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Mazón se da una semana con Vox para pactar una Generalitat valenciana con 10 consejerías
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PRINCIPIO DE ACUERDO

Mazón se da una semana con Vox para pactar una Generalitat valenciana con 10 consejerías

El popular baraja ceder Agricultura y parte de las políticas sociales, con Educación en el aire. La salida de Flores despeja un posible pulso de protagonismos en la cúpula del Consell de coalición

Foto: Carlos Mazón, en su comparecencia tras anunciar el pacto con Vox. (EFE/Manuel Bruque)
Carlos Mazón, en su comparecencia tras anunciar el pacto con Vox. (EFE/Manuel Bruque)

Un Gobierno "potente, serio y estable". Así definió este martes Carlos Mazón el que será el próximo Ejecutivo de coalición del Partido Popular y Vox en la Generalitat valenciana. El barón popular prepara un organigrama con un máximo de 10 conselleries, dos menos que el Botànic, incluida Presidencia, de las que, presumiblemente, ocho estarían ocupadas por personas designadas por los populares y dos por los ultraconservadores, con la incógnita de si Vox tendrá una vicepresidencia. Esa es la secuencia que se extrae del reparto "proporcional" a los resultados obtenidos que figura en el documento de "principio de acuerdo" suscrito tras la reunión de algo más de dos horas mantenida en las Cortes valencianas. El papel completo no se ha hecho público.

Las dos formaciones han acordado crear grupos de trabajo para conformar en el plazo de alrededor de una semana el que será el programa conjunto para la legislatura y la estructura de gestión, según explicó Mazón en una comparecencia ante los medios de comunicación en el Parlamento autonómico, tras finalizar la ronda de contactos con los grupos políticos. Lejos han quedado las intenciones de gobernar en solitario expresadas por Mazón en campaña electoral y las "líneas rojas" con Vox. "Las posibilidades de tener un gobierno mayoritario cuando tienes absoluta son absolutas, cuando tienes posibilidades relativas son relativas", argumentaba al barón popular para justificarse.

El acuerdo anunciado por la mañana sorprendió por su premura. Nadie esperaba que cuajase el diálogo cuando todavía faltan más de 10 días para la constitución del Parlamento regional y la investidura se podía estirar incluso hasta después del 23 de julio, jornada de las elecciones generales si así lo creía conveniente el PP para los intereses de su líder Alberto Núñez Feijóo. Génova llevaba días especulando sobre el momento adecuado para encarar un acuerdo inevitable, porque Mazón, con 40 escaños, necesitaba el respaldo de los 13 diputados de Vox para ser presidente. El reglamento de las Cortes incluso permitía estirar la votación hasta septiembre antes de verse en la obligación de convocar unas nuevas elecciones.

Foto: Carlos Mazón, próximo presidente de la Generalitat, con Pérez Llorca y Miguel Barrachina. (EFE/Manuel Bruque)

Sin embargo, el veto expresado el lunes por el portavoz nacional del PP, Borja Sémper, a la figura de Carlos Flores Juberías, candidato de Vox y condenado en 2002 a un año de cárcel por maltrato psíquico y vejaciones a su exmujer, ha precipitado los acontecimientos. No se reconoce formalmente, pero en el desenlace han influido los tiempos de la confección de candidaturas de Vox al Congreso de los Diputados.

El lunes que viene termina el plazo para presentar las listas, y no hubiera tenido sentido que Santiago Abascal sacrificase al que todo el mundo señalaba como posible vicepresidente de la Generalitat sin tener garantías por escrito de que Vox accederá al Ejecutivo autonómico y participará en la gestión pública. Vox ha dejado caer a su alfil, buscándole una salida "digna" como cabeza de lista por Valencia, pero se ha asegurado el acuerdo antes de los comicios. Es decir, logra demostrar que tiene influencia en las decisiones políticas y entra en los gobiernos, lanzando así el mensaje de que aspira a repetir ese esquema en la gobernabilidad de España.

La salida de Flores tiene, además, una doble lectura de futuro en las filas del PP. No solamente exime a los conservadores de tragarse el sapo de meter en la Generalitat a un condenado por maltrato. También manda a Madrid al cuadro de aparente mayor perfil político de la candidatura autonómica de Vox. Altos cargos populares no escondían que Flores podía convertirse en un problema si asumía protagonismo en el nuevo Consell de Mazón como vicepresidente. Habrá que ver cómo logra Vox sostener su discurso propio en el Ejecutivo para no sufrir el abrazo del oso, como en Madrid o Andalucía, y perder apoyos en la convocatoria de 2027.

