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Tras años de delirio, este 28-M en Cataluña lo que vende no son las esteladas: es la mano dura
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LA SEGURIDAD ENTRA EN CAMPAÑA

Tras años de delirio, este 28-M en Cataluña lo que vende no son las esteladas: es la mano dura

La última legislatura ha estado marcada por los récords de delincuencia. Para el 28-M, todo el espectro político ha endurecido el discurso, también la izquierda. ¿Pero quedan héroes para cambiar las cosas?

Foto: Un miembro de la Policía Nacional de Barcelona durante un registro en L'Hospitalet. (EFE/Quique García)
Un miembro de la Policía Nacional de Barcelona durante un registro en L'Hospitalet. (EFE/Quique García)

Se abre el telón y aparece Gabriel Rufián disfrazado de Volodímir Zelenski. Lleva una cazadora bomber verde oliva y pantalones cargo. Cuando habla en el Congreso, el todavía diputado de ERC suele ir vestido con camisa y chaqueta, pero, cuando actúa como candidato a alcalde de Santa Coloma de Gramanet, lleva un look diferente. De campaña, pero más militar que electoral. Subido a una plataforma, Rufián toma el micrófono y dice:

"Si gobernamos en esta ciudad, las funciones propias de seguridad serán de la alcaldía, serán del alcalde", dice. "Así de en serio nos tomamos la seguridad". A continuación, Rufián se puso a desgranar sus propuestas: "Más iluminación y sí, cámaras, cámaras de videovigilancia en los puntos más sensibles de nuestra ciudad, porque repito, nadie va a jugar con el miedo de nuestra gente".

El discurso representaba una Santa Coloma donde los vecinos de esta ciudad del cinturón rojo de Barcelona vuelven a casa atemorizados por barrios lúgubres e inseguros. Para ellos, Rufián promete Policía, vigilancia y taxis subvencionados que lleven a las mujeres de vuelta a casa.

En lugar de subrayar una apuesta por la cohesión o la integración, lo que Rufián propone es un estado policial a nivel municipal. "Somos un partido de orden", recalca, "de orden republicano". Las propuestas no desentonarían en el programa de cualquier formación al otro lado del espectro político, lo que denota la importancia que ha cobrado la seguridad en estas próximas elecciones municipales.

Las estadísticas sobre delitos están ahí, pero depende de a quién se pregunte pueden ser gravísimas o matizables

Cataluña lleva una legislatura muy convulsa en cuanto a delincuencia y, de repente, están apareciendo muchos actores que aseguran tener la solución. Algunos de ellos, como Xavier Trias o Jaume Collboni, alcaldables de Barcelona, tienen un pasado y no cuentan con demasiado crédito en el banco de las promesas electorales. Otros no tienen ese lastre, pero tampoco un currículum con el que refrendar sus propuestas.

Por último, hay un problema añadido: en un territorio como este, socialmente fracturado por las aventuras independentistas de los últimos años, también la delincuencia y su contrapartida han pasado a formar parte de la batalla cultural. Las estadísticas sobre delitos están ahí, pero depende de a quién se pregunte pueden ser gravísimas o matizables.

Santa Coloma de Detroit

Pese a militar en un partido de izquierdas y republicano, podemos estar de acuerdo en que Rufián no es el arquetipo de un político de izquierdas. Pero no cabe duda de que el antaño niño bonito del independentismo, que arrasó el Congreso con sus chanzas e ironías antes de ser devuelto al barro del municipalismo por Junqueras, tiene una capacidad innata para la supervivencia y ha detectado que la seguridad será una de las claves de un partido que tiene muy cuesta arriba.

Sin embargo, los datos no respaldan demasiado su discurso. En 2022, Santa Coloma de Gramanet es el único municipio en el Barcelonés Norte —territorio que incluye a Badalona y Sant Adrià de Besòs— que ha logrado contener su índice de criminalidad y, de hecho, ha registrado su menor tasa de delincuencia de los últimos años.

