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Zoo, la revolución del rap valenciano que conquista a todo un país
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"Los vientos han girado para mi suerte"

Zoo, la revolución del rap valenciano que conquista a todo un país

El grupo de Gandía se dispone a llenar el Wizink Center de Madrid y el Palau Sant Jordi de Barcelona, con aforos de 15.000 asistentes, como colofón a la flamante gira de su disco de madurez, 'Llepolies'

Foto: La banda valenciana Zoo. (Guillem Garay)
La banda valenciana Zoo. (Guillem Garay)

Hace quince años, la plaza del Cedro, en el barrio valenciano de Algirós, era un refugio donde la ciudad no dormía. Las salas y bares musicales, como Wah Wah, Matisse, El Asesino, Velvet, Deluxe o Natura Dub, ofrecían conciertos de músicos consagrados y oportunidades a los principiantes locales. En sus reductos para el rap apareció Toni Sánchez Pardines, 'Panxo', hoy líder de Zoo, para defender sus primeras rimas sobre el escenario. Enfrente, apenas se contaban unas decenas de curiosos.

Foto: El público asiste a un concierto en Valencia tras las grandes restricciones por la pandemia. (EFE/Biel Aliño)

“No echo demasiado la vista atrás porque no he tenido tiempo para hacerlo. En Zoo llevamos produciendo mucho durante años, y hay escaso espacio para la nostalgia, pero me hace sentir muy bien pensar que soy el mismo que entonces. Los vientos han girado para mi suerte, y sin embargo, cuando a mitad de la década de los 2000 cantaba para diez personas, en un local del Cedro, lo hacía con la misma ilusión y el mismo respeto por aquel público que el que hoy tengo por las miles que congregamos”, comenta el vocalista.

El combo de rap electrónico lanzó 'Llepolies' (Zoo Records, 2021) la última semana de marzo del pasado año. El álbum irrumpió directo al número diez en las listas de ventas españolas, compartiendo puestos de privilegio junto a artistas internacionales como Dua Lipa, Karol G., Justin Bieber, y nacionales como C.Tangana, Rayden o Bad Gyal. Todos intérpretes en inglés y castellano. Fue algo inédito para una obra en valenciano en lo que llevamos de siglo XXI. Desde entonces, tres de sus singles 'Tobogan', 'Llepolies' y 'Avant' han sobrepasado el millón de visualizaciones en Youtube. “A nivel interno es nuestro disco de madurez, nos conocemos en profundidad y sabemos qué funciona y qué no".

"Es un álbum bien planificado, con más tiempo y con más dinero: un año entero encerrados en una casa rural y dándole múltiples vueltas a cada canción, en un buen estudio, con material instrumental adecuado y con medios para invertir. Al final, ha salido lo que era lógico que saliera: un trabajo equilibrado, bien arreglado, con canciones diversas, con tres o cuatro hits que funcionan en festivales y conciertos multitudinarios. No hemos inventado nada, desde hace tiempo existen grupos introduciendo rapeos con bases electrónicas, y desde nuestra aparición aún más, pero en la escena alternativa estatal puede que sí hayamos logrado un estilo y unas sonoridades que el público ha percibido. Y si hemos llegado al resto del Estado, hay que recordar a los grupos de calidad y originalidad que nos precedieron cantando en valenciano, cuando no exitían los canales abiertos para el contacto directo entre banda y público, como Obrint Pas o La Gossa Sorda, o a los Berri Txarrak, en euskera, que dieron con esa tecla que gustó al gran público, cuando era imposible llegar a él. Así se abrió un camino para la música en las otras lenguas”, razona Panxo.

placeholder Zoo en el Viñarock de Villarobledo 2022. (Cedida)
Zoo en el Viñarock de Villarobledo 2022. (Cedida)

Históricamente, los grupos que cantan en las lenguas oficiales, distintas al castellano, encuentran una barrera para alcanzar la popularidad en todo el país. Los de La Safor han solventado esa anomalía. “Iniciar una gira estatal con el público con mascarilla y sentado fue sorprendentemente natural. Nosotros veníamos de un año de parón con todo el mundo encerrado y estábamos sobre aviso. Cuando una desgracia es global parece que te adaptas mejor, y tocaba salir a presentar, no quedaba otra. Era eso o echar currículum en un supermercado. Así que no tengo un recuerdo traumático, fue un obstáculo a sortear. Nuestro primer concierto con restricciones fue en Valencia ante 2.000 personas sentadas y lo disfrutaron mucho".

