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La CUP eleva su precio al intentar renegociar el pacto de investidura de Pere Aragonès
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Negociación de presupuestos 2022

La CUP eleva su precio al intentar renegociar el pacto de investidura de Pere Aragonès

El 'president' entra en las negociaciones con los anticapitalistas. La decisión final trasciende del 'conseller' de Economía, Jaume Giró, y entra en el terreno de los acuerdos políticos

Foto: La diputada de la CUP Eulàlia Reguant. (EFE)
La diputada de la CUP Eulàlia Reguant. (EFE)

La CUP ha subido el precio de su apoyo al Gobierno independentista de la Generalitat, formalizado en la coalición de ERC y JxCAT. Ahora, exige un rédito político a cambio de mantener al presidente catalán, Pere Aragonès. Por eso presenta una enmienda a la totalidad de los presupuestos de la comunidad para 2022, a la vez que anuncia que seguirá negociando hasta el 22 de diciembre, fecha límite para retirar la iniciativa. El Govern sigue insistiendo en que los anticapitalistas son su socio preferente, mientras estos esperan obtener algún beneficio en el plano político, ya que los económicos los han ganado todos.

La CUP ha justificado su negativa por "la normalización de la relación con el Estado y el PSOE" que, según los anticapitalistas, se evidencia en el despliegue del programa de Fomento y de AENA —aunque la ampliación del aeropuerto de El Prat se ha paralizado— y también en el estancamiento y aceptación de la suspensión de la democracia y la represión. Los 'cupaires' denuncian que no se fomentan las condiciones para llegar a la autodeterminación y que tampoco se impulsa un cambio social en Cataluña.

Foto: Eulàlia Reguant. (EFE/Quique García)

Es decir, la CUP, en palabras de Eulàlia Reguant, denuncia que los presupuestos son “continuistas”, como si pudiesen ser de otra manera, y exige que se deje de apoyar al Gobierno central y que se fomente un clima de ruptura que va en contra del proyecto estrella de la legislatura de Pere Aragonès, que es la mesa de diálogo.

La CUP afronta la baja participación que ha habido en las asambleas que han votado en contra de los presupuestos. Solo han participado 462 personas. Y eso que la Generalitat se lo ha puesto fácil. Se ha cedido en todo. Desde el papel de los Mossos en los desahucios hasta tumbar el proyecto del Hard Rock Café. Por tanto, el debate ya no es presupuestario. Es político. Y va más allá de las cuentas. La CUP ya ha obtenido todo lo que deseaba. Eulàlia Reguant se lamentó en su comparecencia pública de que los presupuestos no avalaban un cambio de “la sociedad sociovergente”. Todo muy profundo, pero a la vez muy vago. Nada concreto para los anticapitalistas, que siempre han sido muy ajustados a la hora de expresar sus aspiraciones políticas.

Por eso ahora aparece Pere Aragonès en las negociaciones con los anticapitalistas. No porque lo haya pedido la portavoz de JxCAT, Elsa Artadi. Sino porque la decisión final trasciende del 'conseller' de Economía, Jaume Giró. Ya no es la economía, estúpido, sino la política de una CUP que quiere volver a empujar la Generalitat hacia la ruptura con el resto de España.

Vaguedades contra concreciones

Por eso, en la reunión de la tarde entre Pere Aragonès, Jaume Giró y la CUP, los representantes de la Generalitat pidieron a los anticapitalistas que concretasen sus peticiones, lejos de las generalidades que planteaba Reguant.

Los anticapitalistas han sido incapaces de justificar las razones de su negativa

El encuentro duró hora y media en el Palau de la Generalitat, por mucho que el equipo de comunicación quiso jugar al despiste durante la mañana de ayer. El lugar de la reunión apunta a que el resultado final será que la CUP retirará la enmienda a la totalidad y llegará a un acuerdo. Queda pendiente saber si la laxitud que ha mostrado el Ejecutivo catalán en los aspectos presupuestarios a la hora de negociar el apoyo a las cuentas se extenderá a cuestiones políticas. Aragonès y Giró manifestaron a los representantes de la CUP, encabezados por Carles Riera, que el calendario apremia y que no quedan muchos días para llegar a un pacto que garantice la imagen de una mayoría independentista en el Parlament.

Plan B

La CUP exige un segundo referéndum de autodeterminación en Cataluña. ERC no se opone de manera formal, algo que sí hace JxCAT para preservar el denominado 'espíritu del 1 de octubre', pero evita poner fecha porque en este momento considera que no se dan las circunstancias favorables para echar un nuevo pulso al Gobierno central, después de la catástrofe del intento rupturista de 2017 por parte del independentismo. ERC, sobre todo, no quiere poner fechas. Y, en la práctica, los republicanos han aparcado de manera indefinida la unilateralidad, que en el fondo es lo que molesta de manera profunda a los anticapitalistas.

Foto:  El conseller de Economía, Jaume Giró. (Quique García/EFE)

La CUP se encuentra sola en sus planteamientos unilaterales. Hasta la ANC reconoce que "no hay un horizonte a corto plazo de independencia". La CUP solo ha apoyado en su historia un presupuesto de la Generalitat, el de 2017. Y fue a cambio de hacer el referéndum del 1 de octubre, que acabó con el Ejecutivo de Carles Puigdemont defenestrado. Ahora, sin embargo, ERC se obstina en que los anticapitalistas son el único socio posible, aunque tanto los comunes como el PSC han dicho por activa y por pasiva que apoyarán los cuentas que Giró ha llevado a la Cámara catalana.

La CUP ha subido el precio de su apoyo al Gobierno independentista de la Generalitat, formalizado en la coalición de ERC y JxCAT. Ahora, exige un rédito político a cambio de mantener al presidente catalán, Pere Aragonès. Por eso presenta una enmienda a la totalidad de los presupuestos de la comunidad para 2022, a la vez que anuncia que seguirá negociando hasta el 22 de diciembre, fecha límite para retirar la iniciativa. El Govern sigue insistiendo en que los anticapitalistas son su socio preferente, mientras estos esperan obtener algún beneficio en el plano político, ya que los económicos los han ganado todos.

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