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La Generalitat rescata el boicot a los peajes y llama ahora a no pagar en Cercanías
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Fracaso de la primera protesta

La Generalitat rescata el boicot a los peajes y llama ahora a no pagar en Cercanías

El Gobierno de Cataluña carga contra Renfe e impulsa protestas para colarse en los trenes, como ya hizo en 2012 con las autopistas. El servicio, sin embargo, está traspasado a la Administración autonómica

Foto: Instalaciones de la red de Cercanías de Cataluña. (EFE/Enric Fontcuberta)
Instalaciones de la red de Cercanías de Cataluña. (EFE/Enric Fontcuberta)
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La Generalitat intenta rescatar la campaña 'No vull pagar', que lanzó en 2012 contra las autopistas de peaje en Cataluña y que tuvo un gran éxito. Esta vez, el objetivo marcado es Renfe, en concreto, la red de Cercanías. Se ha invitado a los usuarios a no pagar y colarse en masa. Este miércoles fue el primer día de este tipo de protesta. Hasta el vicepresidente de la Generalitat, Jordi Puigneró, ha dado respaldo a un acto de rebeldía que intenta reactivar las movilizaciones, la desobediencia civil y volver a conectar con los jóvenes, un segmento que lleva años desvinculado de las grandes protestas del 'procés'.

Puigneró aseguró en su cuenta de Twitter: “Empatizo con los usuarios de Cercanías. Yo también estoy cabreado por el defectuoso servicio de Renfe y por eso pido el traspaso, para hacerlo mejor. Los usuarios pagan billete a cambio de que el tren llegue a la hora, a algunos ya se les ha terminado la paciencia. Y tienen razón”. Renfe es una empresa pública estatal, aunque el servicio de Cercanías, por cuyas carencias se protesta ahora, es un servicio traspasado a la Generalitat desde 2021.

El primer día de la protesta ha tenido poco éxito, pero es significativo que hasta el vicepresidente de la Generalitat lo defienda. También sorprende que se haya definido como “espontánea” y que haya sido animada desde hace días por los medios independentistas, en especial por TV3. Se da la circunstancia, además, de que Puigneró es el 'conseller' de Políticas Digitales e Infraestructuras. Es decir, es el responsable político directo del servicio traspasado.

El esquema de la movilización es el mismo que en 2012. Se culpa a Madrid, se centran las protestas en las infraestructuras que tienen concesiones públicas del Gobierno central. En aquel entonces, por ejemplo, las autopistas con concesión de la Generalitat, como los túneles de Sitges, quedaron al margen de las movilizaciones. Las incongruencias acostumbran a ser comunes.

Puigneró, que ha apoyado la protesta, es el responsable de tramitar la multas que se impongan a quienes se cuelen en los trenes

Ahora las quejas son contra un servicio que en buena parte está gestionado por la propia Generalitat. Pero la principal diferencia es el público al que se dirige. En 2012 se trataba de sumar a clases medias y a población de mediana edad. Ahora se quiere reconectar con la juventud, preferentemente trabajadora y con empleos precarios.

La movilización llevaba dos semanas cocinándose en redes y medios de comunicación. Pero ha tenido muy poco seguimiento. Según los convocantes, no obstante, ha sido un éxito porque se han bloqueado los tornos para que la gente se colase en Badalona, Vilassar, Granollers Centro, Sabadell Centro, Sant Feliu, Calella y, finalmente, en la acción principal, en Barcelona, en la estación de Passeig de Gràcia con Aragó.

Sin embargo, Renfe ha operado con normalidad. En la mayoría de los casos los precintos apenas duraron un minuto y la gente prefirió pagar el billete. "En el momento en que se presenta la denuncia, se sigue el procedimiento administrativo por el que el órgano sancionador y recaudador es la Generalitat de Cataluña", apuntan en la empresa pública. Pero eso quiere decir que el responsable de imponer la sanción a los que se cuelen es el propio Puigneró, el vicepresidente que respalda la movilización.

Pulso entre catalanes

Se da la circunstancia de que el presidente de Renfe es Isaías Taboas, un histórico dirigente del PSC que fue el principal fontanero de José Montilla, tanto cuando fue ministro de Industria como cuando ocupó la presidencia de la Generalitat. Taboas llegó a Renfe en el último desembarco de los socialistas en cargos de alta responsabilidad en Madrid, en el sector público y en el privado.

La campaña del colectivo Batec se ha planificado para empezar cuando empieza a decaer el tema por el espionaje de Pegasus. Pero este último caso tampoco ha provocado manifestaciones o movilizaciones. El independentismo busca volver a activar una tecla, pero no acaba de dar con ella.

La Generalitat intenta rescatar la campaña 'No vull pagar', que lanzó en 2012 contra las autopistas de peaje en Cataluña y que tuvo un gran éxito. Esta vez, el objetivo marcado es Renfe, en concreto, la red de Cercanías. Se ha invitado a los usuarios a no pagar y colarse en masa. Este miércoles fue el primer día de este tipo de protesta. Hasta el vicepresidente de la Generalitat, Jordi Puigneró, ha dado respaldo a un acto de rebeldía que intenta reactivar las movilizaciones, la desobediencia civil y volver a conectar con los jóvenes, un segmento que lleva años desvinculado de las grandes protestas del 'procés'.

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