Sánchez pide a PP y Cs que huyan de Vox: "Es hora de que se levante el cordón sanitario"

Las expectativas eran tan altas que incluso una victoria puede saber a poco. El PSOE ganó este 26-M con muchísima ventaja las elecciones europeas, venció en las municipales y se impuso en 10 de las 12 comunidades que celebraban elecciones. Pero su gran esperanza, que era hacerse con la Comunidad de Madrid, saltó por los aires. Aragón está prácticamente perdida. El ayuntamiento de la capital pasa a la derecha. Noche agridulce en Ferraz después del triunfo rotundo de las generales del 28 de abril.

Pero lo que el PSOE pierde es, sobre todo, por la bajada de Podemos y porque la suma de las tres derechas, PP, Ciudadanos y Vox, opera en su contra en plazas estratégicas como en Madrid. De ahí el mensaje nítido de Pedro Sánchez a la medianoche, desde la sede federal. "No sostener la estabilidad de un Gobierno en la ultraderecha es una responsabilidad que incumbe a PP y Cs. Es más, no será entendida en Europa por los partidos liberales y conservadores", aseguró el presidente en funciones durante su comparecencia, sin preguntas y arropado por el cabeza de cartel a las europeas, el ministro Josep Borrell, y la plana mayor de la dirección. Enseguida, Sánchez apeló a la "responsabilidad" de Pablo Casado y Albert Rivera para no "dejar en manos de la ultraderecha", de Vox, la estabilidad de gobiernos municipales y autonómicos. "Es hora de que se levante el cordón sanitario al PSOE, que ha ganado las elecciones rotundamente".

Sánchez se apoyó en esa victoria rotunda de los socialistas este 26-M para exigir a populares y naranjas que "reflexionen". El PSOE obtuvo 29,26% de los votos en las municipales —fue primera fuerza en todas las comunidades, salvo Madrid, Galicia, Castilla y León, La Rioja y Baleares—, el 32,84% en las europeas (y 20 escaños), y ganó en 10 de las 12 CCAA con autonómicas (todas, menos Cantabria y Navarra, como ya anticipó el CIS). Pero la Comunidad de Madrid, donde venció en las urnas por primera vez desde 1987, se le escapa porque PP, Cs y Vox obtienen más escaños. Tampoco podrá hacerse con las riendas de Murcia. Y Aragón, que estaba en sus manos, pende de un hilo, pero los populares podrán recuperarla pactando con naranjas, Vox y el Partido Aragonés (PAR), su socio en las últimas convocatorias de generales.

Sánchez recuerda que las urnas han validado la apuesta socialista por la "justicia social, la convivencia y la limpieza", y no la "involución"

Para el presidente en funciones, en consecuencia, los ciudadanos han apostado por la "convivencia, la limpieza y la justicia social", por la fuerza que apuesta con "entenderse con todos" y apartar a la ultraderecha, que significa "involución en derechos y libertades". "Dejemos la dialéctica electoral y pensemos en la mayoría de españoles que quieren avanzar y no retroceder", alegó, en lo que sonó como un ruego a populares y naranjas.

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Juanma Romero

El gesto de un mal resultado

Sánchez intentó poner buena cara durante su comparecencia. Pero muy a duras penas. Las sonrisas del jefe del Ejecutivo y su equipo eran forzadas, y se mascaba la tensión. El 26-M se saldaba con un buen resultado, pero los objetivos prioritarios que se habían marcado, con Madrid en el centro de sus aspiraciones —el mandatario socialista se volcó en esta campaña para arropar a Pepu Hernández y Ángel Gabilondo, sus cabezas para la capital y el Gobierno regional—, se vieron frustrados. Y encima Manuela Carmena, a quien las encuestas a pie de urna daban una victoria holgada y una suma con el PSOE sin demasiados esfuerzos, se encontró con que cedía la alcaldía a las tres formaciones de la derecha.

Sánchez y su equipo comparecieron antes de que solemnizara la derrota de Gabilondo en la Comunidad de Madrid. La dirección sabía lo peor

La prueba del nueve de que la noche no se había dado bien era que Sánchez y su equipo salieron antes de que finalizara el escrutinio en la Comunidad de Madrid. De hecho, a esas horas, cuando compareció el líder socialista, la región estaba aún por los pelos en manos de la izquierda. Pero ya se intuía que no habría forma de arrebatar al PP su joya de la corona después de 24 años ininterrumpidos.

El gesto alicaído y de decepción era tan evidente en la estampa de la cúpula que apenas se percibió alegría por los buenos datos del 26-M. Todo quedaba ensombrecido por el fracaso en Madrid. No obstante, Sánchez recordó que la española será la primera delegación socialdemócrata en la nueva Eurocámara (por delante de Italia, Alemania o Reino Unido), lo cual es un "orgullo", una "oportunidad y una enorme resoponsabilidad". "Responsabilidad de construir una alternativa socialdemócrata, progresista, de izquierdas", frente a las políticas de "recortes, desigualdad, precariedad y falta de oportunidades" que han dominado estos años.

El PSOE, pues, buscará "construir una Europa social, que proteja", a partir del 26-M, una Europa que viva la "reconstrucción y el fortalecimiento de las políticas redistributivas", de la dignidad salarial, de la creación de empleo y de la modernización de la economía.

El ambiente de júbilo, que había faltado toda la tarde en Ferraz, no se vivió ya a la noche. Solo había que ver los rostros de Sánchez y de Borrell, pero también de la vicepresidenta, Carmen Calvo, de los miembros de la dirección José Luis Ábalos, Santos Cerdán, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis o Cristina Narbona, o de varios de los ministros del Gobierno. Era difícil aguantar el golpe. También pensar que si la Comunidad de Madrid se aleja cuando más cerca estuvo, más complicado será reconquistarla más adelante.