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ERC plantea una salida para Carles Puigdemont en la mesa de diálogo
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"Entorpece la situación política"

ERC plantea una salida para Carles Puigdemont en la mesa de diálogo

Hasta ahora, la Generalitat solo aceptaba hablar de amnistía. Ahora contempla otras posiciones que podrían barajar el indulto anticipado para los acusados independentistas

Foto: Carles Puigdemont. (Reuters)
Carles Puigdemont. (Reuters)

ERC dio este fin de semana un paso significativo. La 'consellera' de Presidència, Laura Vilagrà, aseguró que la mesa de diálogo debería abordar el retorno de Carles Puigdemont y el resto de políticos independentistas que decidieron irse al extranjero y no presentarse ante la Justicia española. "El hecho de que haya exiliados", dijo en declaraciones en la Feria de Agramunt, "entorpece la situación política que vive el país". Esta 'consellera', que es la mano derecha de Pere Aragonès en la Generalitat, ha propuesto que se tenga en cuenta la salida personal de estas personas para resolver el conflicto político catalán. Algunas fuentes apuntan que una solución podría ser el “indulto anticipado”, como en su día ya deslizó el entonces ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, recordando que existe una previsión legal, aunque el Gobierno la descartó.

El indulto político anticipado a Carles Puigdemont y al resto de políticos independentistas huidos ha empezado esta semana a abrirse paso en Cataluña, de manera incipiente pero con importantes paladines. En concreto, el penalista Francesc Jufresa, el primero que pidió el indulto para Oriol Junqueras y el resto de condenados por el Tribunal Supremo por intento de sedición en 2019. Y se ha sumado el también penalista Xavier Melero en un artículo en 'La Vanguardia' en el que también ha defendido esta opción como alternativa al periplo de euroórdenes impotentes de Pablo Llarena. Esta vez, el camino es diferente. Ningún político o partido catalán se ha abonado a la tesis, al contrario de lo que hizo Miquel Iceta en 2017 cuando le costó la campaña electoral. Fuentes del Gobierno niegan que esta alternativa esté ni siquiera en estudio.

Foto: Pere Aragonès y Jordi Sánchez (d) cuando firmaron el acuerdo de Gobierno en Cataluña. (Reuters)

Pero también algunas voces del Ejecutivo o cercanas a él han hecho reflexiones esta pasada semana que podrían apuntar en esa dirección. Ha sido el caso, por ejemplo, del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, por cierto, el homólogo de Vilagrà. Bolaños dijo, en declaraciones a Catalunya Ràdio: “La situación procesal de una persona no puede afectar a 7,5 millones de catalanes y 46 millones de españoles”.

En la misma línea se ha pronunciado el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, durante la promoción de su último libro. Rodríguez Zapatero dijo en TVE: “La situación de Puigdemont es un factor importante para que este recorrido que va a existir de diálogo y reencuentro vaya más fluido, se acelere y sea más factible”. El expresidente español añadió que "hay gente pensando en eso, tengamos confianza".

Ahora ningún partido se ha puesto a la vanguardia de una iniciativa problemática porque el indulto anticipado, si bien se recoge en la Ley de Indultos, que data de 1870, no se ha otorgado como tal desde hace 100 años. Para muchos juristas, sería inconstitucional.

Sondeo a Waterloo

El primer problema es que nadie ha pedido el indulto para Puigdemont y el resto de su entorno en Bruselas. Francesc Jufresa ha explicado a El Confidencial que ya ha iniciado contactos discretos con Waterloo para hacerlo él mismo, pero "sin que mi petición de indulto sea interpretada como que se está soliviantando su voluntad".

“No quiero encontrarme como me pasó con Junqueras, que cuando pedí el indulto dijo que se lo podían meter… por donde todo el mundo sabe”, explica este abogado. No fue el único. Jordi Cuixart, por ejemplo, elaboró desde la cárcel una teoría de rechazo del indulto como si en España fuera posible la prisión voluntaria. Evidentemente, no era así.

