Serratosa (Zriser) redobla su apuesta por la fiebre cervecera para asaltar el súper

Hace cinco años apenas había productores profesionales de cerveza no industrial en España. Hoy, hay más de 500 cerveceras que subsisten vendiendo su producto en el canal de la hostelería (Horeca). Apenas ocupan el 1% de un mercado controlado por los grandes del sector: Heineken, Damm, Mahou-San Miguel o Estrella Galicia. Pero la proliferación de marcas, la creciente demanda de este segmento de la bebida y la distancia con respecto a otros países europeos o Estados Unidos (8% de cuota de mercado) han despertado el interés de los inversores y han obligado a espabilarse a los gigantes de la producción.

El año pasado, ABInbev (Budweiser), el mayor fabricante del mundo pero sin casi presencia en España, echó el ojo a la pequeña cervecera artesanal La Virgen y la compró a través de su fondo de inversión ZX Ventures. La marca madrileña ha puesto en marcha un modelo de negocio basado en la venta de su producto con una imagen asociada al Madrid castizo y la apertura de ‘tap rooms’ o pequeños locales en los que ofrece su cerveza y productos gastronómicos. Con siete años de vida, cerró el ejercicio de 2017 con cuatro millones de euros en ventas y una producción de 800.000 litros.

El gigante ABInbev, que casi no tiene presencia en España, compró el año pasado la artesana madrileña La Virgen a través de su fondo ZX

Las cifras son todavía modestas. Pero el interés de AbInbev por hacerla crecer y aprender de su modelo revela que el negocio puede tener recorrido. Tanto, que las grandes marcas ya se han lanzado a poner en los estantes de los supermercados sus propias cervezas tostadas, de mayor grado o más alejadas del refresco de malta carbonatado tradicionalmente consumido en España.

Pablo Serratosa, tercera generación de la familia que hizo fortuna millonaria con la venta a Cémex de Valenciana de Cementos, vio el potencial en 2014 cuando respaldó financieramente a los fundadores de Tyris, una cerveza artesanal fabricada en Valencia. La marca, fundada por dos geógrafos, Dani Vara y Gonzalo Abia, nació en 2009 en el sótano de un chalé y el pasado año facturó un millón de euros con 300.000 litros de producción. “Si no fue más es porque no podíamos producir más”, explica Vara en el acto de inauguración en el Polígono de Fuente del Jarro en Paterna de la nueva fábrica, ubicada en una nave alquilada a la familia del que fue 'conseller' de Economía Máximo Buch.

Mantener el bar, asaltar el supermercado

A través del vehículo de inversión compartido con su hermana Ana, Zriser, Serratosa controla el 69% de Tyris y ha proporcionado el capital para montar la nueva factoría de cervecera, con una inversión de 1,5 millones de euros. La apuesta es mantenerse en la propiedad hasta crear una marca madura, al menos en el mercado valenciano, aprovechando la tendencia cultural española a asociar marcas cerveceras a territorios.

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Víctor Romero. Valencia

“Nuestras previsiones contemplan que Tyris alcance ventas de tres millones de litros en un plazo de tres años, superando los fuertes crecimientos del mercado y consolidando su posición en el sector”, explica el empresario. El objetivo es claro: sin abandonar el canal de la hostelería, que permite consolidar la marca, el reto es disponer de la capacidad de producción suficiente para asaltar el supermercado.

De momento, Tyris ya ha colado sus referencias en los estantes de Lidl y de Consum, dos de las cadenas de distribución ubicadas en el ‘top ten’ en cuota de mercado, con permiso de Mercadona. Aunque en menor medida, también está en el plan de negocio la internacionalización: “La calidad de nuestras cervezas y nuestra imagen de marca nos han permitido estar presentes y competir en mercados con tanta tradición cervecera como Estados Unidos, Holanda, Reino Unido o Italia, y en países más exóticos como China”, comenta Gonzalo Abia. La nueva fábrica tiene una capacidad de hasta cuatro millones de litros (la tercera más grande de España, tras la de La Virgen y Sagra en Toledo) y posibilidad de ampliación.

Tyris puede parecer una ‘rara avis’ en la cartera de Zriser. El ‘family office’ tiene intereses financieros (la sicav Grattarola Inversiones gestiona un patrimonio de 54 millones de euros y Serratosa prepara una gestora de fondos ‘value’) y en el sector inmobiliario. Pero ha mantenido el carácter industrial que formaba parte del ADN de la familia con Nefinsa (Uralita, Air Nostrum, Gamesa), de la que Pablo y Ana se desmarcaron para iniciar su propio camino.