Todas las encuestas creen que la actual alcaldesa, la socialista Nuria Parlón, revalidará la mayoría absoluta. Lleva dirigiendo el consistorio desde 2011. La actual alcaldesa desmonta con un dato el alarmismo de su competidor en las urnas. "En las estadísticas anuales del Ministerio del Interior, para todo tipo de delitos, se ve que en 2022 hemos bajado un 1,2% con respecto a 2021, en un contexto en el que Cataluña tiene un 28% de incremento", despacha Parlón. "Y si comparamos con 2019", el año en que comenzó la legislatura, "ha bajado un 11% la criminalidad en Santa Coloma de Gramanet".

placeholder La alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlon. (EFE/Q. García)
La alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlon. (EFE/Q. García)

La ciudad, como otras partes de Cataluña, sufrió para tener una buena ratio por habitante de policías locales tras las prejubilaciones en el cuerpo, pero lo lograron. Sin embargo, Parlón lamenta que el número de policías autonómicos, dependientes de Joan Ignasi Elena, de ERC, es aún insuficiente. "Vinieron 13 mossos nuevos en 2019 y el conseller se los ha llevado a otras regiones, seguramente porque tenemos muy buenos datos".

La relación entre la alcaldesa y el partido republicano que ahora le ha mandado a Rufián a pelear, es tensa como se puede apreciar. Los acusa de aprovecharse de su control de la Generalitat para que el candidato de ERC prometa cosas a los vecinos, como una segunda residencia de ancianos.

"Es un error que la izquierda no defienda la seguridad ciudadana como un bien público"

"Hemos tenido que aguantar muchas veces críticas de Esquerra Republicana en el pleno por tener un dron de vigilancia o cámaras, nos decía que iba en contra de la libertad individual, o por realizar controles policiales", recuerda Parlón. "Es un error que la izquierda no defienda la seguridad ciudadana como un bien público, porque si no es cuando viene la derecha con un intento claro de convertirla en un negocio privado".

Albiol como paradigma

Si algo han mostrado las elecciones de los últimos años es que el cinturón rojo hace tiempo que destiñe. En 2017, para las elecciones a la Generalitat, se impregnó de naranja y en 2021 fue Vox quien entró como segunda o tercera fuerza en muchas localidades, superando el 10% del voto, incluso en plazas con un marcado perfil independentista como Sant Viçent del Horts, donde Oriol Junqueras fue regidor.

En realidad, sus mítines llevan siendo multitudinarios desde 2019, coincidiendo con el apogeo de la crisis de seguridad en Barcelona, L'Hospitalet y muchas otras ciudades catalanas.

placeholder En 2019, el líder de Vox, Santiago Abascal, realizó el acto de inicio de campaña para las elecciones generales en L'Hospitalet, Barcelona. (EFE/Enric Fontcuberta)
En 2019, el líder de Vox, Santiago Abascal, realizó el acto de inicio de campaña para las elecciones generales en L'Hospitalet, Barcelona. (EFE/Enric Fontcuberta)

Si alguien encarna el discurso que ahora mismo vende en el extrarradio de Barcelona es Xavier García Albiol, un hombre que, tras diversos vaivenes, acaricia la mayoría absoluta en Badalona, la ciudad de la que ha sido alcalde en una ocasión y media. La base de sus políticas es la seguridad, algo que repite machaconamente y que exaspera a la oposición: "Es un tema que ya produce cansancio en la gente", contaba a este periódico una fuente cercana al PSC.

Sin embargo, le funciona. Y provoca que todo el que aspire a arrebatarle el trono tenga que posicionarse en los mismos términos. Durante la convulsa última legislatura —Badalona tuvo cuatro alcaldes: Àlex López del PSC, detenido por saltarse el confinamiento borracho en un coche y morder a un policía; Aïda Llauradó, alcaldesa interina de En Comú Podem; el propio Albiol, que fue alcalde durante 16 meses, y Rubén Guijarro, que devolvió al PSC al eje del consistorio tras sucumbir el popular a una moción de censura—, los delitos en la ciudad betulense tocaron techo el año pasado.

