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Barcelona busca alcalde de noche: la figura que Collboni copia a Ámsterdam para revivir el ocio nocturno
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NO SE TRATA DE CERRAR BARES

Barcelona busca alcalde de noche: la figura que Collboni copia a Ámsterdam para revivir el ocio nocturno

La capital catalana será la primera ciudad de España en tener una persona que medie específicamente entre el ocio nocturno y los vecinos. El objetivo último es hacer del sector un puntal económico, pero bajo una planificación

Foto: Imagen de archivo de la discoteca Shôko de Barcelona.
Imagen de archivo de la discoteca Shôko de Barcelona.
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Barcelona ha visto cómo en los últimos 11 años han abierto 250 clubes de cannabis en sus calles, pero ninguna nueva discoteca. La cifra la aporta Ramón Mas, secretario general del Gremio de Discotecas de la ciudad y presidente de España de Noche, la entidad que aglutina al sector del ocio nocturno en el conjunto del país. Y para Mas, es un claro ejemplo de por qué Barcelona necesita un alcalde de noche, como ha anunciado el primer edil, el socialista Jaume Collboni. La figura, existente en muchas grandes urbes, entre ellas Ámsterdam, Londres y Nueva York, es fundamentalmente un mediador entre el sector y los vecinos. El objetivo último es hacer del ocio nocturno un puntal económico, una seña de identidad, pero bajo una planificación.

La capital holandesa fue la primera en implantar esta figura en 2012 y allí se elige cada dos años. Tanto en Ámsterdam como en otras localidades, el puesto lo suele ostentar una persona vinculada al ocio nocturno, desde promotores musicales a artistas. Washington, por ejemplo, escogió a su primer alcalde de noche por su trabajo previo en la oficina para la regulación del alcohol y por tener experiencia en la gestión de un bar en Carolina del Sur. En Barcelona, sin embargo, todo apunta a que el cargo lo ostentará un político, aunque el perfil requerido sea eminentemente técnico. Collboni, que ya se comprometió en la campaña electoral a implantar esta figura, ayer confirmó en una entrevista en TVE que será una realidad, pero reservó su designación a Junts o los comunes, en función de con cuál de los dos partidos acabe cerrando un acuerdo para garantizar la estabilidad del Gobierno municipal.

Barcelona se mira en el espejo de Nueva York y otras urbes, explican fuentes municipales a El Confidencial. “Son ciudades 24 horas”, y esa es la filosofía que persigue el consistorio catalán, que pondrá el foco primordialmente en cuestiones de seguridad. La ciudad sigue arrastrando un importante problema en esta materia, según denuncian CSIF, el sindicato mayoritario en la Guardia Urbana, y los vecinos, y atestiguan los datos. Entre enero y septiembre de 2023, la ciudad registró 138.558 hechos delictivos, un 11,8% más respecto al mismo periodo de 2022, según el balance de criminalidad del Ministerio del Interior, que recoge datos de todas las policías. No obstante, la experiencia en otros lugares apunta a que también deberá atender otras cuestiones como los problemas de ruido o el hecho de garantizar un buen servicio de transporte público nocturno.

Foto: El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y el exalcalde Xavier Trías. (EFE/Archivo/Enric Fontcuberta)

“Cuando hay un problema por la noche, la primera reacción de las ciudades es decir: hay que parar esto, en lugar de reunir a todas las partes interesadas e intentar resolverlo”, ilustró Mirik Milan, el primer alcalde de noche que tuvo Ámsterdam, en un artículo publicado en Bloomberg. Y ahí reside el primer cometido de estas figuras. No se trata de cerrar bares o abrir expedientes, la clave es revitalizar y preservar la vida nocturna a través de la mediación y así articular un ocio nocturno potente, capaz de crear puestos de trabajo y consolidarse como un motor económico. Solo los locales del Front Marítim de la Barceloneta generaron en 2022 un impacto económico de 165 millones de euros y una recaudación fiscal de 32,7 millones, según un informe elaborado por PwC por encargo de las patronales Fecasarm y Spain Nightlife.

