La Policía infiltró a un agente en Valencia en los antisistema contrarios al plan de Benimaclet

La Policía Nacional infiltró también en los movimientos antisistema de Valencia a un agente procedente de Cataluña para obtener información y vigilar las actividades de estos colectivos en el barrio de Benimaclet, donde la promotora Metrovacesa quiere desarrollar un proyecto urbanístico de 1.300 viviendas y espacios ajardinados y dotacionales. Así lo asegura una investigación del diario catalán Directa, que también ha informado de labores de inteligencia del Cuerpo Nacional de Policía en colectivos de izquierda independentista y alternativa en Cataluña. En este caso, se ha producido polémica porque uno de los agentes mantuvo relaciones sexuales con varias activistas a las que no desveló su verdadera identidad.

Fuentes de la dirección de Policía Nacional en la Comunidad Valenciana declinaron hacer cualquier comentario sobre estas informaciones y señalaron no tener datos sobre el asunto.

TE PUEDE INTERESAR

Metrovacesa arranca la batalla legal contra el bloqueo de su plan estrella en Valencia

Víctor Romero. Valencia

Según la investigación de la Directa, el agente se infiltró entre 2020 y 2021 en el movimiento Cuidem Benimaclet, una organización vinculada a colectivos de izquierda antisistema, pero también a familias de la zona, que se ha posicionado en contra del desarrollo del plan urbanístico de ampliación de ese barrio de Valencia, que impulsa Metrovacesa, dueña de más del 40% del suelo, junto con otros propietarios como la Sareb.

A través de su participación en actividades en Benimaclet, el policía habría tenido acceso también al Centre Social Okupat Anarquista (CSOA) L'Horta. En diciembre de 2020, agentes antidisturbios realizaron una intervención en ese local para tratar de desalojarlo. Se llegó a producir una carga contra un grupo de activistas, pero la orden que había tramitado el Juzgado de Instrucción número 13 de Valencia afectaba solo a una parte de la finca, propiedad de la Sareb, de unos 100 metros cuadrados sobre una superficie de unos 10.000 metros, y los agentes no pudieron acreditar que incluyese a la alquería que acoge el citado casal cocial. Los antidisturbios optaron por abandonar el lugar y el inmueble fue ocupado de nuevo. Desde entonces no ha vuelto a producirse ninguna intervención. Tiene sentido que el agente hubiera realizado labores de información previas a ese intento de desalojo por orden judicial.

TE PUEDE INTERESAR

El hombre perfecto era un topo: "Si hubiera sabido que era policía, no me habría liado con él"

Carlos Prieto

Según el mismo periódico, que basa su investigación en un análisis comparativo de fotografías de un perito experto en análisis criminalístico, el agente infiltrado mostraba mucho interés por la actividad política de Benimaclet y siempre estaba dispuesto a colaborar en la organización de cualquier movilización, actividad o acción. Entre las acciones que ha desarrollado Cuidem Benimaclet está la de derribar las vallas con las que Metrovacesa trató de delimitar sus parcelas y frenar la proliferación de construcciones improvisadas con maderas y verjas abandonadas junto a los huertos urbanos que se han desplegado por los descampados.

Según la Directa, el policía participó en esas acciones, así como también en un enfrentamiento con compañeros de antidisturbios en una protesta contra el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél. También colaboró en labores de seguridad con los organizadores de una manifestación con motivo del 1 de mayo en 2021, que le invitaron porque participaba en las clases de muay thai gratuitas que se impartían en el casal social, según ha podido saber El Confidencial.

Fuentes cercanas a estos colectivos aseguran estar molestas por la presencia de un policía con labores de vigilancia porque consideran que sus actividades no suponen una amenaza para la seguridad ni son delictivas. Los movimientos contrarios al proyecto urbanístico quieren que gran parte de ese suelo, clasificado como urbanizable en el PGOU de Valencia desde 1988, sea declarado huerta protegida y que el proyecto urbanístico reduzca considerablemente sus derechos de edificabilidad. La polémica tiene dividido al equipo de Gobierno municipal. Compromís y el alcalde, Joan Ribó, tienen bloqueado el desarrollo y simpatizan con los colectivos contrarios al plan, mientras que el PSPV-PSOE de la vicealcaldesa Sandra Gómez apuesta por sacarlo adelante, generando nuevas zonas verdes y espacios dotacionales en el barrio, respetando la edificabilidad de unas 1.300 viviendas y oficinas.