Todo eso ha hecho que parte de la izquierda haya tenido que abandonar la senda identitaria, y los independentistas, sus veleidades de secesión, para abrazar el pragmatismo. Realpolitik o muerte. En muchos lugares donde antaño obtuvieron representación, partidos como la CUP han perdido su razón de ser y ni siquiera presentarán una lista el 28 de mayo.

"Para entendernos, los alcaldables de Junts Per Cat lo que están pidiendo es que la presentación de sus candidaturas se la haga Jaume Giró y no Laura Borràs", me explicaba recientemente un analista. "Que hable de economía y de gestión, que vaya por la vía de los hechos: saben que decir que el municipio será independentista o que se sumará al Consell de la República o que dará ratafía gratis eso ya no les reportará ningún beneficio".

Fue, precisamente, una de las condiciones que puso el exalcalde de Barcelona, Xavier Trias, para presentarse por sus siglas. Se mantendrá al margen de la línea oficial del partido que hasta hace un año presidía Puigdemont desde el exilio y ocultará sus siglas en la papeleta. Sus grandes apuestas: limpieza y... seguridad, claro.

La batalla por Barcelona

Más que en ningún otro sitio de Cataluña, en la Ciudad Condal los hechos van por un lado y el ánimo del ciudadano por otro. Ante los mismos datos y tendencias sobre inseguridad o delincuencia, algunos vecinos ven un problema gravísimo de delincuencia, pero no pocos matizan este hecho, diciendo que la cosa no está tan mal o que se exagera mucho.

Como supondrán, la principal variable de esta ecuación, capaz de dar dos resultados tan diferentes, es a qué partido o candidato se apoyará el próximo 28 de mayo.

Hace tres años, la segunda ciudad de España por tamaño vivió momentos muy complicados. El teniente de alcalde de Prevención y Seguridad de Barcelona, Albert Batlle admitió en 2019 que "Barcelona vive una crisis de seguridad" y que se había producido un retorno de aquella "cultura de la navaja" propia de los ochenta. Precisamente fue elevado al cargo tras las últimas elecciones para coger el toro por los cuernos y reducir unos niveles de criminalidad altísimos.

De hecho, el tema de la seguridad apenas fue un comisionado durante la primera legislatura de Colau, que se vio obligada a entregar las armas a los socialistas de Collboni para reeditar su mandato. Battle, de 70 años y superviviente de la antigua Unió Democràtica de Catalunya más tarde vinculado al PSC, fue el director de los Mossos d'Esquadra hasta que la cosa comenzó a salirse de madre y se tiró en marcha del tren indepe el año del referéndum del 1-O.

Hay muchas posibilidades de que la seguridad en Barcelona siga en manos de Albert Batlle

En sus cuatro años al frente, Barcelona ha logrado reconducir un poco la crisis y reducir la tasa de crímenes en la mayor parte de los apartados, con dos excepciones: los delitos contra la libertad sexual y el tráfico de drogas. Las encuestas ahora muestran un cuádruple empate entre Colau, Ernest Maragall de ERC, Xavier Trias de Junts y Collboni. Hará falta un pacto a tres, por lo que si este incluye al PSC, hay muchas posibilidades de que, sea quien sea elegido alcalde el próximo 28 de mayo, siga contando con el viejo unionista como jefe de seguridad.

Pero no hay nada seguro. Por detrás de estos cuatro está emergiendo un curioso partido que cada vez está más convencido de tener la llave de la gobernabilidad en la capital catalana. La plataforma ciudadana Barcelona Ets Tu, que cuenta como candidato con el abogado Daniel Vosseler, comenzó siendo casi un chascarrillo. Su única consigna política era echar a Ada Colau de la plaça de Sant Jaume, su única línea roja es Barcelona En Comú y su principal baza: la seguridad.

placeholder El abogado Daniel Vosseler. (Cedida)
El abogado Daniel Vosseler. (Cedida)

Parecía una broma, un colectivo de pequeños empresarios que tuvieron que hacerse partido porque como agrupación no llegaban a las firmas necesarias. Pero un sondeo reciente —realizado por la empresa Celeste-Tel a unos 1.500 electores— les otorga entre cuatro y cinco concejales. "Ahora mismo tenemos la llave de la gobernabilidad en esta ciudad", dice exultante Vosseler a El Confidencial.

