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Camilo Sesto: génesis, pasión y censura del primer musical de la historia de España
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Camilo Sesto: génesis, pasión y censura del primer musical de la historia de España

En 1972, el cantante alcoyano aceptó el reto de producir y protagonizar la versión española de Jesucristo Superstar. Tras años de negativas gubernamentales y censura, en 1975 estrenó el primer gran musical del país

Foto: Jesucristo Superstar 1975. (Antonio Tabernero)
Jesucristo Superstar 1975. (Antonio Tabernero)

La noche del 6 de noviembre de 1975, mientras los médicos prolongaban la agonía de Franco y 50.000 civiles marroquíes ocupaban la provincia española, pendiente de descolonización, del Sahara Occidental, Camilo Sesto estrenaba el primer musical en gran formato de la historia del país: Jesucristo Superstar.

Algunos artistas no necesitan abanderar un compromiso político explícito para perturbar sujetos históricos, tan marcados en la identidad nacional, como lo era la religión durante el franquismo. Basta con que muevan un dedo. A Camilo Blanes (Alcoi, 1946) no le importaba demasiado la política, pero sí le importaba la carrera de Camilo Sesto. En 1975 no existía en España un cantante masculino más poderoso que el valenciano, y ser Jesucristo parecía una continuidad lógica en la trayectoria de un divo encumbrado por millones de fans a ambos lados del Atlántico.

Foto:  Joaquín Prats, de espaldas, con Nino Bravo, Yaco Lara y Bruno Lomas. (Ana Mafé García)

“No era yo. Camilo Sesto habitaba la piel de Jesucristo Superstar. En mi cabeza resuenan con firmeza los gritos agónicos y desesperados de Jesucristo. La pasión, el éxtasis, la emoción contenida me tenía totalmente absorto”, recordaba el artista, en el prólogo de Jesucristo Superstar. Ópera rock. La pasión de Camilo Sesto (Milenio, 2016), libro de la musicóloga Marta García Sarabia (Avilés, 1992), publicado tres años antes de la muerte del vocalista.

En la génesis del musical fueron fundamentales las figuras del productor teatral Jaime Azpilicueta y del periodista cultural Nacho Artime. Ambos acercaban a España las obras escénicas extranjeras y tenían el contacto con el representante de Andrew Lloyd Webber, creador del musical. “Así consiguieron los derechos de autor de Jesucristo Superstar en 1971”, cuenta García Sarabia, “entonces surgió la pregunta de quién lo representaría y quién lo costearía. Ofrecieron el proyecto a Raphael y a Camilo Sesto. En 1972, el alcoyano viajó a Londres con su mánager, Manolo Sánchez, para ver la versión inglesa, y de inmediato se puso a los mandos del asunto”. El Ministerio de Información y Turismo censuró el proyecto durante años con diversas negativas.

Foto: Jared Leto en la fiesta de Vanity Fair (Reuters)

En 1973, la película Jesus Christ Superstar, de Norman Jewison, se convirtió en un fenómeno de masas y encendió un debate en el seno del Vaticano sobre la representación pop de Jesucristo en la cultura juvenil. Pablo VI, tras un pase privado de los productores, dio su beneplácito al film, el italiano intuyó la oportunidad de calar en las nuevas generaciones a través de semejante reformulación. En cambio, por aquí, la esencia contrarreformista impregnaba el Palacio de Villamejor. Las relaciones diplomáticas entre el Papado y los ejecutivos de Carrero Blanco y Arias Navarro estuvieron al borde de la ruptura por la incompatibilidad de las tesis del Concilio Vaticano II con la politica gubernamental. Fueron los años de Tarancón al paredón, el arresto y amenaza de exilio al obispo Añoveros, en Bilbao, y la carta de excomunión del Papa a Franco y su gabinete en caso de expulsión del prelado.

placeholder Jesucristo Superstar. (Antonio Tabernero)
Jesucristo Superstar. (Antonio Tabernero)

“Hasta septiembre de 1975 no se consiguió el sí del gobierno y, una vez autorizada, la censura se centró en el texto y la puesta en escena, lo que retrasó su estreno. Se realizó un ensayo general solo para los censores, donde Azpilicueta y Teddy Bautista discutieron con los funcionarios públicos temas como el vestuario femenino o la insinuación en los movimientos de las actrices. Finalmente, la producción no atendió a los cambios impuestos y se representó como fue ideada”, comenta García Sarabia. Desde la inauguración del musical hasta su finalización, en marzo de 1976, el grupo terrorista de extrema derecha Guerrilleros de Cristo Rey intimidó a los espectadores que se acercaban a las taquillas del Alcalá Palace de Madrid. Las llamadas telefónicas al recinto cultural advirtiendo de la colocación de bombas fueron otra constante, así como las amenazas a Ángela Carrasco, intérprete del personaje de María Magdalena. La tensión fue un elemento recurrente. El 2 de mayo de 1973, un atentado terrorista había destruido el Teatro Argentino de Buenos Aires el día antes del estreno.

placeholder Ted Neeley presentando el musical en Madrid. (EFE/J.P. Gandul)
Ted Neeley presentando el musical en Madrid. (EFE/J.P. Gandul)

Las infraestructuras de los teatros españoles del tardofranquismo no estaban preparadas para acometer producciones musicales de tal calado. Si bien el estreno de The Rocky Horror Picture Show aconteció en el Madrid de 1974, también con la dirección musical de Teddy Bautista, lo hizo en pequeño formato, en sala Cerebro, y fuera de horarios comerciales. “Jesucristo Superstar fue el primer macroproyecto estilo Broadway que se produjo en España. Hubo que reformar el Teatro Alcalá Palace, traer el equipo técnico desde Alemania e Inglaterra y contratar a actores foráneos para completar el cásting. Buena parte de aquel reparto trabajó después en todos los musicales siguientes como Evita, Hair o El diluvio que viene, algo impensable a día de hoy y que indica que Jesucristo Superstar marcó un antes y un después”, sentencia la historiadora.

Andrew Lloyd Webber destacó la interpretación de Camilo Sesto como la única equiparable a la versión anglosajona, pero aquella producción de doce millones de pesetas fue un capricho que el alcoyano no amortizó. “En la horquilla temporal entre 1972 y 1975, Camilo Sesto se convirtió en una superestrella. Amasó una gran fortuna y quiso demostrar hasta dónde podía llegar. La obra finalizó cuando la discográfica le advirtió que debía cumplir sus compromisos contractuales con las giras programadas. De aquella experiencia extrajo su sexto álbum de estudio, Jesucristo Superstar (Ariola, 1975), y la canción Getsemaní para su futuro repertorio en directo”, concluye la musicóloga. La noche del martes 10 de mayo de 1977, en el programa de Radiotelevisión Española Esta noche fiesta, buena parte del país contempló el despliegue vocal e interpretativo de aquel tema. Cinco minutos de historia de la música que perduran en el acervo colectivo de varias generaciones.

La noche del 6 de noviembre de 1975, mientras los médicos prolongaban la agonía de Franco y 50.000 civiles marroquíes ocupaban la provincia española, pendiente de descolonización, del Sahara Occidental, Camilo Sesto estrenaba el primer musical en gran formato de la historia del país: Jesucristo Superstar.

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