De Alfredo Landa a Netflix: cómo Benidorm lleva siendo un escenario de cine desde los 60

El urbanismo vertical y el skyline de Benidorm, único en España, han convertido a la ciudad en un gran plató de cine al aire libre. El boom del sector es incuestionable. En 2020, el año en el que se paró el mundo, la Benidorm Film Office alcanzó su máximo histórico de beneficio. Los rodajes dejaron entonces un impacto directo de 4,5 millones de euros, frente a los 3 de 2021. Paradójicamente, una de las calves que explica el hito es la crisis sanitaria, pero el origen del fenómeno hay que buscarlo mucho antes, en los 60 y la eclosión del turismo.

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La pandemia congeló la ciudad y eso se convirtió en una ventaja. Las playas vacías, las calles llenas de rascacielos, sin peatones y sin coches, atrajeron numerosas producciones de documentales y reportajes, principalmente de origen británico, para contar desde la capital turística de la Costa Blanca cómo se vivía la crisis del covid. La ciudad paró, pero los rodajes no.

En los peores momentos de la pandemia, Benidorm se convirtió en set de grabación para televisiones y canales de noticias y, una vez la primera ola amainó, allá por el mes de julio, los rodajes de series y películas se reactivaron. Con mascarillas, guantes, PCR, antígenos, distancias y todas las medidas requeridas, la ciudad volvió a escuchar el “luces, cámara, acción”. Fue el momento del rodaje de varios largometrajes, entre ellos, El Cover, de Secun de la Rosa, o Nieva en Benidorm, de Isabel Coixet y la productora El Deseo de Almodóvar.

También se ha rodado en los últimos tiempos: El mundo es tuyo, Rainbow, Las Consecuencias, El Hombre que embotelló el sol, Here comes the sun y hasta dos películas para Bollywood. La ciudad ha tenido dos series con su nombre, una producida por Atresmedia y otra por la cadena británica ITV, en antena 10 temporadas. También ha sido escenario de las dos temporadas de Paraíso, y de otros títulos como Alba, Cuéntame, Ad Vitam, El Inmortal, La Ruta y Fugitiva, esta última producción ha terminado en Netflix.

En los 60 empezó todo

Pero no es un fenómeno nuevo. Con el boom turístico de la década de los 60 y la llegada de las suecas la ciudad era un hervidero de bikinis, boites, veraneantes y play-boys patrios que hacían sus pinitos en eso del ligoteo internacional. Fue una realidad que se terminó reflejando en el cine tardofranquista y, por supuesto, Benidorm fue escenario y también protagonista de alguna de sus películas.

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Un beso en el puerto, protagonizada por Manolo Escobar, o La Decente, con Alfredo Landa y Concha Velasco, se rodaron en esa época en la ciudad, pero no fueron las únicas.

Era un cine muy diferente al actual. Según cuenta a El Confidencial la directora de la Benidorm Film Office, Rosa Llorca, las localizaciones de las llamadas españoladas buscaban principalmente “vistas de las playas, en las que fuera reconocible Benidorm y también se veían mucho las piscinas y zonas de esparcimiento de los hoteles”. La ciudad era una protagonista, no solo un escenario circunstancial. En un cine basado en el boom del turismo se buscaba que quedara claro que la historia transcurría en Benidorm porque solo allí podían ocurrir esas cosas.

En los 90, Bigas Lunas rodó Huevos de Oro, con un jovencísimo Javier Bardem y Maribel Verdú, aprovechando las vistas que ofrecían los últimos rascacielos construidos como el Gran Hotel Bali o las panorámicas de las lujosas casas asentadas sobre los acantilados de Sierra Helada.

Cualquier destino está en Benidorm

Aunque el urbanismo vertical y las playas siguen siendo los mayores atractivos para rodar en Benidorm, no son los únicos. Ahora las producciones no buscan que necesariamente se reconozca la ciudad, sino la imagen de modernidad que ofrece la concentración de rascacielos o la sensación de territorio virgen de algunas de sus calas.

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Así Benidorm no solo ha sido Benidorm en el cine, ha sido una playa abandonada de una isla griega en la serie El Internado, la Ibiza de los 70 en El Inmortal con Jon Kortajarena, Río de Janeiro para una marca deportiva o una ciudad futurista en Rainbow, de Paco León.

La clave, según Rosa Llorca, es que “con los mismos gastos de traslado, la productora encuentra una gran variedad de localizaciones. Desde algo tradicional en el casco antiguo, la iluminación nocturna tipo Las Vegas de la calle Gerona, los acantilados sobre el mar de la calle Dos Calas, la moderna escena urbana de la avenida del Mediterráneo, además de la panorámica de las playas, la vista desde la Cruz o el skyline más parecido a Manhattan que encontramos en todo el Mediterráneo”.

La otra clave es la ordenanza específica de rodajes que elaboró el Ayuntamiento para coordinar a las distintas concejalías implicadas a la hora de conceder permisos y dar las máximas facilidades a las productoras. Para el Consistorio las producciones audiovisuales son una prioridad y una fuente incalculable de impactos publicitarios y beneficios económicos directos e indirectos. De hecho, esta industria cinematográfica ha desplegado sus redes hasta el tejido productivo local y ya hay empresas especializadas en contrataciones temporales de limpiadoras, vigilantes, peluqueros o ayudantes de producción para películas y series de televisión. También firmas especializas en gestionar localizaciones para producciones publicitarias.

Industria audiovisual local

Tanto se han especializado que alguna de estas empresas incluso ha salido de Benidorm y ya trabaja con producciones en Canarias o Baleares. El Grupo Sabe o Bemyset son algunos ejemplos. Josemán Escribá, fundador de esta última, explica que su empresa tramita permisos, busca casas para rodajes de cine, publicidad o moda y tiene un equipo de localizadores a disposición de grandes productoras. "De Benidorm nos piden mucho la panorámica de rascacielos, pero también localizaciones para moda con cierta estética de los años 70”, precisa.

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La floreciente industria audiovisual en Benidorm ha generado en lo que va de año 150 solicitudes que han fructificado en 110 producciones. Durante el mes de septiembre la media fue de 4 o 5 producciones semanales.

Y además de las series, pelis o documentales, la publicidad ocupa un lugar destacado. Marcas como Coca-Cola, Lacoste, Nike, Oakley, H&M, Lodi, Lexus, Vespa, Peugeot, Skoda, BMW, Audi, Mercedes, Renault, Seat, Wolkswagen, Suzuki, Honda, Nissan, Yamaha, Geox, Mizuno, Hawaianas, Bershka, Rodier, Sprinter, Decathlon, Lidl, Huawei o Nautalia han rodado spots en la ciudad. Y algunas como El Corte Inglés, la ONCE o Zara han repetido en más de una ocasión.

Programas de televisión como Masterchef, Un país para escucharlo, Comando Actualidad, El condensador de fluzo, Aquí la tierra o Alaska y Mario también han hecho parada en Benidorm. Desde Reino Unido, la ciudad ha sido protagonista en Spectacular Spain, con Alex Polizzi y Good Morning Britain.

La lista continúa con los videoclips de Pol Granch, con casi 6 millones de visualizaciones, Arkano y Muévelo Reina, Kayl-Romeo, C Tangana, Alaska, Cirilo, Carlos Segarra, Kudlam y Jimmy Whoo también se han rodado en la ciudad de los rascacielos y el sol y playa.