"Mano dura y contundencia", explica el candidato al ser preguntado cómo actuaría en aquellas zonas donde se registran más delitos, como la Ciutat Vella. "Soy amante de la educación, pero con aquellos que han cruzado la línea de la actividad delictiva voy a aplicar la total contundencia, se acabó el buenismo, vamos a hacer un despliegue de seguridad nunca visto en Barcelona".

Su plan, una nueva policía que sustituya a la Guardia Urbana y que Vosseler ha bautizado como Policía Metropolitana. "Tiene que tener competencias integrales, convertirse en una policía judicial que actúe en todo el territorio, desde el litoral hasta Montjuïc". En segundo lugar, elevar, como él dice, el nivel de contundencia: "Planteamos, lógicamente, las expulsiones para aquellas personas, especialmente extranjeros, que han venido aquí a delinquir". Y por último, "mil policías más, que estarán equipados con tásers y cámaras para hacer frente a este nuevo nivel de delincuencia".

"Se acabó el buenismo, vamos a hacer un despliegue de seguridad nunca visto"

¿Pero el Ayuntamiento de Barcelona tiene competencias para hacer todo eso, crear una nueva policía con más competencias o decidir sobre las expulsiones? Según Vosseler, "solo hacen falta recursos y lo de siempre, voluntad política", y sugiere que esos cambios serán articulados a través de iniciativas legislativas populares, "porque este es un partido que nace de los barrios y las calles de la ciudad de Barcelona: aquí no hay políticos".

Los últimos barómetros municipales señalan consistentemente la inseguridad como el principal problema de Barcelona para los vecinos. Sin embargo, no todo el mundo le otorga la misma importancia. Quienes simpatizan con Colau o con sus políticas suelen matizar las cifras de delincuencia hasta límites insospechados. Sí, es cierto que España es uno de los países más seguros del mundo y Barcelona un lugar habitualmente seguro si uno toma determinadas precauciones de sentido común. También hay otro factor: los carteristas tienen como principales objetivos a los turistas que transitan la Rambla y otros lugares de gran afluencia. Ciertos tipos de delito no recaen sobre el vecino estándar de Barcelona, algunos de los cuales llegan a simpatizar con este hecho, hartos de que la ciudad acoja cada año a más visitantes.

Pere Ortega es un veterano investigador y analista en temas de paz, no violencia, desarmes o conflictos en el Centro Delàs de Estudios Por la Paz, además de vecino del Eixample. Incluso en 2019, el peor año para los delitos en la ciudad, Ortega escribió un artículo donde criticaba la "paranoia de la seguridad" que se daba en Barcelona.

"Pasa lo mismo con el barrio de La Mina, en Sant Adrià de Besòs, son condiciones que han permanecido así a lo largo de los últimos años"

"La inseguridad es siempre un arma electoral para degradar al gobierno, en este caso de Ada Colau, y es lamentable porque en Barcelona el índice de delincuencia es muy bajo", sentencia Ortega. "No es muy diferente de Madrid, es una ciudad de las más seguras del mundo como todas las que hay en España".

Para este historiador, los barrios que ahora preocupan más, como El Raval, "siempre han sido conflictivos, hace años lo llamábamos el Barrio Chino, hay que entender que es un barrio más deteriorado que otros, su renta per cápita es la menor de Barcelona y no digo que haya una correlación, pero si vamos a buscar la delincuencia habrá que mirar allí donde hay peores indicadores económicos", prosigue Ortega. "Pasa lo mismo con el barrio de La Mina, en Sant Adrià de Besòs, son condiciones que han permanecido así a lo largo de los últimos años".