Ya con la normalidad plena, decidieron apostar por una gira estatal importante. "Alquilamos salas en territorios ajenos a nuestro espacio lingüístico, como Andalucía, Madrid, Euskadi, Castilla y León, Galicia, Navarra o Murcia para varios cientos de personas y sabíamos que era un riesgo, pero todo se ha llenado. Ese efecto rebote, tras aguantar toda una pandemia, ha hecho que la actitud y las ganas de la gente crearan un ambiente que nos hizo tener la sensación de estar tocando techo. Y la materialización de esa sensación la esperamos cumplir el 3 de diciembre en Madrid y el 10 en Barcelona, con el cierre de gira en el Wizink Center y el Palau Sant Jordi. Además, estoy teniendo tiempo para componer y lo estoy disfrutando mucho, algo que no esperaba. Pero no como un concepto de elepé, sino canciones sueltas y experimentando nuevos sonidos”, concluye Panxo.

El fenómeno Zoo nació bajo un buen augurio. Era el verano de 2014 y su primera composición, 'Estiu', sonaba en bucle en Valencia. Hoy el tema roza los siete millones de visitas. Mark Dasousa, el productor de la canción, recuerda el acto fundacional: “Mi relación con Panxo comienza a través de Orxata Sound System, donde él militaba. Se fijó en mi manera de trabajar, así que cuando abandonó Orxata, y después de terminar gira con Riot Propaganda, me llamó y me dijo que quería hacer algo, que tenía un tema y que si yo podía grabárselo. Vino con la base de “Estiu”. Grabamos la voces en una mañana y por la tarde lo mezclé y se lo envié. A los pocos días de subirlo a Youtube me volvió a llamar y me dijo que íbamos por 40.000 reproducciones, que ¿qué hacíamos? Le dije que grabar un disco y le pregunté que si tenía tiempo libre. Me contestó que era millonario en tiempo, así que le propuse que viniera al día siguiente al estudio".

placeholder Panxo, líder de Zoo. (Guillem Garay)
Panxo, líder de Zoo. (Guillem Garay)

Panxo llegó con las letras y "con cierto temor por no saber bien cómo seguir. Le dije que muy mal tendríamos que hacerlo para frenar el curso natural del proyecto. Como es un tipo valiente se puso a crear y se dejó llevar hasta que le propuse estribillar sus canciones. Ahí me dijo que yo no controlaba de música urbana (ciertamente, no como él), y yo le respondí que los estribillos cambiarían su vida. Me puse a tentarle en modo diablo y él acabó en modo Fausto. Al final, cedió y me vendió su alma, no sin antes consultarlo con su hermano Pablo, entonces en La Raíz, y hoy en Ciudad Jara, que le animó a que me hiciera caso (aunque esto me lo confesó años después)”.

Dasousa es el prestidigitador tras la cortina de la música valenciana. Desde 2001, han pasado por su estudio Atomic, en Ondara, grupos como Aspencat, La Fúmiga, La Raíz, Orxata, Smoking Souls, Tesa o Zoo. “En Llepolies, Panxo quería tener control de todo el proceso y no tomar decisiones en el estudio. Me llamó cuando tenía algo para mostrarme y valoramos dónde me ubicaba yo en el proyecto. Después, me volvió a llamar y me dijo que quería mezclarlo él, con sus propios medios. Le dije que si así lo necesitaba, así debía hacerlo. Semanas después me contó que se había venido arriba y que mejor lo mezclara yo. Me alegré mucho la verdad. Los discos son como las relaciones. A nadie le gusta que le dejen”, comenta Dasousa mientras ríe.

