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Acordes y desacuerdos: así suena la disputada campaña electoral en la Comunidad Valenciana
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Acordes y desacuerdos: así suena la disputada campaña electoral en la Comunidad Valenciana

El acercamiento entre políticos y músicos es un proceso consolidado desde los años 70 y que llega a nuestros días como una herramientas más para movilizar a los votantes

Foto: Ximo Puig, Amparo y Eva Ferri y Joan Ribó en el homenaje a Nino Bravo.
Ximo Puig, Amparo y Eva Ferri y Joan Ribó en el homenaje a Nino Bravo.

Entre 1971 y 1975, Jimmy Carter gobernó el estado de Georgia. A lo largo de aquel mandato, el político estadounidense fraguó vínculos afectivos con relevantes primeras espadas del rock, como Bob Dylan, Willie Nelson o The Allman Brothers. Cuando decidió dar el paso para presentarse a las elecciones presidenciales de 1976, Carter consiguió sumar el apoyo de otras figuras de la cultura rock: desde el matrimonio Johnny y Rosanne Cash hasta The Band, Paul Simon o Hunter S. Thompson, la firma más eminente de la entonces influyente revista Rolling Stone. En los comicios del 2 de noviembre de 1976, el georgiano se convirtió, por un estrechísimo margen, en el primer presidente sureño de los Estados Unidos desde 1848. Desde entonces, ningún candidato demócrata ha vuelto a vencer en todos los estados meridionales, incluido Texas.

Foto: Concierto de Doctor Divago en Discos Ámsterdam. (Cedida)

Aquella fue la primera campaña electoral en la que los músicos se organizaron como un lobby de sustento a un candidato para influir en el voto popular. Durante las últimas cinco décadas, el engranaje electoral de los partidos políticos se ha acercado al mundo de la música por su capacidad de movilización sobre las masas. En los actuales comicios autonómicos y municipales valencianos, todos los actores políticos se nutren, en mayor o menor medida, del arma electoral que implica una melodía adictiva.

Marta Marcos (Gandia, 1995) es politóloga y consultora de comunicación. “La música posee un componente emocional innegable, pero la posibilidad de innovar en nuestras campañas es escasa. Aquí recogemos experiencias foráneas y las adaptamos a nuestra particularidad. En cuestiones musicales, los partidos son conservadores, hay reticencias a exponerse. El pop, los cantautores y los melódicos marcan la pauta, el rap ya es arriesgado, excepto entre la izquierda, y la música urbana y el reguetón tienen escaso margen. Se va a lo seguro”.

El pasado 1 de julio de 2022, Joan Manuel Serrat se despedía de Valencia con un multitudinario concierto en la plaza de toros. La plana mayor del PSPV-PSOE se daba cita para honrar al compositor del Poble-sec y uno de los últimos en tomar asiento en el coso de la calle Xàtiva fue el President de la Generalitat, Ximo Puig. A lo largo de esta legislatura, el político morellano ha capitalizado, desde su posición institucional, buena parte del acervo musical valenciano más relevante de la contemporaneidad pop: desde un pionero como Raimon, en su celebración del 60 aniversario de la publicación de su disco debut, Al Vent, hasta la reformulación masiva del Festival de Benidorm como plataforma de selección del artista nacional de Eurovisión.

El nombramiento de Camilo Sesto como embajador de la Comunidad Valenciana a título póstumo y la asistencia a los conciertos de conmemoración de los 40 años de trayectoria musical de Sole Giménez, exmiembro de Presuntos Implicados, y del 50 aniversario del fallecimiento de Nino Bravo son algunas de las acciones más significativas desde presidencia en la política conmemorativa del legado musical valenciano. “En el caso de Puig, estas acciones implican credibilidad. Antes de ser president de la Generalitat ya era conocida su admiración por los cantautores clásicos y ahora lo reafirma institucionalmente. No hay impostura para un posible votante maduro. En el caso del votante joven, se ha comprometido con el Benidorm Fest sin parecer desubicado, y ha logrado poner en valor el turismo de la zona y las nuevas músicas valencianas”, comenta Marcos.

En mayo de 2021, la dirección nacional del Partido Popular forzó a la líder de los populares valencianos, Isabel Bonig, a dejar su puesto y renunciar a su futura candidatura para presidir la Generalitat valenciana. La exalcaldesa de la Vall d'Uxó, reconocida entusiasta del rock radical vasco de Kortatu, La Polla Records y Eskorbuto y del technorock británico de Depeche Mode, dejaba paso a los cantos melódicos provenientes del sur. El alicantino Carlos Mazón se había presentado a la preselección de Eurovisión 2011, con su grupo Marengo, versionando Y sólo tú de Bacchelli. Una canción que había representado a España en el festival europeo de 1981, y por la que Julio Iglesias interpuso una querella ante el evidente plagio de su A veces tú, a veces yo, incluida en su álbum conceptual El amor, de 1975. Los populares retornaban a la continuidad histórica del hilo musical juliano de Zaplana y Camps.

