El exnúmero dos de Trias reaparece como empleado del príncipe saudí Bin Salmán

Justo cuando Xavier Trias deshoja la margarita de volver a presentarse a la alcaldía de Barcelona, quien fuera su mano derecha en el Ayuntamiento, Antoni Vives, ha reaparecido profesionalmente tras una condena por una corruptela. La vuelta de Vives a la vida pública, aunque sea en la esfera internacional, tiene un punto exótico, porque lo hace como empleado del hombre fuerte de Arabia Saudí, el controvertido príncipe Mohamed bin Salmán.

Vives fue condenado en enero de 2021 a dos años de cárcel por haber simular un contrato en Barcelona Regional a favor de ex alcalde de Cervelló, Jesús Arévalo (Unió) en la época en que era regidor de la capital catalana. Desde entonces se había retirado de la vida pública. Hasta ahora.

Vives reapareció esta semana en la sexta edición del Future Investment Initiative, un foro que se celebra en Riad y que es conocido como el Davos del Desierto, presentando un proyecto de la consultora para la que trabaja, Neom, bajo el título "Redefinir el concepto de desarrollo de urbanismo y las citas con el futuro tal y como debería verse". La compañía es una gigantesca consultora encargada de un plan urbanístico, turístico y energético que entre sus iniciativas incluye la única estación de esquí del Golfo Pérsico. El presidente es Bin Salmán.

Neom es un proyecto enorme y faraónico. La parte en la que está Vives se denomina The Line, una nueva ciudad proyectada en el noroeste de Arabia Saudí que nacería en el Golfo de Aqaba, se prolongaría por las costas del Mar Rojo y que se extendería hasta el interior de la península arábiga en una estrecha franja de solo 200 metros de ancho, pero 170 kilómetros de largo. Una urbe que acogería 9 millones de habitantes concentrados en apenas 34 kilómetros cuadrados.

Será una ciudad creada desde cero, pero sin carreteras, automóviles o emisiones de carbono. Funcionará con energía 100% renovable y el 95% de suelo sería zona verde. Para trasladarse de punta a punta está previsto un AVE que uniría los dos extremos en unos 20 minutos. Se supone que los futuros habitantes podrán hacer su vida diaria caminando poco más de cinco minutos. En resumen, se trata de un experimento urbano financiado con petrodólares y equivalente a lo que fue Brasilia en los años 60.

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Que Vives haya acabado en un proyecto así resulta sorprendente. Él es uno de los convergentes que hizo el camino típico de convertirse al independentismo. Llegó a ser secretario general de la Generalitat con Artur Mas y más tarde ejerció de mano derecha de Trias en el Ayuntamiento de Barcelona, donde su gestión resultó más bien polémica, en calidad de concejal de Hábitat y Urbanismo. Por ejemplo, por sus vínculos con oligarcas rusos que habían invertido por la puerta de atrás en la marina para yates rusos de la capital catalana. Además, fue condenado en enero de 2021 a dos años de cárcel por simular un contrato en Barcelona Regional a favor de exalcalde de Cervelló, Jesús Arévalo (Unió).

Es dudoso saber cómo afectará este giro de su antiguo número dos a la posible candidatura de Xavier Trias en Barcelona. El exalcalde se muere de ganas de presentarse el próximo 28 de mayo, según su entorno, pero ha congelado cualquier decisión a la espera de que baje el nivel de ruido en JxCAT, un partido enfangado en una sucesión de guerras internas que no auguran nada bueno.

Rol de intelectual

Antoni Vives, más que de urbanista, había asumido un rol dentro del movimiento independentista de intelectual y escritor. En artículos en el diario Ara criticaba la falta de democracia en España. Pero en solo cuatro años ha pasado de eso a trabajar para Mohamed bin Salmán, acusado de ordenar el asesinato y descuartizamiento en la embajada saudí en Turquía del periodista crítico Jamal Khashoggi.

Vives ha pasado de criticar la falta de democracia en España a cobrar de los saudíes

Además, como deja claro Neom en su web, para trabajar en la compañía hay que ser ciudadano saudí, lo que además implica vivir en ese país, una de las dictaduras más duras del Golfo Pérsico. Desde las declaraciones del exfutbolista y ahora entrenador del FC Barcelona, Xavi Hernández, sobre la democracia en Qatar, en 2019, no se veía un caso comparable en la sociedad catalana.