“Creo que la evolución de Zoo del primer trabajo al último es admirable. Ya que no ha necesitado dejar de ser él para crear expectación en un público nuevo, que se está sumando a la moda Zoo desde todas las zonas del territorio, y además su legión de fans de siempre le ha encumbrado todavía más. 'Llepolies' es el álbum donde Panxo ha podido controlar y disfrutar sin sobresaltos ni decisiones sobre la bocina. El disco contiene buenas canciones, y en él se abre a fórmulas fuera de la manera clásica del grupo”, explica el productor.

La música de la Comunidad Valenciana emerge con nombres notables en toda la escena nacional. Aparte de Zoo, otros como Mafalda, Arkano, Los Zigarros, La Plata, La Fúmiga, Samantha, Ciudad Jara, Santero y Los Muchachos o Alba Reche, se han sumado a las bandas que hace una década transcendían nuestras fronteras: Los Chikos del Maíz, Nach, Los de Marras, El Último Ke Zierre o La Habitación Roja, además de los ya disueltos Obrint Pas y La Gossa Sorda.

Desde 2017, Marga Landete es Directora Adjunta de Música y Cultura Popular del Instituto Valenciano de Cultura de la Generalitat Valenciana: “La música valenciana ofrece propuestas de gran calidad y diversidad, y cada vez cuenta con un tejido industrial más consolidado que ayuda a su conocimiento fuera de nuestras fronteras. Solo hace falta pararse un poco a escuchar para darse cuenta que la música valenciana está viviendo un momento de creatividad envidiable, con propuestas mainstream, experimentales, combativas, tradicionales, electrónicas... Te guste la música que te guste siempre encontrarás una banda valenciana que te interese. El caso de Zoo es muy destacado, pero ya desde finales de los noventa, bandas como Obrint Pas, literalmente se abrieron paso hasta llegar a Iberoamérica o Japón”, expone Landete.

Durante estos seis años, que describe “de trabajo frenético y con una inmensa implicación personal y económica”, ha desarrollado unas líneas básicas para impulsar el sector. “Nos propusimos tres cuestiones fundamentales: fomento de la organización de la industria en nuestro territorio, diálogo continuo con el sector e incremento presupuestario. Desde el Gobierno valenciano se ha promovido la creación y consolidación de asociaciones y federaciones que recogieran los intereses de artistas, promotores, managers, técnicos, salas... De manera que pudiéramos interlocutar con ellos para poder diseñar políticas positivas para todos. De este modo, hemos pasado de funcionar por ocurrencias a tener unos objetivos y acciones claras que ejecutar”, remata la directora.

En 1918, el ministro de Fomento del Gobierno de España, y años más tarde primer Presidente de la II República, Niceto Alcalá Zamora, se dirigía en el pleno de las Cortes a Francesc Cambó, líder de la Lliga Regionalista: “Usted debe escoger entre ser el Simón Bolívar de Cataluña o el Otto Von Bismarck de España, pero es imposible que quiera ser las dos cosas al mismo tiempo”. En 2022, los valencianos Zoo son los liberadores de esas músicas compuestas en lenguas minorizadas y se encaminan al asalto de la cancillería. Lo han logrado desde la absoluta independencia, sin sonar en las radiofórmulas, con su propio sello discográfico, gestionando sus giras y rimando en valenciano.

Hace quince años, la plaza del Cedro, en el barrio valenciano de Algirós, era un refugio donde la ciudad no dormía. Las salas y bares musicales, como Wah Wah, Matisse, El Asesino, Velvet, Deluxe o Natura Dub, ofrecían conciertos de músicos consagrados y oportunidades a los principiantes locales. En sus reductos para el rap apareció Toni Sánchez Pardines, 'Panxo', hoy líder de Zoo, para defender sus primeras rimas sobre el escenario. Enfrente, apenas se contaban unas decenas de curiosos.

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