La segunda mayor feria cerámica de Europa se suspende en plena ola de ERTE por el gas

El fuerte incremento del precio del gas industrial sigue castigando al clúster azulejero español y ha obligado a un nuevo aplazamiento de la segunda mayor feria europea del sector. Feria Valencia anunció este jueves la suspensión de Cevisama, el certamen internacional de cerámica y baño, previsto para la semana del 13 al 18 de junio. La decisión fue adoptada por unanimidad por parte del comité organizador, que ha señalado en el calendario el tramo entre el 27 de febrero y el 3 de marzo de 2023 como posible alternativa. La suspensión se produce en plena oleada de parones de producción y ERTE en numerosas empresas. La última en gestionar administrativamente una posible suspensión de empleo ha sido la compañía de L'Alcora (Castellón) Halcón Cerámica, aunque no ha decidido todavía si aplicará el ERTE.

En total, son 27 las empresas y 3.930 los trabajadores afectados por expedientes temporales presentados hasta el pasado 25 de marzo, según la última actualización de la patronal Ascer. En su conjunto, el clúster emplea a más de 17.000 personas. Los expedientes afectan principalmente a los trabajadores de la línea, y estos representan, aproximadamente, el 60% de la plantilla, por lo que el alcance a los trabajadores de producción es del 40%.

Cevisama es la mayor exposición de producto y espacio de confluencia entre productores, compradores y distribuidores del continente, solo por detrás de la feria Cersaie, que acoge Bolonia y está prevista para septiembre. Los productores italianos son los principales competidores de los españoles, concentrados mayoritariamente en la provincia de Castellón y que tiene en Pamesa o Porcelanosa algunas de sus firmas bandera.

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Víctor Romero. Valencia

El aplazamiento del certamen valenciano, que ya fue pospuesto de febrero a junio por la sexta ola del covid, se produce por la "crítica situación que atraviesa su pilar expositivo, la industria cerámica, que se enfrenta a un escenario de gran incertidumbre y consecuencias impredecibles tras la invasión rusa de Ucrania", según el comunicado de los organizadores.

El elevado precio del gas, el combustible que emplean de forma industrial los hornos que cuecen azulejos, piezas cerámicas y, también, fritas y esmaltes, es el principal componente de la inestabilidad por su impacto sobre los costes, además de otra materias primas o la propia factura eléctrica. El mercado del gas industrial sigue disparado. La referencia holandesa del Dutch TFF marca precios de 121 euros por MWh. Las empresas sostienen que por encima de los 80 euros se compromete mucho el equilibrio de la cuenta de explotación. Y llevan desde otoño del año pasado por encima de esos umbrales. Las empresas han comenzado a trasladar a sus tarifas el impacto de la factura del gas, lo que encarece la cadena de valor del sector de la construcción.

El sector ha quedado por ahora algo decepcionado por las ayudas habilitadas por el Gobierno en su decreto de ayudas. El Ejecutivo que preside Pedro Sánchez, que había sido advertido, no solo por las empresas, sino también por la propia Generalitat valenciana que preside el socialista Ximo Puig, ha generado crédito por valor de 125 millones de euros para repartir entre las llamadas industrias gasintensivas.

Tanto la cuantía como su letra pequeña con calificadas sde "claramente insuficientes" por la patronal azulejera. "Las industrias gasintensivas de los sectores del papel y el cartón, el vidrio y la cerámica podrán recibir ayudas directas por un montante total de 125 millones de euros, a repartir entre 1.600 empresas. La asignación de las ayudas se ha establecido sobre la base del número de trabajadores, fijando un máximo de 400.000 euros por empresa, una cifra insignificante". La factura media mensual es de dos millones de euros, señalan desde Ascer. "El número de empleados medio de la industria es de 103 empleados, pero no hay que olvidar que además de pymes contamos con grandes empresas que superan con creces esa cifra y que se verán penalizadas en el cálculo".

“En el sector esperábamos una respuesta más contundente y con más medidas que han quedado en el tintero, como la rebaja de peajes del gas, eliminación de impuestos en hidrocarburos o moratorias de pagos para empresas afectadas por la crisis energética, todas ellas medidas encaminadas a dar liquidez a las empresas y poder mantener así la producción y el empleo” apunta Alberto Echavarría, secretario general de Ascer. También consideran "absolutamente lamentable" la cláusula de prohibición general de despedir por causas objetivas relacionadas con la invasión de Ucrania que se impone a toda aquella empresa que recurra a un ERTE para tratar de sobrevivir a la crisis. "La consecuencia más probable será que las empresas recurran directamente a los despidos", insisten.

“La Comisión Europea ha marcado el camino para aportar ayudas de forma contundente a empresas afectadas por los costes energéticos, permitiendo ayudas de hasta 50 millones por empresa. Desde el sector reclamamos que el Gobierno de España asigne los fondos suficientes para que la ayuda ofrecida alcance el máximo permitido. No tiene sentido que la Comisión recoja ayudas de hasta 50 millones y en España solo se aporten hasta 400.000 por empresa”, añade Echavarría.

Las fritas, excluidas

La Asociación Nacional de Fabricantes de Fritas, Esmaltes y Colores Cerámicos (ANFFECC) también lanzó un comunicado relativo Real Decreto para tratar de amortiguar el impacto de los costes energéticos y los problemas derivados de la guerra de Ucrania. Esta patronal mostró su “gran preocupación" por el hecho de que las medidas de apoyo a la industria gasintensiva "dejado fuera al sector de fritas y esmaltes cerámicos, así como a otros sectores gasintensivos sin saber el por qué”. “Desconocemos cuál ha sido el criterio de selección de los sectores citados como gasintensivos, pero no comprendemos que se deje fuera a nuestro sector” indicó Manuel Breva, secretario general de ANFFECC. “Más aún cuando hemos estado reunidos directamente con ministerios por ser sector gasintensivo y la Administración conoce perfectamente nuestra especial vulnerabilidad”.

La esperanza del sector es que el consumo de gas industrial sea incluido también en la propuesta de control de precios que el Gobierno ha elevado a la Comisión Europea. Las empresas cerámicas están a la espera de ver si la limitación del precio (30 euros MWh, según la primera propuesta) alcanza no solamente al gas que se emplea en el mix de generación eléctrica, sino también al de uso industrial. Por ahora son pesimistas en Ascer.