Partidarios y detractores

La lista de peticiones que atesora Ramón Mas para el futuro alcalde de noche que tenga Barcelona es bastante larga. El sector aplaude la medida, pero pide un buen equipo técnico que sea capaz de devolver el brillo perdido al ocio nocturno de Barcelona. Para Mas los usos urbanísticos son “muy restrictivos” y han imposibilitado la apertura de nuevas discotecas en la ciudad. En los últimos 11 años no se ha estrenado ningún nuevo local, en los últimos 20 se han perdido 200 establecimientos y ya no quedan bares musicales, por eso el sector pide una cierta flexibilización. “No la mano abierta, pero si desaparecen tres, cuatro locales, permitir que se abran otros tantos”, señala Mas, que defiende la “desconcentración” del ocio nocturno y que la normativa sea capaz de dar respuesta a la demanda de los vecinos y de los turistas.

“No es solo un problema de Barcelona, sino metropolitano. Hospitalet, por ejemplo, lleva 35 años sin conceder una nueva licencia y solo tiene una discoteca. En Terrassa, en Sabadell, en Santa Coloma… el escenario es parecido”, añade Mas. El secretario general del Gremio de Discotecas especifica que vertebrar la vida nocturna de Barcelona no debe pasar solo por el ocio nocturno, sino por otros elementos como los museos o los gimnasios y, sobre todo, por esa labor de mediación. “Los vecinos se van a tener que acostumbrar a que la ciudad tenga actividad de noche. Es irrealizable que la ciudad sea cien por cien silenciosa”.

Entre enero y septiembre del año pasado, la capital catalana registró 107.125 hurtos y 17.053 robos con violencia e intimidación

Sin embargo, en la Asociación Catalana contra la Contaminación Acústica, son escépticos con la figura del alcalde de noche. “Tememos mucha más burocracia y que suponga un gasto para nada”, explica a El Confidencial Luis Gallardo, tesorero y abogado de la entidad. Gallardo responsabiliza del problema del ruido nocturno a “la gente que se queda en la calle” y no tanto a la actividad de las discotecas en sí. “El problema no se solventa con una nueva autoridad, gasto y burocracia, lo que hace falta es más vigilancia que garantice un servicio eficaz”, zanja.

En CSIF, el sindicato mayoritario en la Guardia Urbana, tampoco aplauden la figura que se ha propuesto implantar el Consistorio. Para la central, Collboni debería centrarse en abordar el problema de la seguridad ciudadana, que ha hecho de Barcelona la ciudad de España con peores datos de delincuencia. Si entre enero y septiembre del año pasado la capital catalana registró 107.125 hurtos y 17.053 robos con violencia e intimidación, Madrid, con el doble de habitantes, contabilizó 64.595 y 6.652, respectivamente, según el Ministerio del Interior. “Lo que necesitamos es que el alcalde que tenemos de día funcione”, apunta Eugenio Zambrano, secretario general de la sección sindical de CSIF en el Ayuntamiento de Barcelona. Zambrano remarca que la ciudad condal está “descuidada y abandonada” y apunta que el cambio de Gobierno no ha supuesto una mejora. De hecho, recuerda que ya en el último mandato de Colau, los socialistas ostentaban las competencias de seguridad.

Los vecinos del Raval, uno de los puntos negros de la ciudad, también reclaman mayor seguridad y efectivos. Y aunque conceden que “algo” ha mejorado y que se ve a más agentes por las calles del barrio, todavía persiste un importante problema de inseguridad, así como de consumo y venta de drogas. “Por la noche se producen bastantes robos, de ahí que pidamos más vigilancia. Y también deberían controlar el ruido de las terrazas y de los botellones. Son cosas que por el día no se producen tanto, pero sí por la noche, por eso debe haber más control”, pide Antonio Martínez, presidente de la Asociación Vecinos del Raval, que sí valora la creación de una figura que se haga cargo de alguna forma de la Barcelona “desamparada”.

Barcelona ha visto cómo en los últimos 11 años han abierto 250 clubes de cannabis en sus calles, pero ninguna nueva discoteca. La cifra la aporta Ramón Mas, secretario general del Gremio de Discotecas de la ciudad y presidente de España de Noche, la entidad que aglutina al sector del ocio nocturno en el conjunto del país. Y para Mas, es un claro ejemplo de por qué Barcelona necesita un alcalde de noche, como ha anunciado el primer edil, el socialista Jaume Collboni. La figura, existente en muchas grandes urbes, entre ellas Ámsterdam, Londres y Nueva York, es fundamentalmente un mediador entre el sector y los vecinos. El objetivo último es hacer del ocio nocturno un puntal económico, una seña de identidad, pero bajo una planificación.

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