Baldoví y Errejón harán campaña juntos para el 28-M y Compromís tirará de ex-Podemos

"Quan toque, regarem" (cuando toque, regaremos). La frase que el diputado de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, ha convertido en un pequeño clásico de sus comparecencias ante los medios de comunicación puede servir para explicar la nueva fase en la que los valencianistas han entrado después de haber superado su atribulado proceso de primarias internas. Elegidos los integrantes de las listas autonómicas, la coalición se prepara ahora para encarar una larga precampaña electoral antes de la cita de las municipales y autonómicas del 28 de mayo. El objetivo es doble: mantener o elevar su presencia en los más de 500 ayuntamientos de la Comunidad Valenciana y demostrar que no ha sufrido desgaste para conservar su representación en las Cortes Valencianas con mayoría suficiente en el bloque de la izquierda como para repetir un tercer Consell del Botànic, ahora compartido con el PSPV-PSOE y Unidas Podemos.

Tras el abandono forzoso de Mónica Oltra del liderazgo por su imputación por el caso de abusos a una menor de su exmarido, la coalición ha confiado a Baldoví el reto de sostener electoralmente el proyecto en la autonomía para los próximos cuatro años. Fuentes de la formación taronja creen que los índices de notoriedad y valoración ciudadana que refleja la demoscopia, su perfil poco proclive a estridencias y la coincidencia con los comicios locales, al contrario de lo que ocurrió en 2019, pueden contribuir a alcanzar las expectativas.

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En la estrategia está también, según las mismas fuentes, aprovechar la sintonía del diputado con el líder de Más País, Íñigo Errejón, para dotar de un cariz nacional a la campaña, con actos conjuntos tanto en Madrid como en la Comunidad Valenciana para darse apoyo mútuo y colaborar también en el apoyo a las candidatas madrileñas Mónica García y Rita Maestre. Compromís y Más País/Más Madrid tienen firmada una joint venture con la Chunta Aragonesista (CHA), Més por Mallorca y Verdes Equo, el llamado Acord del Túria, que tendrá reflejo en el diseño de las distintas campañas territoriales.

Conscientes de que, de forma casi inevitable, la cita con las urnas del 28 de mayo servirá también de escenario previo o campo de pruebas de las generales, Compromís quiere aprovechar para las autonómicas lo que considera que es una fortaleza de su candidato, su papel como voz valenciana en el Congreso y posible avanzadilla de la hipotética confluencia confederal con Más País, pero también con el proyecto Sumar de Yolanda Díaz. La vicepresidenta del Gobierno no contempla dar visibilidad o papel activo a su plataforma hasta después del 28-M, pero los valencianistas no renuncian a que pueda darles su respaldo de alguna forma en la campaña de las territoriales.

Se trata de un asunto delicado. Baldoví y su equipo disfrutan de un diálogo fluido con Díaz y su entorno. Pero la ministra de Trabajo mantiene un frágil equilibrio con Unidas Podemos, que puede verse alterado si se posiciona en exceso durante la campaña con candidatos que compiten con los morados. El caso valenciano es palmario: Baldoví pelea por votantes fronterizos con el que será el cartel de Podemos a la Generalitat, el actual vicepresidente segundo y conseller de Vivienda, Héctor Illueca. Cuando Baldoví se ofreció como aspirante autonómico, Díaz no dudó en mostrar su respaldo públicamente. "Le deseo la mejor de las suertes políticamente. Quiero que ganen", dijo entonces. Sus palabras levantaron ampollas en Podemos en Valencia, toda vez que Illueca y la vicepresidenta presumen además una buena relación política y personal. El primero formó parte de su equipo como director general de la Inspección de Trabajo antes de su nombramiento en la Generalitat.

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En Compromís, donde conviven el alma nacionalista de Més y la ecosocialista de Iniciativa y Els Verds, está mayoritariamente asumido que una confluencia de corte confederal con Sumar es muy factible en las generales. La experiencia de alianza con Podemos en 2015, con A la Valenciana, fue exitosa en términos electorales, con nueve escaños en el Congreso, pero duró poco tiempo por la negativa de los morados a permitir el grupo propio a Compromís cediendo uno de sus diputados. Aquella ruptura amarga sigue incrustada en la memoria de los valencianistas, pero creen que la relación con Más País/Más Madrid es distinta, así como los términos de una posible confluencia con Yolanda Díaz. Compromís sería la franquicia de Sumar en la Comunidad Valenciana, pero con total autonomía en la toma de decisiones o posicionamientos políticos en asuntos que afecten a los intereses valencianos.

De cara a las autonómicas, la confluencia Compromís/Podemos se da por descartada. Los taronjas han cerrado la puerta también a Esquerra Unida, que negocia ahora con los morados. Ambos espacios se consideran no totalmente coincidentes en términos autonómicos, uno con el tinte nacionalista y el segundo de izquierda estatal clásica. Pero Compromís, que asegura tener trabajos demoscópicos que sitúan a Podemos por debajo del 5% y fuera del Parlamento valenciano, quiere pescar en los votantes morados, sobre todo aquellos más distanciados de la figura de Pablo Iglesias.

Con este objetivo, pretende dar espacio en su campaña a exdirigentes de Podemos que se han ido distanciando de la organización y del pablismo, como el ex secretario general Antonio Estañ o la exdiputada autonómica Sandra Mínguez. El primero mantiene actividad política en la Vega Baja, una comarca castellanoparlante de la provincia de Alicante, donde los valencianistas tienen más dificultades para penetrar. Otros exmorados ya llevan tiempo colaborando con Compromís, como es el caso de César Jiménez, exdirector de la Entidad Valenciana de Suelo y Vivienda (EVha), que ahora trabaja como asesor de Vicent Marzà, cabeza de lista por Castellón y exconseller de Educación. En Valencia, el alcalde, Joan Ribó, que aspira a un tercer mandato, también tiene como colaborador a Jordi Peris, que fue concejal morado por Valencia en Comú, la que fue franquicia de Podemos en la ciudad.