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El soberanismo catalán pretende aprovechar la mesa de diálogo para preparar otra DUI
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Las alternativas de Aragonès y Paluzie

El soberanismo catalán pretende aprovechar la mesa de diálogo para preparar otra DUI

ERC quería una reunión con el Gobierno central para el próximo enero, tal y como estaba previsto. Pero el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha enfriado esta posibilidad por la pandemia

Foto: El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. (EFE/Quique García)
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. (EFE/Quique García)

Diversas voces del soberanismo catalán, pero todas ellas autorizadas, están planteando que el movimiento independentista catalán prepare una nueva declaración unilateral de independencia (DUI) mientras se negocia en la mesa de diálogo, algo que en la práctica la dejaría desactivada. No se trata de personajes marginales sino medulares del movimiento. La más clara, la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie. Y de manera más vaga, Pere Aragonès, que este año adelantó su discurso de Navidad al día de Sant Esteve, en lugar de esperar a Nochevieja como se había hecho hasta ahora. Desde el pasado mes de enero, esa alternativa se estaba barajando, pero hasta ahora no se había verbalizado así.

Paluzie quiere “un acuerdo estratégico” de todas las fuerzas del soberanismo que se firme antes del mes de abril, antes de que ella tenga que dejar la presidencia de la ANC, ya que no puede volver a presentarse. Dicho acuerdo debería tener como objetivo "aprovechar el próximo año y medio para hacer un proceso de independencia serio", asegura en una entrevista en el digital independentista 'ElNacional.cat'. Esta nueva DUI debería declararse cuando, tras 18 meses, la mesa de diálogo naufrague.

En su discurso de Navidad, Aragonès no ha sido tan claro, pero ha aludido a “alternativas” si la misma fracasa. “Tenemos una mayoría sólida, transversal, sostenida en el tiempo. Una mayoría que desea resolver el conflicto y que no acepta ningún bloqueo. Por eso, también debemos empezar a construir alternativas —actuando con realismo, buscando el máximo consenso y aprendiendo del camino que hemos hecho hasta ahora— por si la negociación se atasca y no aporta resultados. Porque de la misma forma que no estamos dispuestos a renunciar a la resolución democrática del conflicto político, tampoco estamos dispuestos a renunciar a la independencia de Cataluña”, manifestó en su discurso presidencial.

En ninguno de los casos se alude al mayor problema que supone esta estrategia: qué hacer con la mitad de los catalanes que se oponen a la independencia. Aragonès ni los mencionó en su mensaje institucional.

Foto: El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (c), junto al vicepresidente del Govern y 'conseller' de Políticas Digitales, Jordi Puigneró (c) y la 'consellera' de la Presidencia, Laura Vilagrà. (EFE/Andreu Dalmau)

Pere Aragonès juega a una conjunción peligrosa: por un lado, exige que en la mesa de diálogo “la negociación con el Estado avance y empiece aportar resultados tangibles. Es necesario empezar a ofrecer una respuesta a la amplia mayoría de ciudadanos y ciudadanas que saben que la resolución del conflicto con el Estado pasa por el ejercicio del derecho a la autodeterminación y la amnistía”. Por otro, ya se prevé que la negociación “se atasque y no aporte resultados”. Las dos cosas juntas en la práctica sentencian la mesa en términos prácticos.

Problema con las fechas

ERC quería una reunión de la mesa de diálogo para el próximo enero, tal y como en principio estaba previsto. Pero el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha enfriado esta posibilidad, ya que la sexta ola del coronavirus no habrá pasado hasta mediados de febrero y en este momento la prioridad del Ejecutivo español es la lucha contra la pandemia, que es donde ahora se está desgastando.

ERC quería una reunión de la mesa de diálogo en enero que ahora se aplaza

La pandemia no solo ha aplazado la reunión. También supone un problema para la sociedad catalana, más preocupada por el impacto del covid-19. Hasta la propia Paluzie en su entrevista reconoce “el desánimo provocado por la pandemia”. Los problemas de salud y el ser la única comunidad autónoma con toque de queda —Cataluña ya tiene 400 camas de UCI ocupadas, puesto que el ritmo de los últimos días ronda los 11.000 contagios diarios— hacen que la cuestión nacional se encuentre lejos de ser una prioridad. Para muchos catalanes, unos meses de retraso en la reunión de la mesa de diálogo en estas circunstancias no pasa de ser una cuestión menor.

El catalán ante todo

Por eso, de nuevo, Aragonès ha recurrido a la defensa del catalán. Se fue a una clase a dar su discurso de Navidad, lo que hizo que el entorno fuese un poco forzado. Pero en la práctica eso supuso que en el mensaje institucional dedicó mucho más tiempo a hablar de la inmersión lingüística y de la escuela como punto medular de la nueva Cataluña que de la independencia. Por eso, en la ANC están nerviosos, porque perciben que su tiempo ha pasado.

Diversas voces del soberanismo catalán, pero todas ellas autorizadas, están planteando que el movimiento independentista catalán prepare una nueva declaración unilateral de independencia (DUI) mientras se negocia en la mesa de diálogo, algo que en la práctica la dejaría desactivada. No se trata de personajes marginales sino medulares del movimiento. La más clara, la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie. Y de manera más vaga, Pere Aragonès, que este año adelantó su discurso de Navidad al día de Sant Esteve, en lugar de esperar a Nochevieja como se había hecho hasta ahora. Desde el pasado mes de enero, esa alternativa se estaba barajando, pero hasta ahora no se había verbalizado así.

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