Gobierno y PP certifican la ruptura de puentes para renovar el CGPJ por la sedición

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la portavoz del PP, Cuca Gamarra, han visibilizado esta mañana en el pleno del Congreso la ruptura de puentes que aboca al fracaso cualquier posibilidad de entendimiento. Para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y previsiblemente para otros asuntos de Estado pendientes de abordar. Las deslegitimaciones mutuas, con Sánchez situando a los populares fuera del marco constitucional y estos segundos considerando que el Ejecutivo está "inhabilitado" para buscar el interés general "por sus pactos con los independentistas", certifican el alejamiento para buscar acuerdos.

La también secretaria general del PP ha recordado a Sánchez las promesas electorales que hizo durante la campaña para las generales, en la que se comprometió a tipificar como un delito la convocatoria de referéndums ilegales. "El país ha visto que no tiene palabra (...), mientras en el PP nos movemos por el interés general", aseveraba Gamarra, una afirmación que ha despertado carcajadas en la bancada de los socialistas. El jefe del Ejecutivo, por su parte, ha evitado coger el último salvavidas tirado por el PP para rescatar la negociación para renovar el CGPJ: "Rectificar sobre el delito de sedición". Sánchez ni siquiera ha respondido a esta cuestión, mientras que desde Moncloa insisten en que no hay cambios respecto a este compromiso de investidura y que la reforma se llevará a la Cámara si hubiese la mayoría necesaria para sacarla adelante.

Opinión

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El tono de la confrontación ha seguido la tendencia de la subida de decibelios de las últimas horas. Los populares ponen el foco en las alianzas parlamentarias del Ejecutivo para justificar la falta de acuerdos en materias de Estado, como sería la renovación del CGPJ, pero también en la política económica y social. "Tiene demasiadas hipotecas con los que desprecian la convivencia entre todos", reprochaba Gamarra al presidente del Gobierno para denunciar que "siempre que tiene oportunidad de elegir, prefiere el radicalismo, el populismo y el independentismo al interés general, de Estado y la moderación".

Sánchez se ha centrado en fijar el mensaje de los populares se sitúan en el 'no a todo' y que, ante la falta de proyecto, "lo único que hacen es descalificar". "Para ustedes solo es un gobierno legítimo cuando es el del PP. Basta ya y cumplan la Constitución", conminaba el jefe del Ejecutivo para cerrar su intervención.

El enfrentamiento entre Gobierno y oposición ha seguido entre los segundos espadas de PSOE y PP en la Cámara Baja. El portavoz parlamentario de los populares, Carlos Rojas, volvió a arremeter contra el jefe del Ejecutivo durante su interpelación a Nadia Calviño por "mantenerse en un Gobierno imposible" que "tiene que dar cesiones a los independentistas" para "mantenerse en el poder a cualquier costa". "Tenemos un Gobierno tramposo, un Gobierno mentiroso", se despachaba el diputado del PP. La ministra de Economía, por su parte, seguía la línea marcada por Sánchez y solicitaba al primer partido de la oposición "dejar de repartir carnets de buen español" y "cumplir con la Constitución".

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Desde la Moncloa ya intentaba este martes trasladar al PP toda la presión por la ruptura del acuerdo y enmarcar a Feijóo en posiciones antisistema. "No se puede normalizar el incumplimiento de la Constitución. Es inaudito", protestaban fuentes de la Moncloa. La ruptura del acuerdo para renovar el CGPJ se califica de "unilateral" y el argumento de Génova, justificando la suspensión de la negociación por la intención del Gobierno de rebajar el delito de sedición, se tacha de "excusa". Por el momento, dicen estar en la fase de señalar a los populares, a quienes consideran responsables de una grave crisis institucional con implicaciones no solo en la Justicia, sino en el propio sistema democrático y constitucional. Eso sí, no se descarta retomar la reforma dura del sistema de elección para rebajar las mayorías necesarias.

El actual sistema de elección requiere el voto de 3/5 del Congreso. Esto es, de los dos principales partidos. La iniciativa que registraron en octubre de 2020 los grupos parlamentarios de PSOE y Unidas Podemos, para posteriormente retirarla entre reproches de Bruselas, proponía que se pudiesen elegir los vocales por mayoría absoluta de 176 diputados en segunda instancia. Con un PP "echado al monte", el Ejecutivo allana el camino para esta reforma dando señales de que sería inevitable. "Este Gobierno va a trabajar para cumplir la Constitución y garantizar que los órganos funcionen a pesar del PP", avanzaba la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, durante la ruda de prensa tras el último Consejo de Ministros.

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En Génova, por su parte, insisten en poner la pelota en el tejado de la Moncloa e insisten en el argumento de que fue el Gobierno el que les engañó y el que forzó la ruptura del cuarto intento de renovar el CGPJ. "El Gobierno utilizaba la excusa de decir que no tenía votos suficientes, y nosotros le admitíamos el eufemismo", admitió el vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons, en una entrevista para 'El Mundo', en la que acusó al Gobierno de "cambiar" una excusa por una confirmación expresa de que reformaría el Código Penal para contentar a ERC.