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Más allá del Mobile: las ferias se dejan 300M en ventas por el covid y aceleran reaperturas
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EL SECTOR QUIERE REABRIR TRAS FRENAR EN SECO

Más allá del Mobile: las ferias se dejan 300M en ventas por el covid y aceleran reaperturas

La pandemia ha frenado en seco un sector que acumulaba crecimientos de dos dígitos con 600 ferias y congresos al año. Ahora trabaja para poder reabrir garantizando la seguridad sanitaria

Foto: La cancelación del Mobile World Congress fue el primer golpe para el sector. (Reuters)
La cancelación del Mobile World Congress fue el primer golpe para el sector. (Reuters)

Han pasado casi cuatro meses desde que el 12 de febrero los organizadores del Mobile World Congress anunciaron la suspensión de la edición de 2020 en Fira Barcelona. La cancelación sonó como un mazazo de realidad y sorpresa en un país que debatía sobre si el brote del coronavirus llegaría a Europa y si realmente iba a convertirse en un problema de salud pública.

Desde aquel primer golpe hasta hoy, con la declaración del estado de alarma y las medidas de confinamiento marcando la vida diaria, el sector ferial ha sufrido un frenazo casi absoluto en su actividad. Ni grandes ni pequeños, los recintos y palacios de eventos y congresos apenas han abierto sus puertas para servir de apoyo a acciones desarrolladas contra el coronavirus, como el hospital de campaña montado en Ifema o los almacenes prestados en Feria Valencia para acumular material sanitario importado de China o poner a cubierto monumentos falleros tras la anulación de las fiestas.

Como la hostelería, la docencia o el sector de los espectáculos, el ferial ha sido uno de los sectores bien castigados por la pandemia. Del ejercicio de 2020 se da por perdida hasta el 50% de la previsión de temporada, según explica a El Confidencial Xabier Basañez, presidente de la Asociación de Ferias Españolas y director general de Bilbao Exhibition Centre (BEC). En volumen, las primeras estimaciones de desplome de ingresos rondan los 300 millones de euros sobre una facturación prevista para los 45 recintos feriales y otros operadores de 600 millones para este ejercicio.

El parón puede suponer 3.000 millones de PIB si se tiene en cuenta todo lo que rodea una feria, como el movimiento de personas, alojamientos o servicios

Esa es la cifra en descenso de negocio por alquiler de espacios, servicios o consultoría, el clásico ferial. Pero tras esos movimientos hay un sector de proveedores que mueve otros 200 millones y una actividad inducida que genera un impacto de 6.500 millones al año en el producto interior bBruto (PIB), según informes de Oxford Economics que maneja AFE. El cerrojazo al sector por la pandemia, más allá del impacto meditativo que tuvo la suspensión del Mobile World Congress pese a su peso en el balance de Fira Barcelona, puede haber supuesto la resta de 3.000 millones al PIB anual español si se tiene en cuenta todo lo que rodea una feria o un congreso, como el movimiento de personas, alojamientos, servicios añadidos, etc.

placeholder Vista general del pabellón 9 del hospital provisional de Ifema. (EFE)
Vista general del pabellón 9 del hospital provisional de Ifema. (EFE)

“Estamos trabajando para empezar a recuperar en septiembre”, dice Basañez. “Estamos todos ajustando las previsiones de las cuentas de resultados. Pero van a ser seis meses parados y barajamos porcentajes de caídas de actividad de entre el 20 y el 50%”, admite. "Todos estamos sufriendo. Está claro que para Fira Barcelona el Mobile es la mitad de su facturación, pero todo va en consonancia con el tamaño. Una cancelación en la Feria de Gijón puede hacerle el mismo daño. La crisis de 2008 fue muy dura en nuestro sector, pero en esta ocasión hablamos de seis meses parados y hay costes fijos que son elevados, como mantenimiento, personal o amortizaciones".

El sector venía de recoger los frutos de los procesos de ajustes derivados de la crisis de 2008, que obligó a recortar gastos y personal y a poner orden en algunos proyectos sobredimensionados, como fue el caso de Feria Valencia. Pese a los augurios de que la digitalización y las nuevas tecnologías iban a hacer cada vez más obsoletos los encuentros presenciales y físicos para hacer negocios, presentar productos o unir a proveedores y clientes, la actividad ferial registró crecimientos continuados de hasta dos dígitos hasta el año pasado, con más de seis millones de visitantes (medio millón extranjeros) y más de 52.000 expositores, de los cuales el 20% llegó de otros países.

