Es noticia
Puigdemont sabotea la reforma de sedición para evitar que se la anote ERC
  1. España
  2. Cataluña
Coincidencia de intereses con el PP

Puigdemont sabotea la reforma de sedición para evitar que se la anote ERC

Pese a lo que pueda parecer, el objetivo de Waterloo al oponerse al cambio del Código Penal no es el Gobierno español sino ERC y la Generalitat de Pere Aragonès

Foto: Carles Puigdemont participa en acto de celebración de la Diada en Bruselas. (EFE)
Carles Puigdemont participa en acto de celebración de la Diada en Bruselas. (EFE)
Las claves
placeholder Sánchez desactivará la sentencia del 'procés' en Estrasburgo si rebaja la pena por sedición
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Carles Puigdemont sabotea de manera muy hábil la reforma del delito de sedición que está negociando ERC con el Gobierno, un cambio que el residente en Waterloo desprecia, entre otras cosas, para evitar que los republicanos se apunten algún tipo de tanto que puedan atribuir a la mesa de diálogo. El documento de Puigdemont fue presentado con motivo de los cinco años de instalarse en Bélgica, pero en realidad buscaba poner en evidencia al Gobierno español de Pedro Sánchez y que el PP le saltase a la yugular de la bancada azul, cosa que efectivamente acabó aconteciendo.

"No entiendo cuál es el beneficio de la reforma del delito de sedición para la resolución del conflicto político entre España y Cataluña, y aún entiendo menos que se me vuelva a incluir entre quienes saldrían beneficiados como una fórmula para arreglarlo. No lo busco ni quiero, ese beneficio personal. Tampoco le pienso pedir de rodillas", advirtió Puigdemont en su comunicado, que hizo público a través de las redes sociales el pasado 1 de noviembre.

placeholder Pulse aquí para leer el documento completo.
Pulse aquí para leer el documento completo.

Puigdemont añadió entonces que emisarios del PSOE le habían ido a ver con la oferta de rebajar las penas, pero no dijo quiénes. Cuca Gamarra empezó a hablar de "el señor X" para definir este misterioso emisario. Puigdemont ya había logrado su incendio. Dinamitado el pacto para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), la posible reforma del delito de sedición era como un bidón de gasolina a punto de estallar. Y Puigdemont puso las cerillas.

Pese a lo que pueda parecer, el objetivo de Puigdemont no es el Gobierno español, sino ERC y el actual gobierno de la Generalitat encabezado por Pere Aragonès. Por eso aseguró en su texto: "Puedo entender los beneficios que tiene para el Estado español el hecho de que yo aceptara una resolución basada en la reforma del código penal, pero los beneficios para el proceso de independencia no los veo por ninguna parte". Puigdemont, así, desde su autoridad moral equiparaba el acuerdo a la traición. Según esta versión, ERC estaría vendiendo la patria al pactar la reforma del Código Penal a cambio de su respaldo a los Presupuestos Generales del Estado.

Que el PP esté apoyando justo lo mismo, por lo que se aboga desde Waterloo, no es una nueva alianza, tan solo una puntual confluencia de intereses.

Pactos en Madrid

Puigdemont torpedea sin piedad los intentos de pactos en Madrid, donde JxCAT ha intentado por activa y por pasiva coordinar sus acciones con el grupo parlamentario de los republicanos. ERC siempre se ha negado. Tienen 13 diputados contra los cuatro de JxCAT. El pacto no es posible. Y tras el último ataque de Puigdemont, todavía menos.

En 2021, Puigdemont ya rechazó los indultos del Gobierno de Pedro Sánchez. Los mismos indultos que había negociado ERC. "Me consta que, pese a mi petición pública y privada de que se me respete mi estrategia y mi posición, en las conversaciones entre PSOE y ERC vuelve a salir la necesidad de resolver mi situación personal. Si no se lo he pedido ni se lo he autorizado, ¿por qué razón insisten? ¿Qué buscan?", lamentó en su escrito.

Sedición y malversación

El debate tiene un punto artificial. Puigdemont no podría volver a España aunque se produjese la reforma del Código Penal, ya que esta se limitaría al delito de sedición, pero no al de malversación, el cual quedaría como está. Puigdemont no es el único que tiene este problema: los diputados de ERC Lluís Salvadó y Josep Maria Jové, por ejemplo, se encuentran en idéntica situación y con la apertura de un juicio oral a las puertas.

Marta Rovira, ahora en Suiza, sería la más beneficiada por la reforma de la sedición

La gran beneficiada de la operación sería Marta Rovira. La secretaria general de ERC lleva meses negociando volver de Suiza a través del abogado vasco Íñigo Iruín, el mismo que ya consiguió traer a Meritxell Serret de vuelta a España. Y también más de 2.000 encausados pendientes de juicio por cuestiones como la toma del aeropuerto, el corte de la AP-7 o el asalto al Parlament, todos durante la legislatura de Quim Torra.

El fantasma de Anna Gabriel

Cuando la líder de la CUP Anna Gabriel volvió, fue a declarar ante el Tribunal Supremo. Puigdemont también agita este fantasma en su texto: "Algunos serían felices de verme declarar voluntariamente al Supremo, y que se desvivirían para que fuera indultado a los tres años de la condena. Para mi vida personal esto sería un alivio. Pero sería una renuncia política que no estoy dispuesto a aceptar, y soy plenamente consciente de lo que esto representa".

Los próximos 24 y 25 de noviembre se celebrarán vistas orales en el Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) por dos demandas de anulación presentadas por Puigdemont y sus eurodiputados en contra de varias decisiones del Parlamento Europeo. Y es ahí, en la Justicia europea, y no en el delito de sedición, donde el mundo de Waterloo se la juega. El resto son ajustes de cuentas entre bandas rivales.

Carles Puigdemont sabotea de manera muy hábil la reforma del delito de sedición que está negociando ERC con el Gobierno, un cambio que el residente en Waterloo desprecia, entre otras cosas, para evitar que los republicanos se apunten algún tipo de tanto que puedan atribuir a la mesa de diálogo. El documento de Puigdemont fue presentado con motivo de los cinco años de instalarse en Bélgica, pero en realidad buscaba poner en evidencia al Gobierno español de Pedro Sánchez y que el PP le saltase a la yugular de la bancada azul, cosa que efectivamente acabó aconteciendo.

Carles Puigdemont Cataluña Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) Pedro Sánchez Partido Popular (PP) Marta Rovira Independentismo
El redactor recomienda