Puigdemont usará el estrecho resultado en la Eurocámara para su recurso

La apertura puede ser en ocasiones la sentencia de muerte en una partida de ajedrez. Los primeros movimientos son claves, y lo saben las autoridades judiciales españolas y la defensa de Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí. Hay que reflexionar mucho antes de tomar una decisión, porque pieza tocada es pieza movida. En este sentido hace ya tiempo que las dos partes tenían decididos sus primeros movimientos. La defensa de los políticos independentistas se muestra segura: “Aquí hay un jaque mate y deben decidir en cuántas jugadas se lo hacemos”, señalaba este martes en TVE el abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye.

Así, mientras el juez Pablo Llarena ha presentado una batería de preguntas en una cuestión prejudicial ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) para aclarar si Bélgica está utilizando correctamente la herramienta de la euroorden, la defensa de Puigdemont, Comín y Ponsatí también plantea su primer movimiento hacia Luxemburgo, convertido en el centro del tablero para los próximos meses.

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Unas horas después de que se conociera el resultado de la votación en la Eurocámara, levantando la inmunidad de los tres eurodiputados, Puigdemont anunció en rueda de prensa lo que su defensa ya había dicho que haría en caso de que los tres eurodiputados perdieran la inmunidad europarlamentaria: recurrir el proceso ante el Tribunal General de la Unión Europea (TUE). "Con esta demanda creemos que se podrá restablecer el severo daño que se ha hecho después de que se haya votado quitarnos la inmunidad", ha señalado el expresidente de la Generalitat. Los eurodiputados pedirán medidas cautelares mientras se resuelve el fondo de su recurso.

¿Qué recurrirán? Aquello de lo que Puigdemont se ha estado quejando durante todo el proceso. Una serie de quejas que la defensa considera pruebas suficientes para que se anule la decisión del Parlamento Europeo y los tres eurodiputados vuelvan a contar con la inmunidad europarlamentaria. “Los motivos son muchos y una de las dificultades radicará en lograr exponerlos en debida forma en un espacio tasado de 50 páginas. Las irregularidades en la tramitación son de tal calado que el TUE no las dejará pasar, no por nada sino por otros casos que luego puedan venir”, señala una fuente del entorno del expresidente de la Generalitat.

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Una de las quejas habituales de Puigdemont ha sido la falta de imparcialidad de Adrián Vázquez, eurodiputado de Ciudadanos y presidente de la comisión de Asuntos Jurídicos de la Eurocámara, la encargada de votar en primera instancia el informe en el que se recomienda o no levantar la inmunidad de los distintos eurodiputados. Ya cuando el puesto quedó vacante tras el Brexit algunos eurodiputados del bloque constitucionalista del Parlamento Europeo veían con cierta preocupación la imagen que pudiera transmitir el que hubiera un español al frente de la comisión. También acusan de falta de imparcialidad al ponente, el eurodiputado búlgaro Angel Dzhambazki, que comparte grupo con Vox.

Vázquez, que ha criticado que el independentismo ha intentado intoxicar el proceso y presionar a los eurodiputados de JURI, ha sido el principal objetivo de las críticas de Puigdemont, Comín y Ponsatí, que le han acusado, por ejemplo, de romper el requisito de confidencialidad al inicio del procedimiento. Además, otra de las razones por las que defienden que se ha roto la confidencialidad ha sido la filtración de las conclusiones del informe de Dzhambazki unos días antes de que la comisión de Asuntos Jurídicos la votara.

Desde la defensa del expresidente de la Generalitat también aseguran que utilizarán otro argumento al que Puigdemont hizo referencia antes del inicio de su audiencia ante JURI: que el juez Pablo Llarena no era la persona autorizada para pedir el suplicatorio. El expresidente de la Generalitat apoya esta idea sobre el rechazo de la justicia belga a la euroorden que emitió contra el exconseller Lluís Puig, alegando que el Tribunal Supremo no es la autoridad judicial competente para emitirla.

Por otro lado, la defensa también se referirá a otros asuntos procedimentales que consideran que apoyan su recurso: por ejemplo, que haya sido Dzhambazki el único ponente para tres informes distintos. “No hemos tenido un procedimiento con todas las garantías”, se ha quejado este lunes el expresidente de la Generalitat.