Queda por conocer el reparto de áreas. Mazón insistía este martes en que será el último capítulo del pacto. Primero se negociará el contenido programático, para después armar la arquitectura del Consell. Los cinco puntos de compromisos políticos conjuntos consensuados apenas permiten adivinar grandes medidas. Sí se sabe que Mazón quiere estrenarse rebajando impuestos e, incluso, bonificando al máximo algunos como sucesiones y donaciones, además de derogar la ley de tasa turística aprobada por el Botànic. Flores también avanzaba que la intención es dar a los ciudadanos "libertad de elección" en materia educativa, lo que parece apuntar a una recuperación de las dos líneas lingüísticas (castellano y valenciano) frente al modelo plurilingüe desplegado por el Botànic, además de regresar al sistema de distrito único en los centros educativos.

Foto: Reunión en la Comunidad Valenciana entre la delegación del PP y la de Vox. (EFE/Manuel Bruque)

Se especula con una posible cesión a Vox de las carteras de Agricultura y Políticas Sociales. Algunos medios publicaban que Vox asumiría también la Conselleria de Educación, la segunda con mayor presupuesto de la Generalitat tras Sanidad. Fuentes cercanas al próximo presidente autonómico negaban que hubiese una decisión tomada sobre el reparto de carteras. También fuentes oficiales de Vox se desmarcaban, alegando que la fase ahora es de trabajo en materia de contenidos de gobierno. Lo cierto es que Educación, por la relación con los sindicatos docentes, la cuestión de la lengua propia y los equilibrios entre sistema público, concertado y privado, es una de las áreas más sensibles socialmente. Sería extraño que Mazón cediese el mando del departamento sin controlar los cambios y se arriesgase a posibles incendios políticos. Vox ha defendido iniciativas en materia educativa muy polémicas, como el PIN parental. Este miércoles, el futuro presidente de la Generalitat ha asegurado que ya tiene el nombre de la persona que ocupará la cartera de Educación, dando a entender que será designada por el PP.

En público, Mazón sostenía que el acuerdo suscrito no es todavía "publicable" ni "público" y sostenía que el punto de la negociación no está "en las personas" todavía. "El reparto de sillas es lo último", deslizó. "Vamos a contar con las mejores y los mejores. Vamos a gobernar para todo el mundo, a la altura de la responsabilidad, sin prejuicios y sin ideologías impuestas".

Aun así, han comenzado a circular nombres de Vox, desde Llanos Masó o José María Llanos, para la presidencia de las Cortes, hasta José Luis Aguirre o el torero Vicente Barrera para Agricultura. También la hasta ahora portavoz parlamentaria de Vox, Ana Vega, se perfila para un cargo de relevancia. Del mismo modo, en las quinielas de consejerías ha entrado Miriam Turiel.

El anuncio del acuerdo valenciano irrumpía en el tablero nacional, donde el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, lleva semanas haciendo equilibrios sobre la relación con Vox, cada vez más extendidos en los ayuntamientos. El de la Comunidad Valenciana ha sido el primero cerrado en una autonomía. Mazón aseguraba en su comparecencia que ha sido un "proceso compartido" con Feijóo y evitaba hacer traslaciones a la política de pactos de su partido en el Gobierno central. "Yo nací en el Mediterráneo", dijo en varias ocasiones. "Feijóo me ha trasladado su felicitación por haber podido darle una principio de acuerdo y giro estable a la Comunidad Valenciana", explicó.

Un Gobierno "potente, serio y estable". Así definió este martes Carlos Mazón el que será el próximo Ejecutivo de coalición del Partido Popular y Vox en la Generalitat valenciana. El barón popular prepara un organigrama con un máximo de 10 conselleries, dos menos que el Botànic, incluida Presidencia, de las que, presumiblemente, ocho estarían ocupadas por personas designadas por los populares y dos por los ultraconservadores, con la incógnita de si Vox tendrá una vicepresidencia. Esa es la secuencia que se extrae del reparto "proporcional" a los resultados obtenidos que figura en el documento de "principio de acuerdo" suscrito tras la reunión de algo más de dos horas mantenida en las Cortes valencianas. El papel completo no se ha hecho público.

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