El éxito de Hábitat Valencia anticipa una recuperación general del sector de las ferias

Candy Montoro no encuentra carpinteros suficientes para el volumen de trabajo que ha ido acumulando en los últimos meses. Proveedora oficial de Feria Valencia desde hace 40 años, se ha encargado de montar muchos de los expositores del certamen del mueble y el diseño Hábitat Valencia y ha trabajado para varias empresas particulares con 'stand' propio. "Hice un ERTE durante la pandemia para 38 trabajadores. Se fueron tres, pero al resto los he recuperado y he cogido a otras 40 personas. Estoy montando una plantilla fija porque falta mucha mano de obra, especialmente de carpinteros. Los estoy formando para dar un servicio de calidad porque nos está viniendo mucho trabajo".

El del Grupo Montoro, una empresa que trabaja para clientes que exponen por toda Europa, es el ejemplo de un proveedor de ferias que ha sobrevivido a la pandemia y está experimentado ahora un crecimiento, coincidiendo además con una sucesión en la gestión empresarial de padre (Blas Montoro) a hija (Candy). Otros se quedaron por el camino o cerraron para abrir con nuevas sociedades, en lo que fueron dos años de parada obligada por las medias de restricción social. Pero la percepción general es que las ferias presenciales han vuelto y, en algunos casos, con cifras superiores a antes de la crisis sanitaria, ante la necesidad en algunos ámbitos productivos de dar salida comercial a nuevos productos o diseños.

"Tenemos registradas ya más de 400 ferias para este año. Hay mucho optimismo y estamos ya cerca de las cifras prepandemia. Algunas no son tan grandes como solían ser, pero otras están teniendo récord de visitantes. Depende también de cómo esté cada sector", explica Juan Puchalt, secretario general de la Asociación de Ferias Españolas (AFE), que preside Xabier Basañez, director del Bilbao Exhibition Centre (BEC). La recuperación está alcanzando a los recintos más grandes y potentes, como Ifema, Fira Barcelona o Feria Valencia, con Fitur, Fruit Attraction, Mobile o Hábitat, pero también a los complejos de ciudades medias: Sevilla, Zaragoza, Málaga…

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"Los organizadores y recintos, y el sector en general, han sufrido mucho por la paralización de la actividad durante la pandemia, llegando incluso a desaparecer muchas pymes, pero, en muchos casos, también han sabido adaptarse cuando ha sido necesario, transformando las instalaciones en hospitales, almacenes de material sanitario, centros de vacunación o centros de acogida de refugiados ucranianos, a raíz de la invasión", señalan desde AFE.

Hábitat Valencia es un ejemplo de esa resurrección en un sector que, a velocidad de crucero, genera un impacto directo e indirecto de 6.500 millones en el PIB, según informes de Oxford Economics que maneja AFE. La feria valenciana del mueble y el diseño, con sus verticales del Salón de Cocina y Textilhogar, se celebra desde el pasado martes hasta este jueves en un clima de optimismo en el sector, pese a los nubarrones económicos. Casi 1.000 empresas han contratado alrededor de 90.000 metros cuadrados de Feria Valencia y han atraído a 3.000 personas procedentes de 60 países potenciales compradores. Está por ver si se trata de un estallido coyuntural o se consolida en próximas ediciones.

Enrique Soto, director general de Feria Valencia, explica a El Confidencial que el sector confía en una recuperación completa en el año 2023. "Yo soy un poco más escéptico. Creo que llegará del todo en 2024. Nos estamos encontrando respuestas diferentes en función de los sectores", dice. "En Hábitat, y antes en Fimma-Maderalia, que son sus proveedores, o en FIMI [moda infantil], el negocio va bien, hay cierto optimismo y esto beneficia", dice Soto. "Pero hay otros sectores más afectados por el incremento de costes de energía o carencia de materias primas. El negocio ferial depende mucho de cómo está cada sector".

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Para Feria Valencia, hay una fecha importante marcada en el calendario, la de la celebración de Cevisama, prevista para febrero de 2023. El certamen más importante de España (y de los más potentes de Europa) del sector de la cerámica, el azulejo y el baño fue suspendido en la pandemia y tuvo que aplazar de nuevo su edición el pasado mes de marzo, cuando la invasión rusa de Ucrania y la factura del gas comenzaron a castigar a los productores. Los problemas de los costes de la energía siguen estando ahí, pero el comité organizador ha optado por programar el certamen con la confianza de que habrá movimiento, al margen de que puedan borrarse algunos fabricantes importantes, como Porcelanosa o Pamesa. "Somos optimistas, creemos que vamos a poder celebrar la feria. Las empresas tienen que mirar al futuro, captar nuevos compradores y hacer nuevo negocio", dice Soto.

Hay algunas señales positivas. Pese a la incertidumbre que dicen vivir las ceramistas, un grupo de casi 70 empresas procedentes del clúster de Castellón ha decidido exponer en Cersaie, el certamen sectorial de azulejos y pavimentos cerámicos que se celebra en Bolonia desde el 26 al 30 de septiembre. Aunque cuentan con el apoyo del ICEX, habrá que ver si Cevisama logra atraer también a expositores internacionales, como ha ocurrido con Hábitat. Sería la prueba del algodón de que la que en su momento se llamó 'nueva normalidad' ha regresado para quedarse de forma definitiva.