Sareb frena la mayor venta de pisos de su historia por temor reputacional del Gobierno

El Gobierno fija su primera gran línea roja desde la toma de control de Sareb: no venderá activos a los fondos buitre y menos a precio de derribo. Y todo ello a pesar de la necesidad que tiene de acelerar su plan de negocio. De este modo, el consejo de administración de la sociedad controlada por el FROB (Fondo de Reestructuración) ha decidido esta semana paralizar la mayor venta de su historia, dentro del conocido Proyecto Gas que abarcaba activos inmobiliarios por valor de 1.262 millones, según fuentes financieras consultadas por El Confidencial. Desde Sareb no quisieron hacer comentarios.

Varios fondos oportunistas se han interesado en los últimos meses por esta operación, aunque el que llegó a su fase final fue el norteamericano Fortress, imponiéndose en el proceso al nórdico Albatris. Aun así, su oferta no encajaba con lo que quería saber Sareb, ni por precio ni por temas técnicos, según estas fuentes.

Aun así, las mismas señalan que aunque la oferta hubiera sido mejor, la operación se hubiera terminado paralizando por el riesgo reputacional que ve el principal accionista de Sareb, que es el propio Estado. Temía vender deuda ligada a la vivienda a fondos oportunistas en un momento como el actual de elevada inflación y potencial recesión. No solo eso, sino que la venta podría haber sido contradictoria con las negociaciones que mantiene Economía con la banca para que flexibilicen las cuotas a los hipotecados vulnerables.

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En esta línea, las fuentes consultadas explican que la cartera del Proyecto Gas estaba plagada de créditos impagados cuyo colateral son pisos actualmente okupados, por mafias y familias.

Según la información que se distribuyó a inversores, esta operación abarcaba 11.000 créditos que se concedieron originalmente a pymes promotoras con 11.000 activos residenciales como garantía. De ellos, había unos 4.800 pisos y el resto eran garajes, trasteros y suelos. La mayor parte de los créditos están ya en fase de reclamación judicial o en concurso de acreedores.

Origen de los activos

Estos préstamos fueron concedidos por entidades rescatadas (especialmente Catalunya Banc, Banco de Valencia y Bankia) por valor de 1.262 millones. Cuando estalló la crisis, estos grupos traspasaron estos créditos a Sareb con un valor de 700 millones, del que el Estado ya había sumido pérdidas del 45%. Cuando los sacó a la venta tenían un valor en libros de 385 millones.

El banco malo presidido por Javier Torres esperaba obtener unos 150-200 millones en la operación, pero los descuentos exigidos por los compradores han sido superiores a lo previsto, ante la baja calidad de los activos y la incertidumbre económica.

La sociedad lanzó esta operación para acelerar su plan de negocio, con el que tiene que cumplir su principal objetivo: devolver los 33.664 millones en deuda avalada por el Estado que tiene a día de hoy. A Sareb le quedan cinco años de vida para generar ingresos con los que amortizar estos bonos, de lo contrario se convertirán en pérdidas el Tesoro.

Por ello, tras el portazo a esta venta, Sareb tiene que decidir ahora que hace con estos activos: venderlos uno a uno a particulares; en bloques más pequeños a fondos oportunistas, o destinarlos a los nuevos programas que está lanzando de política social, en especial tras la toma de control por parte del Estado.

El FROB tomó el control de Sareb el pasado mes de abril, tras alcanzar el 50,15% del capital. En el accionariado siguen bancos privados como Santander, CaixaBank y Sabadell, pero sin presencia en el consejo. El fondo presidido por Paula Conthe tomó esta decisión después de que el Eurostat obligara a España a computar las pérdidas del banco malo y su deuda como públicas.