El Jesucristo Superstar valenciano: trece Semanas Santas entre la solemnidad y la diversión

Cuando Camilo Sesto estrenó Jesucristo Superstar, en el Teatro Alcalá Palace de Madrid, en 1975, entre sus pretensiones no estaba que casi 50 años después un par de músicos de la escena local valenciana reinterpretaran su obra en salas de conciertos de todo el país. El alcoyano quería cumplir un capricho monumental y alzarse como la gran figura nacional de su tiempo, además acabó creando una obra pop marcada en el imaginario de las generaciones posteriores y resignificada desde diversos enfoques.

Antonio José Iglesias nació en Madrid en 1970, pero lleva 17 años viviendo en Valencia. En 2007, su sugestivo dúo musical electrotropical Dwomo, formado en 1999 junto a Jorge Loran, bajo el sello discográfico DRO, se trasladó de la capital a la costa valentina. Desde entonces, agita la escena local en diversos proyectos artísticos, en solitario y pertrechado por cómplices de toda clase. "A poco de estar en Valencia oímos hablar del pianista Gilbertástico y nos cautivó tras una conversación en el Magazine Club. Se unió a la banda, y hace catorce años, tras una conversación en la furgoneta del grupo, surgió el tema de Jesucristo Superstar. Él lo escuchaba de pequeño, viajando en el coche familiar de Miramar a Valencia, yo en mi niñez madrileña. Aquel fue el origen del Dúo Caifás".

Cuando se acercaba la Semana Santa de 2011, decidieron ensayar unos cuantos temas de la ópera rock y estrenarlos en el Pata Negra de Benimaclet, en petit comité, solo para los clientes del restaurante y algunos amigos. "Tuvo tanto éxito y lo disfrutamos de tal manera que nació el Gira Crucis. Llevamos el show a clubes de pequeño aforo de diferentes barrios de Valencia. En cuanto el proyecto creció, perdimos esa periodicidad, pero ganamos en magnitud. Ejecutar Jesucristo Superstar muy seguido suponía un desgaste vocal enorme, te puede machacar, así que lo trasladamos a salas de medio aforo, de cien y doscientas personas, entre el Jueves Santo y el Lunes de Pascua", recuerda Iglesias.

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Víctor López Heras. Valencia

La escenificación es austera. Así como los grupos tributo buscan acercarse lo máximo al original, ellos basculan al otro extremo del tablero: teclados, batería y dos voces para representar el 70% del musical. "En ocasiones se suman invitados para interpretar algún personaje, y en Valencia nos acompaña La Coral de Espinas, formada por tres fanáticos de Jesucristo Superstar que vienen vestidos con túnicas para la ocasión y ayudan en la teatralización del musical", prosigue el madrileño.

Durante hora y media de espectáculo, entre canción y canción van explicando la obra para reforzar la narrativa y desgranar el hilo conductor a aquellos que desconocen la historia. "No podemos dar por sobrentendido Jesucristo Superstar. Hay asistentes que no dominan la obra en profundidad y no están iniciados en la cultura básica del catolicismo o la biblia", comenta el músico, "se puede ofrecer un toque ameno, incluso con algún que otro chascarrillo, sin perder solemnidad, pero también valorando que ya en su estreno, en 1975, fue una obra rompedora".

Ese espíritu transgresor salpica, en ocasiones especiales, la representación del Dúo Caifás. Hace unos años, un performer invitado apareció desnudo con una máscara mexicana de lucha libre en la escena de los latigazos. "Entre el público abundan las señoras de cierta edad, familias laicas y religiosas que acaban llorando, y habituales del circuito musical underground, además de algún sacerdote curioso que llega, toma asiento y se marcha tras el número final. Llevamos trece años con esto, es una buena propuesta musical, amena a la par que ceremoniosa, por eso seguimos año tras año", argumenta Antonio José.

Jesucristo Superstar es un musical que supera los gustos y estilos particulares. Sobrepasa las querencias dogmáticas de las tribus urbanas y las tendencias temporales. Une a generaciones alejadas y a fanáticos de ritmos opuestos. Este show de salón ha traspasado los límites valencianos en fechas alejadas de Pascua. "Desde hace unos años lo exportamos a Madrid, Galicia, Cuenca y Guadalajara. ¡Toda Galilea de norte a sur, Hossannah!, pero fuera de las fechas de Semana Santa que reservamos para Valencia, Alicante y Castellón. Incluso lo hemos representado en Madrid durante la Navidad, que también es momento propicio", concluye el componente del Dúo Caifás.