Compromís se hace fuerte en la negociación con Sumar para las europeas tras el fiasco en Galicia

El mal resultado de Sumar en Galicia ha dejado debilitada la formación de Yolanda Díaz en la negociación con sus confluencias para la candidatura de las elecciones europeas del 9 de junio. El intento de aprovechar la cita con las urnas para implantar el nuevo partido en el territorio natal de la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo ha resultado baldío. No solamente es que haya fracasado en el objetivo de tener representación en el Parlamento autonómico, es que además ha quedado muy lejos de conseguirlo, con un residual resultado de poco más de 28.000 votos, el 1,9% del total.

La decisión de explorar la candidatura propia, embarcando en ella a una de las personas del núcleo de confianza de Díaz, Marta Lois, parecía obligada por la ausencia de una relación previa con el Bloque Nacionalista Galego (BNG). La coalición que lidera Ana Pontón decidió no concurrir en confluencia con Sumar en las elecciones generales del pasado 23 de julio. Muchas de las papeletas que el domingo se concentraron en el BNG terminaron repartidas en las generales del año pasado.

Hubo mucho voto dual en función del contexto de cada elección. En julio, los nacionalistas quedaron ligeramente por debajo de los de Yolanda Díaz y cosecharon un único escaño al Congreso, por los dos de Sumar. La distribución ha sido muy diferente cuando los gallegos han votado en clave regional que cuando lo hicieron en estatal.

Pese a esa inexistencia matrimonial previa entre el BNG y Sumar, la lección de la cita gallega, que podría tener continuidad en la próxima convocatoria en Euskadi, ha lanzado un mensaje al resto de confluencias: los partidos o coaliciones con implantación territorial parecen aportar más a Sumar de lo que se podía prever. La marca de Yolanda Díaz los necesita y los intentos de crear estructuras propias sin contar con la complicidad de los socios pueden tener consecuencias más negativas que positivas en el cómputo final para las izquierdas.

TE PUEDE INTERESAR

Yolanda Díaz naufraga en casa y pincha el bote de Sumar

Carlos Rocha

Es una situación paradójica para Díaz y sus deseos de expandir su proyecto a todo el territorio nacional. En Compromís, donde recuerdan que la relación con Sumar es "bilateral", dijo ayer su portavoz, Àgueda Micó, se da por descontado que habrá algún movimiento para aglutinar los restos de las izquierdas estatalistas en la Comunidad Valenciana, como Esquerra Unida-IU, aunque están abiertos a buscar fórmulas de integración electoral bajo el paraguas de la coalición de cara a las autonómicas de 2027, quizá bajo la fórmula nominal de Compromís-Sumar.

Ese es el análisis que se hace, grosso modo, en la cúpula de los valencianistas. Fuentes de la dirección señalan que sería equivocado "extrapolar los resultados de Galicia" al completo, porque "el BNG no es Compromís", pero admiten que el resultado gallego "nos da más peso a nosotros". "Cada territorio tiene realidades diferentes, pero se ha visto que las fuerzas territoriales funcionan mejor que algo teledirigido desde Madrid", afirman. Aunque las elecciones europeas de junio volverán a situar el chip del votante en un contexto estatal (y continental), los valencianistas aspiran a hacer valer su mejor posición en la Comunidad Valenciana, donde Sumar ni siquiera existe todavía, para arrancar un puesto de salida en la candidatura al Parlamento de Estrasburgo y Bruselas.

TE PUEDE INTERESAR

El sector soberanista de Compromís plantea romper con Sumar e ir a las europeas con Bildu y ERC

Víctor Romero. Valencia

La dirección de la coalición valenciana ha dado prioridad a la negociación con Sumar sobre otras alternativas. El sector soberanista de Més, la pata nacionalista de Compromís, había planteado convocar un referéndum entre la militancia para elegir socio para las europeas con la alianza que lideran ERC y Bildu (a la que podría sumarse el BNG) como primera opción.

Sin embargo, las direcciones tanto de Més como de Compromís creen que "el espacio del grupo parlamentario en el Congreso es una buena opción prioritaria para explorar", señalan fuentes valencianistas. Una lista con las confluencias de Díaz, como Más Madrid, la CHA aragonesa, Verdes Equo o Més Mallorca, es la preferida en el arranque de las conversaciones, con la aspiración de ocupar el número tres de la candidatura. "Sin descartar que puedan unirse otras fuerzas territoriales como Nueva Canaria", afirman. La base, sostienen, es el grupo del Acord del Túria, ahora aliado de Díaz. Habrá consulta a la militancia, pero una vez se haya producido la negociación, con el fin de ratificarla o no.

Lo cierto es que, pese a la presión del ala más soberanista de la coalición, la opción de concurrir con ERC, Bildu y BNG se percibe como la menos óptima para los intereses de Compromís. Primero, porque ofrece menos garantías de obtener una representación europea para los próximos cinco años, algo que los valencianistas no tienen ahora. En 2019, la alianza de partidos soberanistas Ahora Repúblicas obtuvo tres escaños. El cuarto puesto en la lista no garantiza representación en una cita en la que las expectativas son de un buen resultado general de las derechas, especialmente del Partido Popular. Y segundo, porque unir fuerzas con partidos independentistas ubica a Compromís en un espacio alejado de la transversalidad que busca en la Comunidad Valenciana, donde las opciones de corte más nacionalista nunca han tenido respaldo electoral reseñable y además son diana fácil para el discurso del Partido Popular y Vox.