El independentismo rechaza los indultos al considerar que desmovilizan a sus bases

Por eso el cambio de posición de Vilagrà resulta tan relevante. Hasta ahora, la mesa de diálogo desde el punto de vista independentista se iba a centrar en dos temas: autodeterminación y amnistía. Esta última era la que iba a servir para que volviesen a Cataluña Puigdemont y el resto de huidos. Ahora se abre a buscar "una salida personal para estas personas", que a todos luces se empieza a asumir que no es la amnistía.

Mientras esta semana Jufresa ha estado vendiendo su teoría por medios de comunicación independentistas, Javier Melero publicó un artículo en el rotativo constitucionalista de referencia: 'La Vanguardia'. “Si como dice a diario algún cronista de la capital poniéndose estupendo, qué mejor título de honor para el Estado que practicar la virtud de la generosidad y dejar de sonrojarnos a todos con la chusca evolución de esta triste historia”, mantiene el abogado que llevó más lejos y con mayor brillantez ante el Supremo una defensa técnica de sus clientes en la causa del 1-O.

Todos en contra

El problema de esta idea es que todos están en contra. Lo están los partidos políticos españoles, que han insistido en que hay que volver a juzgar a Puigdemont. Y lo está el Supremo, que considera que en 1870 había tantas rebeliones y sediciones en España que el preámbulo de la ley recogía la excepción para estos delitos de manera que no fuese necesario el requisito de tener que estar juzgado y condenado previamente. Pero recuerdan que se trata de un delito del tiempo de los pronunciamientos militares, por lo que era completamente lógico entonces, pero no puede aplicarse ni homologarse con la subversión 2.0 de la Constitución que arrancó en Cataluña el 6 y 7 de septiembre de 2017.

Como recuerda Jufresa, la amnistía no sirve al estar vinculada a un cambio de régimen

Pero sobre todo se oponen los independentistas. Por eso Jufresa quiere que como mínimo no se manifiesten en contra antes de dar el paso. El movimiento, en especial en JxCAT, considera que los indultos desmovilizan el soberanismo, que está flojeando en las calles. Nadie ha agradecido al Gobierno el gesto de gracia con los presos. Y muchos creen que es la medida que más ha dañado a los partidarios de separarse de España y que hubiera sido preferible que los presos cumpliesen sus penas en su totalidad. Hasta las mujeres y familiares de los presos rechazaron los indultos en los medios de comunicación casi hasta el último día. Por eso, nadie ha pedido el indulto para Puigdemont, Toni Comín o el resto de acusados pendientes de acudir a la llamada de la Justicia.

“La Generalitat pide amnistía, pero la amnistía está vinculada a un cambio de régimen que aquí no va a producirse. Por eso el indulto anticipado es la única vía factible, realista. Y tiene mucho más sentido que repetir el juicio. Al contrario: se produce sobre hechos ya juzgados, y hay precedentes en otras democracias avanzadas en casos de delitos políticos, como el indulto a Richard Nixon”, mantiene Francesc Jufresa.

Extraña comodidad

Pero el independentismo se encuentra cómodo en la situación actual, convirtiendo en victorias políticas victorias jurídicas. Un fallo tan insustancial como el de la Justicia escocesa, que no fue más allá de “Clara Ponsatí no vive aquí”, se vende al votante independentista como un bofetón con la mano abierta a la Justicia española. Los indultos, por tanto, desactivarían esta vía de autorreivindicarse que está explotando el soberanismo.

ERC dio este fin de semana un paso significativo. La 'consellera' de Presidència, Laura Vilagrà, aseguró que la mesa de diálogo debería abordar el retorno de Carles Puigdemont y el resto de políticos independentistas que decidieron irse al extranjero y no presentarse ante la Justicia española. "El hecho de que haya exiliados", dijo en declaraciones en la Feria de Agramunt, "entorpece la situación política que vive el país". Esta 'consellera', que es la mano derecha de Pere Aragonès en la Generalitat, ha propuesto que se tenga en cuenta la salida personal de estas personas para resolver el conflicto político catalán. Algunas fuentes apuntan que una solución podría ser el “indulto anticipado”, como en su día ya deslizó el entonces ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, recordando que existe una previsión legal, aunque el Gobierno la descartó.

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