Calviño ultima los detalles del 'rescate hipotecario' lejos de la postura más dura de Díaz

El Ministerio de Economía estudia los últimos detalles del plan para salvar a los hipotecados vulnerables presionados por el euríbor. El equipo de Nadia Calviño enviará en los próximos días un borrador de la reforma a los bancos, con los que ha intensificado las negociaciones en los últimos días. Ambas partes han intentado mantener este frente al margen del impuesto y el dictamen del Banco Central Europeo (BCE), aunque banqueros consultados por este medio reconocen que está siendo difícil.

Por el momento, las fuentes consultadas creen que Economía se va a desmarcar con una propuesta intermedia, pero más cercana a la que puso hace algunas semanas sobre la mesa la banca, de la planteada por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.

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La oferta de las entidades pasa por alargar cinco años el vencimiento de las hipotecas de todos aquellos clientes vulnerables que vean encarecida su cuota mensual en al menos un 30%. Las condiciones para ello son que los ingresos de la familia no superen los 24.318 euros al año, tres veces el IPREM en 14 pagas, y que la carga hipotecaria represente un 40% de los ingresos de la familia.

Por su parte, Díaz calificó la oferta como "insuficiente" y exigió que la solución no se quede en las familias vulnerables, sino que llegue a toda la "clase media", congelando sus cuotas hipotecarias.

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Frente a ello, dichas fuentes creen que Calviño va a plantear una reforma del Código de Buenas Prácticas que abarque distintas medidas para familias vulnerables o que estén en riesgo de caer en este segmento.

Alivio y certidumbre

De este modo, el Ministerio de Economía habría descartado cualquier medida que pueda debilitar la "cultura de pago" de los deudores españoles, algo de lo que se quejaron algunos banqueros en las ruedas de prensa de resultados: "No se debe ofrecer de manera generalizada, sino a los vulnerables, ya que, si no, se pondría en duda la cultura de pago del país", expuso Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank.

Las mismas fuentes señalan que la medida que ponga sobre la mesa el Gobierno va a buscar dar alivio y certidumbre a las familias presionadas por el alza del euríbor, pero nunca perdonar cuotas. Se pone como ejemplo lo que se hizo con las líneas ICO (Instituto de Crédito Oficial) cuando hubo temores de impagos generalizados. En ese momento, el Tesoro anunció ampliaciones de los plazos y de las carencias de estos créditos.

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Estas negociaciones llegan en un momento de gran tensión entre el Gobierno y el BCE, con la banca en medio. La semana pasada hubo acusaciones del presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y algunos ministros contra el dictamen del supervisor contra el impuesto a la banca.

Las entidades se quejan de que se les usa políticamente a pesar de llevar colaborando con este Gobierno desde el primer minuto con medidas como las líneas ICO y el adelanto de los ERTE (expediente de regulación temporal de empleo) durante el covid, y planes para fomentar la inclusión financiera de los mayores y en las zonas rurales.

A esto se une que están entre la espada y la pared con el dictamen del BCE, ya que, como publicó este medio, para las entidades es vinculante y les obliga a trasladar el coste del tributo a los clientes, mientras el Gobierno amenaza con una batalla en este frente.