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La historia oculta del esclavismo valenciano del siglo XIX: de Eugenio Viñes al Marqués de Cáceres
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La historia oculta del esclavismo valenciano del siglo XIX: de Eugenio Viñes al Marqués de Cáceres

En el siglo XIX, los barcos negreros valencianos transportaron a miles de esclavos africanos a las haciendas de Cuba y Puerto Rico. En 1886, España fue el último país europeo en abolir la esclavitud

Foto: Reunión del Centro Hispano Ultramarino en 1872. (Pellicer Biblioteca Nacional)
Reunión del Centro Hispano Ultramarino en 1872. (Pellicer Biblioteca Nacional)

La historia del tráfico de esclavos es un episodio orillado en el debate público. Pese a haber sido un proceso permanente y global durante cuatro siglos -y ser reconocido por las Naciones Unidas como un crimen contra la humanidad-, sus políticas de memoria no aparecen en la agenda institucional.

Desde la primera licencia concedida por la Monarquía Hispánica de Carlos I, en 1518, hasta 1866, en plena consolidación del estado nación, más de dos millones de africanos fueron capturados y transportados a la fuerza a los territorios, primero castellanos y después españoles, del continente americano. Más de un millón de ellos lo hicieron en navíos con bandera española y buena parte durante el siglo XIX, en la llamada segunda esclavitud, bajo un contexto de supresión y abolición por parte de otros países europeos.

El liberalismo decimonónico español abordó las tesis abolicionistas de forma tardía. En 1817, España se comprometió a acabar con el tráfico de esclavos, perseguirlo y considerarlo ilegal mediante el código penal, pero durante buena parte del siglo XIX un pedazo del capitalismo nacional se construyó en base a un esclavismo clandestino hacia Puerto Rico y Cuba. Este se sostuvo desde la cúpula del poder mediante un sistema corrupto que no abolió la esclavitud en sus colonias hasta 1886. Entre los negreros, hacendados y defensores del esclavismo destacaron varios ilustres valencianos.

Foto: Foto promocional de 'Encadenados'. (Canal Historia)

Los negreros Guarch y Eugenio Viñes

José Antonio Piqueras (Enguera, 1955) es doctor en Historia por la Universitat de València y actualmente ejerce como catedrático de Historia Contemporánea en la Universitat Jaume I de Castelló. En 2021 publicó Negreros: españoles en el tráfico y en los capitales esclavistas (Catarata), una obra que muestra la intervención española en la trata negrera durante cuatro siglos y la relevancia de ésta en la formación de las élites nacionales de la contemporaneidad. "La familia Guarch está asociada al comercio que provee de africanos esclavizados a Puerto Rico durante medio siglo. Pere Guarch, nacido en Valencia y piloto de navío, se instala en la colonia. Sus hijos irán tomando el relevo cuando, a partir de 1820, el tráfico sea declarado ilegal. Lo mantuvieron hasta 1848, situándose entre los principales traficantes de la isla. Los Guarch Salom invirtieron sus ganancias en Barcelona, como hicieron otros indianos de la época atraídos por los negocios mercantiles e inmobiliarios de la gran ciudad".

placeholder Wenceslao Ayguals de Izco. (Real Academia de la Historia)
Wenceslao Ayguals de Izco. (Real Academia de la Historia)

Uno de los capitanes de barcos negreros más relevantes fue el valenciano Eugenio Viñes, que trabajó entre 1841 y 1866. Estuvo asociado a Julián Zulueta, el mayor propietario de esclavos y uno de los principales promotores de la trata en los años 1840 y 1850. "Zulueta tuvo entre sus socios a la ex regente y madre de la reina Isabel II, María Cristina de Borbón. Viñes fue el principal marino al servicio de ambos. En 1853 su nombre alcanzó triste fama internacional al trascender que había pilotado la fragata Lady Suffolk, que cargó cerca de 1.500 esclavos desde África. En 1859 un navío capitaneado por Viñes, el Eloisa, desembarcó unos 700 esclavos en Cuba. Durante la travesía atlántica, faltos de provisiones y de agua, ordenó arrojar por la borda a 400 de ellos, ocasionándoles una muerte segura. En total, fue responsable del traslado a Cuba de cerca de 6.500 africanos", explica el investigador.

placeholder Ilustración de 'Encadenados. La España esclavista'. (Canal Historia)
Ilustración de 'Encadenados. La España esclavista'. (Canal Historia)

En la última etapa, Viñes incorporó a dos de sus sobrinos a las travesías, y vivió el final de sus días en su casa de la calle de la Reina, en el Cabañal, donde se convirtió en un próspero armador, dueño de cinco navíos y de un astillero. Su sobrina, Eugenia Viñes (1860-1923) donaría parte del patrimonio familiar, fraguado en el esclavismo, para la construcción del Asilo de Nuestra Señora del Carmen, en 1919, frente a la actual playa de Las Arenas de Valencia, en la calle que lleva su nombre.

