locales. Es decir, un órgano que estudiará los planteamientos que lleguen de las federaciones y a los que dará el visto bueno si respetan la doctrina general del PSOE. 

La comisión estará tutelada por el secretario de Organización, José Luis Ábalos, y su mano derecha, el secretario de Coordinación Territorial, Santos Cerdán, y también integrará a los responsables de Política Federal y Política Municipal, los diputados Patxi López y Susana Sumelzo. 

La comisión estudiará los diferentes escenarios y escuchará al resto de formaciones políticas, y será "flexible" con las circunstancias especiales de cada comunidad y cada municipio. 

Los socialistas, dijo Ábalos, están dispuestos a encontrar "puntos de convergencia" con otros partidos, lo que no excluye que sigan considerando como "socio preferente" a Podemos en lo que se refiere a "explorar y alcanzar acuerdos programáticos y de gobierno, sin dar por supuesto nada ni excluir nada, siendo humildes, realistas y conscientes de dónde nos han situado a cada uno las urnas".

Uno de los pactos conflictivos será, sin duda, Navarra. Allí no suma por sí misma la derecha integrada en Navarra Suma (PP, UPN y Cs), con 19 escaños (la mayoría absoluta se sitúa en 26 diputados), ni tampoco el cuatripartito que ha dirigido la comunidad foral en esta última legislatura (Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra). Los socialistas, que suben de 7 a 11 actas, tendrán la llave.

Ábalos ya afirmó este lunes que no buscará la colaboración, ni el apoyo, ni tejerá ningún acuerdo con EH Bildu. Así que el PSOE ofrece a Cs acuerdos que "pongan freno a las fuerzas que no respetan la Constitución, vengan de donde vengan", se llamen Bildu o Vox. Por su parte, la líder de los socialistas navarros, María Chivite, insistía este lunes en que su objetivo es "construir un Gobierno de progreso" en la comunidad foral. Una suma de PSN, Geroa Bai, Podemos e I-E no alcanzaría la absoluta: requeriría la abstención de Bildu. Ante esa eventualidad, Ábalos no se posicionó. Aseguró que hay que esperar a que llegue la propuesta de la federación.

En Canarias, los socialistas pueden sumar bien con Coalición Canaria (cuyos dos diputados en el Congreso pueden allanar la investidura de Pedro Sánchez) o bien con Nueva Canarias, Podemos y la Agrupación Socialista Gomera. Misma respuesta del secretario de Organización: el partido ha de elevar su planteamiento a Madrid. 

Ábalos presumió del poderío socialista emanado de este 26-M. El partido ganó por primera vez desde 2003 las elecciones locales. Obtuvo 6,6 millones de votos, un 29,26%, y 22.329 concejales (fueron 5,5 millones, un 25% y 20.957 ediles). Sobre 147 ciudades de más de 50.000 habitantes (incluidas capitales autonómicas y de provincias), el PSOE ha sido primera fuerza en 74, en algo más del 50%. Obtiene 14 mayorías absolutas, frente a las dos de 2015 (Vigo y Soria). El PSOE aspira a presidir al menos 21 diputaciones provinciales de un total de 38, tres más de las que tenía en sus manos hasta ahora, y está en disposición de hacerse con cabildos insulares y consejos de Baleares. 

El PSOE fue primera fuerza en 10 de las 12 comunidades autónomas en disputa este 26-M. En dos de ellas, en Castilla-La Mancha (Emiliano García-Page) y Extremadura (Guillermo Fernández Vara), logró mayoría absoluta. Y en las europeas, el candidato, Josep Borrell, logró un 32,84% y 20 eurodiputados del total de 54 a reparto (en 2014 fue un 23% y 14 escaños).