En cualquier caso, cuando uno camina por Barcelona, percibe que el debate sobre la inseguridad se ha agotado en muchos frentes. Los detractores de Ada Colau hablan hoy, sobre todo, de las Superillas, manzanas enteramente peatonales que los operarios tratan de terminar a toda mecha antes de las elecciones. Ortega reside en Consell de Cent, la calle donde se está disponiendo la primera de ellas. Al hablar del proyecto, usa un verbo peculiar.

placeholder Distrito del Eixample con la Sagrada Familia de Gaudí. (EC)
Distrito del Eixample con la Sagrada Familia de Gaudí. (EC)

"Están pacificando la calle", como equivalente a peatonalizar.

Pacificar es el verbo que se emplea en Brasil cuando la policía entra armada en las favelas. Pero en Barcelona, durante los años donde más crimen se ha registrado en la ciudad, ha venido a significar que cierran una calle y ponen en su lugar árboles, bancos y columpios.

"Una de las violencias que sufrimos los barceloneses es el aumento del ruido de los coches y la contaminación", dice Ortega. "Vivimos en una de las ciudades más contaminadas de Europa y esa fuente de contaminación está en contra del nivel de la vida, de la salud de las personas".

Cuando hasta las estadísticas son sospechosas

Hay dos hechos probados. El primero es que, actualmente, hay cuatro ciudades catalanas entre las diez que registran más delitos en España: El Prat de Llobregat, Salou, Sant Adrià de Besòs y Barcelona.

El segundo, que la tendencia en la comunidad va a la baja desde 2019, algo que no sucede en otras partes del país.

Entre medias, tantos análisis e interpretaciones como uno quiera encontrar. Mucho sesgo y, sobre todo, una miríada de desinformación. Poca gente ha sufrido esto como Javier Castillo y Serena Iordache, fact-checkers en la plataforma Verificat que se han dedicado casi en exclusiva a corregir, matizar o desmentir los bulos que encontraban por redes o les llegaban al buzón sobre el tema de la delincuencia.

"Sabemos que percepciones y realidad no siempre van de la mano y la seguridad es uno de los temas en los que esto se ve claramente", indica Iordache. "Entre el 2017 y el 2022 los barceloneses que consideran que la inseguridad es el principal problema han aumentado un 525% según datos del barómetro municipal y el número de delitos ha subido un 2% según datos de Mossos".

Los barceloneses que consideran la inseguridad es el principal problema han aumentado un 525%, el número de delitos un 2%

Sobre un aumento real, se construyó una sensación de alarma mucho mayor. O dicho de otra forma, especialmente entre 2019 y 2020, ciertos crímenes alcanzaron una enorme notoriedad mediática que actualmente se ha desinflado, pese a que esos crímenes hoy se siguen cometiendo con una frecuencia e intensidad parecida. "La evidencia que hay sobre este tema nos dice que la sensación de inseguridad en los espacios urbanos no depende de factores objetivos como los índices de criminalidad, sino que tiene más a ver con “la cohesión social y las desigualdades socioeconómicas”, que son los principales factores que influyen", explica esta fact-checker, citando las conclusiones de un estudio de 2018.

Entre los bulos a los que han tenido que enfrentarse más recurrentemente están los relacionados con las ocupaciones de vivienda, los análisis que se empeñaban con comparar los datos con los de 2020 o 2021, años distorsionados por el efecto de la pandemia, y finalmente, los "bulos que establecen causalidad entre la migración y la delincuencia, cuando sabemos que esta relación es mucho más compleja".

En cuanto a las elecciones del mes próximo, intuyen que van a tener mucho trabajo por delante con las declaraciones de los candidatos. "Sin duda coincidimos que va a ser uno de los grandes temas de cara al 28M", apunta Iordache.

Se cierra el telón.

Se abre el telón y aparece Gabriel Rufián disfrazado de Volodímir Zelenski. Lleva una cazadora bomber verde oliva y pantalones cargo. Cuando habla en el Congreso, el todavía diputado de ERC suele ir vestido con camisa y chaqueta, pero, cuando actúa como candidato a alcalde de Santa Coloma de Gramanet, lleva un look diferente. De campaña, pero más militar que electoral. Subido a una plataforma, Rufián toma el micrófono y dice:

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