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Sobre la posible recuperación a partir de agosto o septiembre, pesan dos grandes incertidumbres. La primera de ellas es si habrá rebrote de contagios en otoño y si el alcance obligará a tomar nuevas medidas de confinamiento, el peor escenario posible. La segunda incógnita es cuál va a ser la salud de los sectores productivos y económicos, algo que tiene reflejo inmediato en los certámenes feriales. A mayor actividad económica, siempre hay más participación y gastos en este tipo de eventos. Pero cuando llega la recesión, las instituciones feriales son las primeras en sufrir los síntomas.

placeholder Monumentos falleros almacenados en Feria Valencia después de que se suspendiesen las Fallas. (EFE)
Monumentos falleros almacenados en Feria Valencia después de que se suspendiesen las Fallas. (EFE)

“Cada sector vive una situación diferente. Las farmacias pueden estar muy bien, pero los automóviles están tocados. En función de cada sector, estamos más o menos expectantes. Tenemos claro que podemos ser herramienta de recuperación económica del país, podemos ser una palanca y queremos que lo vean así los gobiernos y expositores”, asegura el presidente de AFE.

Esta asociación empresarial, como muchas otras estas semanas, ha iniciado conversaciones con el Ministerio de Industria para reclamar apoyos en tres sentidos. Uno es que el Gobierno respalde las instituciones por eventos cancelados a última hora que incurrieron en costes baldíos. Para ello, se pide algún tipo de apoyo económico a fondo perdido que palie las tensiones de tesorería y la caída de ingresos. Pero AFE, según Basañez, también aspira a que el departamento de Reyes Maroto entienda que es necesario colaborar con los propios expositores y visitantes, incentivando la asistencia. “Y lo tercero es apoyar aguas abajo al sector. Hay todo un tejido, como montadores, empresas de azafatas, jardinería, audiovisuales y otros proveedores, que lo está pasando peor que nosotros. Muchas de estas empresas se dedican a los eventos y no saben qué hacer”, insiste.

"Seguramente todo esto ha hecho que se aceleren los cambios en los formatos de ferias hacia una nueva era de mayor digitalización", dice Basañez

Otro aspecto fundamental para el futuro del sector es en qué condiciones de seguridad y sanitarias va a vivirse en la ‘nueva normalidad’. Fira Barcelona ha encargado un informe a la consultora AON para fijar protocolos que puedan servir de referencia para todo el sector. Este documento es la base sobre la que trabajan los distintos recintos españoles. Según Basañez, parte de este estudio ya se ha entregado al ministerio. “Se trata de hacer un análisis sobre, por ejemplo, cuáles pueden ser los puntos de contagio entre los intervinientes en un recinto, dónde hay más riesgos desde que llegas hasta que vuelves al aeropuerto, qué medidas tomar”.

Otra fuente ferial explica que los recintos van a terminar estableciendo itinerarios, como hace Ikea en sus tiendas, separando espacios, circuitos de personas, etcétera para evitar y limitar los contactos. “Seguramente todo esto ha hecho que se aceleren los cambios en los formatos de ferias hacia una nueva era de mayor digitalización”, opina Basañez. “Las ferias físicas van a pervivir, acompañadas de muchos más elementos virtuales o digitales. El contacto cara a cara de las ferias seguirá siendo importante, pero es verdad que en estos tiempos del covid nos hemos acostumbrado a convivir con herramientas digitales que servirán para complementar la actividad. Hay una diferencia entre lo físico y lo digital que puede ser una amenaza pero también una gran oportunidad si sabemos aplicarla a nuestros certámenes”, concluye.

Han pasado casi cuatro meses desde que el 12 de febrero los organizadores del Mobile World Congress anunciaron la suspensión de la edición de 2020 en Fira Barcelona. La cancelación sonó como un mazazo de realidad y sorpresa en un país que debatía sobre si el brote del coronavirus llegaría a Europa y si realmente iba a convertirse en un problema de salud pública.

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