Resultado ajustado

Además, Puigdemont, Comín y Ponsatí utilizarán las cifras de la votación en el Pleno, que desde el entorno del expresidente califican de “llamativas”, debido al estrecho resultado. Este mismo lunes se votaron otros dos suplicatorios que fueron aprobados por 662 y 658 votos respectivamente, mientras que los de los tres eurodiputados independentistas no han superado los 404 votos. Para Comín el resultado ha sido "excepcional": “Si hay una sorpresa, es positiva (...), puede que haya sido el suplicatorio con más rechazo de la historia del Parlamento”.

Los suplicatorios suelen ser procesos poco políticos en el que existe un alto nivel de consenso en la Eurocámara. Muy rara vez un eurodiputado consigue crear un debate político respecto al levantamiento de la inmunidad. Pero el independentismo catalán conoce bien los pasillos de la Eurocámara, sabe cómo piensan muchos grupos políticos y sabe moverse bien en una institución que siempre ha sido clave para sus intereses. La demostración es el estrecho resultado, que ahora Puigdemont, Comín y Ponsatí señalarán como una demostración de que existe una fuerte división en el Parlamento Europeo respecto a la independencia de la justicia española.

Uno de los asuntos más destacados de la división en la votación en la Eurocámara ha sido que Unidas Podemos y PSOE hayan votado de forma distinta, lo que ha provocado las críticas por parte de formaciones como Ciudadanos o el propio PSOE: mientras la formación morada se ha opuesto a que se levante la inmunidad de los tres políticos independentistas, los socialistas han apoyado el levantamiento. “Podemos tendrá que explicar por qué ha decidido no cooperar con la justicia”, ha señalado por su parte Iratxe García, presidenta de los socialdemócratas europeos en la Eurocámara.

Puigdemont ha señalado que en ese movimiento han sido los de Pablo Iglesias los coherentes, afeando “la falta de coherencia” de Pedro Sánchez, quien inauguró la legislatura prometiendo desjudicializar la política. "El voto de hoy es una señal muy clara de que la solución no pasa por dejarnos en manos de la justicia española. Pese a todos los esfuerzos que han hecho, un 42% del parlamento no ha secundado esta vía. Han conseguido lo que querían políticamente: retirarnos la inmunidad pero ¿a qué precio para el Parlamento Europeo? ¿Qué precio para la imagen de España? La solución no es acercarnos a la justicia española sino que la justicia española se acerque más a Europa", señalado Puigdemont, que considera que la estrecha votación muestra que una buena parte de la Eurocámara no confía en la justicia española.

La división entre Unidas Podemos y el PSOE no es ninguna sorpresa. Bruselas ha sido desde siempre la capital de la internacionalización del procés, y desde 2017 el bloque formado por PSOE, PP y Ciudadanos comenzó a coordinarse con el objetivo de contrarrestar los mensajes del independentismo en un Parlamento Europeo que siempre había sido un terreno abonado para los intereses independentistas. La llegada en 2019 de los eurodiputados de Vox enrareció la colaboración, que, sin embargo, continuó siendo estrecha entre las principales fuerzas.

España ha movilizado todos sus efectivos desde 2017 en contrarrestar el mensaje independentista, tanto en las principales capitales europeas como sobre todo en Bruselas y en las instituciones comunitarias, desde el Parlamento Europeo hasta el Consejo pasando por la Comisión. Diplomáticos, funcionarios y sociedad civil han participado en ese ejercicio, y la llegada de Unidas Podemos al Gobierno levantó desde el primer momento algunas críticas entre aquellos que habían estado intentando explicar la situación en el extranjero: después de tanto esfuerzo se estaban lanzando ahora esos mensajes que se habían estado intentando contrarrestar, y estaba siendo desde una sección del Gobierno.

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Para Puigdemont, Comín y Ponsatí el hecho de que el Gobierno esté dividido, y que haya un sector que asegure que hay presos políticos en España y se niegue a levantar su inmunidad, es un gran apoyo para la piedra angular de su defensa ante la justicia belga cuando se reactive la euroorden: que no existen garantías de un juicio justo en España. Desde el entorno del expresidente de la Generalitat señalan que esto también pesará en el recurso al levantamiento de la inmunidad.

En cualquier caso queda mucha partida por delante y el paso por Luxemburgo no sería definitivo. Por un lado, fuentes parlamentarias confían en que la justicia europea rechace el recurso de los eurodiputados, y por el otro las cuestiones presentadas por el juez Llarena, cuando tengan una respuesta por parte del TJUE, tendrán que ponerse en práctica con la puesta en marcha de la euroorden ante las autoridades judiciales belgas, que hasta el momento han demostrado ser poco receptivas a las peticiones de sus colegas españoles.