“Aunque el vídeo eurovisivo de Carlos Mazón haya aparecido en algunos medios, no le han dado prioridad a esa faceta musical, quizá porque desde el partido pretenden mostrar un tono serio en un candidato debutante. En otro escenario podrían haber optado por exaltar estas características para mostrar cercanía con el elector, pero parece que no ha sido el caso”, incide la politóloga.

Dentro de la coalición Compromís se halla el escaso trasvase entre auditorios y parlamentos de la realidad política valenciana. Músicos como Josep Nadal (La Gossa Sorda) o Pau Alabajos han ejercido la representación pública desde las Cortes Valencianas o el Ayuntamiento de Torrent, respectivamente. En las próximas elecciones autonómicas del 28 de mayo, Miquel Gil, histórico compositor y miembro fundador de Al Tall, aparece en el número 12 por la circunscripción de Valencia a las Corts, comandada por Joan Baldoví.

Como ejercicio de apoyo simbólico, Panxo, líder del grupo Zoo, aparece como suplente en la candidatura a la alcaldía de Més Gandia, agrupación que une a Compromís, Esquerra Unida y Podemos en la capital de la Safor. “Los movimientos estratégicos de incorporar a músicos famosos, como Panxo, pueden movilizar a un votante joven seguidor del grupo valenciano del momento. Los jingles también son relevantes para fidelizar al nuevo votante, por eso Compromís lanzó Per tot el que importa: un tema pegadizo, muy moderno en su sonoridad”, explica Marta Marcos, “sin embargo, para el votante de mayor edad, lo eficaz sigue siendo el artista clásico frente al auditorio, algo que ejemplificó Julio Iglesias con el Partido Popular durante las décadas pasadas”.

Foto: La banda valenciana Zoo. (Guillem Garay)
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Si existe un artista valenciano de consenso entre la ciudadanía es Nino Bravo. El manejo austero de su figura pública durante su vida, unos temas rotundos y lo trágico de su temprana desaparición lo convirtieron en un mito de aceptación casi absoluta hace décadas. Su hija mayor, Eva Ferri, cerrará la lista de Ciudadanos al Ayuntamiento de Valencia. Esta formación es la única que presenta a una mujer como candidata a la Generalitat, Mamen Peris. “Es algo simbólico”, expone la comunicadora, “Nino Bravo es uno de los cantantes más famosos del país y presentar a su hija puede implicar cierta notoriedad en los medios de comunicación. Existen ciertas dinámicas de partido, y Ciudadanos se encuentra en esta situación, que impulsan a intentar requiebros vistosos”.

Durante el 15-M y el posterior desarrollo institucional de Podemos, una nueva generación de políticos utilizó la música popular para reformular su aproximación al votante. La cadencia discursiva de Pablo Iglesias asimilaba por momentos las rimas del rap para fijar su mensaje. El grupo de hip hop valenciano Los Chikos del Maíz publicaron, en mayo de 2011, Pasión de Talibanes y se convirtieron en uno de los combos de referencia del nuevo movimiento. En la pasada Fiesta de la Primavera, celebrada en los Jardines de Viveros de Valencia, el dúo actuó junto a Manel, Pedro Pastor, Té Canela y Samantha Hudson, con la presencia de Héctor Illueca, vicepresidente Segundo y candidato de Unides-Podem a la Generalitat. “El vínculo entre Los Chikos del Maíz y Podemos tras el 15-M fue importante para fidelizar aquel voto joven durante la década pasada. El rap es la canción protesta del siglo XXI y, en ocasiones, las letras del grupo valenciano formaron parte del discurso de Pablo Iglesias”, recuerda la consultora.

La grabación del himno regional interpretada por el alcoyano Francisco finiquitaba el mitin de Vox en Valencia, el pasado viernes 12 de mayo. El cantante melódico reconocía hace unas semanas haber rechazado varias propuestas para entrar en la política municipal valenciana, aunque no declaró quiénes le tantearon. La formación encabezada en las elecciones autonómicas por Carlos Flores amenizó la jornada con himnos marciales de la Guardia Civil y la Policía Nacional, salpicados por temas de Nino Bravo, Gabinete Caligari, Los Nikis y el recurrente himno católico Color esperanza de Diego Torres. “El discurso de Vox es problemático para generar ese sentimiento de pertenencia en el marco autonómico, y es cierto que están encontrando más dificultades para encontrar apoyos en el mundo de la cultura o de la música en particular”, concluye Marcos.

Entre 1971 y 1975, Jimmy Carter gobernó el estado de Georgia. A lo largo de aquel mandato, el político estadounidense fraguó vínculos afectivos con relevantes primeras espadas del rock, como Bob Dylan, Willie Nelson o The Allman Brothers. Cuando decidió dar el paso para presentarse a las elecciones presidenciales de 1976, Carter consiguió sumar el apoyo de otras figuras de la cultura rock: desde el matrimonio Johnny y Rosanne Cash hasta The Band, Paul Simon o Hunter S. Thompson, la firma más eminente de la entonces influyente revista Rolling Stone. En los comicios del 2 de noviembre de 1976, el georgiano se convirtió, por un estrechísimo margen, en el primer presidente sureño de los Estados Unidos desde 1848. Desde entonces, ningún candidato demócrata ha vuelto a vencer en todos los estados meridionales, incluido Texas.

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