Hacendados valencianos y esclavismo en Cuba

El primer ferrocarril construido en España no fue la línea Barcelona-Mataró de 1848. En 1837, el tren unió La Habana y Güines. Cuba había sido un territorio marginal en la economía imperial de la Monarquía Hispánica, hasta que Carlos III continuó la política de introducción de esclavos, para el cultivo de caña de azúcar, que los cubanos habían recibido en la esporádica ocupación británica de la isla, en 1763. La revuelta de esclavos de Saint-Domingue, en la colonia francesa de Haití, en 1791, colapsó la producción mundial de azúcar, y Cuba ocupó ese espacio. La mano de obra llegó forzada en masa desde África: 600.000 esclavos que transformaron Cuba en una sociedad esclavista con más habitantes afrodescendientes que blancos ya en 1840, según los datos del investigador catalán Martín Rodrigo, profesor de Historia Contemporánea en la Universitat Pompeu Fabra y autor de una rigurosa bibliografía sobre el esclavismo transatlántico.

placeholder José Sorní. (Enrique Desfilis/Fondo Biblioteca Valenciana)
José Sorní. (Enrique Desfilis/Fondo Biblioteca Valenciana)

Las colonias se convirtieron en promesa de prosperidad para muchos españoles, tan solo necesitaban influencia y esclavos. "Miguel Moliner fue un valenciano de Enguera. Siguió la carrera militar y fue destinado a Cuba a comienzos del siglo XIX, donde alcanzó posición como persona de confianza de varios capitanes generales. Pasó al retiro y fundó un ingenio (plantación de azúcar) en la década de 1820, cuando la trata era ilegal pero seguía siendo indispensable para proveerse de esclavos. Moliner estuvo entre los primeros hacendados que favoreció, después de 1847, la entrada de chinos para complementar el trabajo esclavo. Eran contratados en Cantón y una vez en Cuba eran sometidos a condiciones similares a la de los esclavos. Moliner, como hacían las viejas familias, desplegó una política matrimonial con sus hijas, facilitando que contrajeran matrimonio con algunos de los principales traficantes y propietarios", cuenta Piqueras.

La oposición social al esclavismo alcanzó su apogeo con el abolicionismo del último tercio del siglo XIX

A diferencia de la notable presencia comercial catalana y en menor medida canaria y del norte peninsular, no hallamos entre los valencianos a grandes empresarios ni a figuras de relieve social dedicados a la trata o a negocios cuya base en las colonias sea la propiedad de personas sometidas a esclavitud. "La más próxima a esa situación fue la familia Ibáñez Palenciano, con presencia en Valencia y la fuente principal de sus actividades en Cuba. Fernando Ibáñez era el quinto mayor contribuyente industrial de la provincia. Poseía fábricas de seda y de abanicos. Eso no excluye otro tipo de vínculos", incide el doctor en Historia, "el Marqués de Cáceres, Vicente Noguera y Sotologo, era nacido en La Habana y por su madre pertenecía a una acrisolada familia criolla propietaria de esclavos durante varios siglos. Fue diputado en Cortes, senador, presidente de la diputación provincial y rector de la Universidad de Valencia. El fundador de La Eliana estaba casado con la marquesa de Casa-Ramos, una cubana descendiente de funcionarios españoles que se labraron un patrimonio en la colonia y poseían esclavos".

La pugna valenciana entre abolicionistas y esclavistas

La oposición social al esclavismo alcanzó su apogeo con el abolicionismo del último tercio del siglo XIX. "El escritor de Vinaròs Wenceslao Ayguals de Izco, muy popular en la época, incluye en su novela María o la hija de un jornalero, de 1845, la cuestión del comercio y la condición esclava, reprobándola, y poco después traduce al español La cabaña del tío Tom, célebre novela antiesclavista", indica Piqueras.

placeholder El Marqués de Cáceres. (Julio Cebrián/Universitat de València)
El Marqués de Cáceres. (Julio Cebrián/Universitat de València)

Cuando a partir de 1868 se inició un movimiento abolicionista público, hubo una amplia movilización a favor de la supresión de la esclavitud en las colonias. "En torno a la discusión del proyecto de abolición en Puerto Rico, a finales de 1872, se llevaron a cabo manifestaciones en ciudades y poblaciones, con recogida de firmas, en su mayoría de sectores populares. La prensa democrática, como El Mercantil Valenciano, y en particular la republicana, se volcaron en esas campañas", explica el historiador valenciano.

Foto: Fuente: iStock.

Pero hubo también un fenómeno en sentido contrario. En 1872 se constituyó en Valencia un Centro Hispano-Ultramarino opuesto a cualquier reforma en las colonias y a la abolición de la esclavitud. "Reunió a representantes de la política conservadora, de la propiedad y del comercio. El círculo de la nobleza, integrado poco antes en la Sociedad de Agricultura, se adhirió al movimiento antiabolicionista. Lo presidió Fernando Ibáñez Palenciano, un industrial y comerciante aragonés establecido hacía tiempo en la ciudad. Su capital lo había formado en Cuba relacionado con la esclavitud. Su hermano Francisco Feliciano Ibáñez era uno de los mayores plantadores de la colonia, propietario de varios ingenios azucareros y de un millar de esclavos. Recibió de Alfonso XII el título de conde de Ibáñez. Con sus otros hermanos, Alberto y Gregorio, luego diputado en Cortes, fueron muy activos en esa campaña antiabolicionista y más tarde, en 1879, contra el proyecto de abolición de la esclavitud en Cuba. Entre los miembros activos del Centro Hispano-Ultramarino estaba el director del diario Las Provincias, el escritor Teodoro Llorente", sentencia el investigador.

A favor de la abolición se mostraron los principales líderes demócratas de la época, como el federalista valenciano José Cristóbal Sorní, quien siendo ministro de Ultramar, en 1873, bajo los gobiernos de la I República de Estanislao Figueras y Pi y Margall, firmó la ley que otorgaba la libertad a 30.000 esclavos de Puerto Rico.

La historia del tráfico de esclavos es un episodio orillado en el debate público. Pese a haber sido un proceso permanente y global durante cuatro siglos -y ser reconocido por las Naciones Unidas como un crimen contra la humanidad-, sus políticas de memoria no aparecen en la agenda institucional.

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