Chalecos amarillos franceses apoyaron las manifestaciones de Barcelona

Las últimas algaradas violentas en Barcelona han contado con elementos alborotadores llegados de fuera de Cataluña, esencialmente de tierras francesas, según ha podido conocer El Confidencial de fuentes solventes. Esta llegada de profesionales de los disturbios coincidió con un recrudecimiento de la violencia en las calles, hasta el punto de que un grupo de manifestantes intentó este sábado por la noche asaltar el cuartel de la Guardia Urbana de la Rambla y, aunque no pudo lograr su objetivo, sí llegó a incendiar una furgoneta de la Policía Local con un agente en su interior. Los radicales advierten que no están dispuestos a aflojar: "Independencia o barbarie", retan desde los comités de defensa de la república (CDR).

En las plataformas radicales se hablaba de "miles de manifestantes de todo el territorio del Principat [nombre que el independentismo radical da a Cataluña]" en las protestas de este sábado. Pero omitían que también había apoyos de fuera. Según algunos mensajes a los que ha tenido acceso El Confidencial, los 'chalecos amarillos' franceses son la organización que con mayor entusiasmo ha apoyado los disturbios de Barcelona. Es más: esta organización, que en buena parte se nutre de elementos de la ultraderecha gala, llamó a las convocatorias de Barcelona, firmando los llamamientos con el nombre de los 'chalecos amarillos', acompañándolos con el escudo que en Cataluña utilizan las ‘plataformas antifascistas’, consistente en dos banderas, una roja y otra negra, dentro de un círculo.

Grupos ligados a los 'chalecos amarillos', organizados en torno a la red Mastodont, siguieron puntualmente todas las movilizaciones tanto de Barcelona como de Girona o Lleida.

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Desde algunos sectores radicales, se advertía de la llegada masiva de elementos de fuera de Cataluña. "Hay extranjeros metidos, ¡alejaos de esta gentuza! Una cosa es quemar contenedores y montar barricadas y otra muy diferente es destrozar y saquear comercios e incendiar furgonas y comisarías. No hace falta llegar a estos extremos. Sed cautos y tened ‘seny’, si no todo esto se nos puede volver en contra", advertía una activista este domingo en un mensaje comentando los sucesos del sábado.

A los más radicales, los mensajes a la cordura no les hacen mella. Un activista señalaba, refiriéndose a la escalada de violencia hasta llegar al atentado físico contra los agentes de policía: "Ya se ha probado de forma pacífica y el Estado español contestó con violencia, igual que ahora. La represión no se acaba con rosas, sonrisas ni unicornios". La intención es mantener las movilizaciones permanentemente en las calles de Cataluña. Por eso, a primera hora de este sábado la organización juvenil La Forja cortó la AP7 en Girona. El corte solo duró un par de horas, lo que tardaron los Mossos d’Esquadra en desalojar la autopista, pero suficiente para que se estampase en la calzada la insignia de la organización con un ave fénix de color negro, similar a la del Moviment Identitari Català (MIC) o a la del pequeño partido Estat Català, un símbolo supremacista y excluyente.

Los CDR, al margen de advertir entre la dicotomía de "independencia o barbarie", hicieron correr un solo tuit en el que condensaron la filosofía de las protestas: encaraban dos fotografías, una con una carga policial y otra con la furgoneta en llamas que intentaron quemar este sábado. "Dos imágenes juntas se entienden mejor", explicaban: "Quien siembra miseria, recoge rabia".

Nuevo 'modus operandi'

Algunas fuentes apuntan que, a diferencia de las últimas oleadas de violencia que padecieron las calles de Barcelona, en las que hubo activistas de Grecia, Italia, Francia, Alemania y otros países, en esta ocasión se han detectado menos visitantes. Eso, según las fuentes policiales, se debe a que la convocatoria se hizo apresuradamente, a que se hizo, en principio, por una reivindicación local, como es la libertad del rapero Pablo Hasél y no se esperaba mayor repercusión, y porque los propios activistas han cambiado su 'modus operandi'.

En uno de los manuales detectados entre los grupos radicales, se explica que, contrariamente a lo que se había hecho hasta ahora, que era apoyarse en las plataformas antisistema y, especialmente, en las redes de okupas, la nueva estrategia es huir de esos ambientes, ya que consideran que están sumamente vigilados por la policía y que cuentan con muchos infiltrados. La llegada de activistas extranjeros, pues, se realiza por otros conductos, ya sea frecuentando domicilios de amigos o alquilando alojamientos por su cuenta. Ese es uno de los métodos detallados en el manual de 'La nueva guerrilla urbana anarquista', confeccionado por el grupo griego Conspiración de Células del Fuego, que también explica al detalle cómo han de guiarse los episodios violentos, cómo y qué objetivos se han de incendiar y prioriza los ataques a los agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y a los cuarteles y comisarías.

Para una parte del independentismo, los sucesos de Barcelona son simplemente anecdóticos. Los dos grandes partidos independentistas, ERC y JxCAT, inmersos en plenas negociaciones para formar gobierno, mantienen una estudiada equidistancia, condenando con la boca pequeña los hechos y evitando ir más allá. En cambio, la CUP no solo no condena los actos violentos, sino que los justifica porque (lo mismo que hacen las plataformas radicales) afirma que emanan directamente de la violencia que ejerce el Estado. En realidad, el futuro Govern depende de lo que decida la CUP y, por eso ERC y JxCAT no solo se muestran cautos, sino que incluso han hecho guiños a los radicales y, como mucho, condenaron genéricamente la violencia.

La candidata ‘cupera’, Dolors Sabater, afirmó este domingo que "criminalizar y condenar las protestas es hipócrita y una simplificación que seguramente tranquiliza muchas conciencias, pero que no resuelve el problema". Ubicó, además, los episodios violentos en "un marco ancho en el que se están vulnerando los derechos sociales diariamente". Y nadie de los otros partidos independentistas osó contradecirla.

Presión de la ANC y de Torra

Tampoco la Asamblea Nacional Catalana (ANC), más atenta a la composición de un frente político e institucional soberanista, condenó los hechos. Esta organización, que desde las protestas de 2019 tras la sentencia del 1-O, perdió el control de las calles catalanas, recogió en solo 3 días un total de 15.000 firmas a favor de que los tres partidos independentistas presentes en el Parlament formalicen un Govern puramente soberanista. "Solo un gobierno de concentración nacional permitirá combatir los ataques continuados del Estado español en todos los frentes: judicial, político, financiero y de recortes de derechos civiles y sociales", dice el manifiesto que apoyan estas firmas.

Recuerda ese texto que el independentismo "logró un hito histórico" el 14 de febrero: lograr el 52% de los votos directos para partidos independentistas a unas elecciones al Parlament. "El momento es grave y necesitamos un gobierno de concentración que avance hacia la independencia y aborde la urgencia social y nacional en que se encuentra el país. Por este motivo, pedimos a ERC, JxCAT y la CUP que actúen con sentido de Estado y trabajen para conformar un ejecutivo independentista fuerte". Añadía después que "necesitamos un gobierno que realice acciones concretas que nos permitan culminar el proceso de independencia lo más pronto posible".

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En un acto celebrado en plena Plaza de Cataluña este domingo al mediodía, la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, advirtió que "somos mayoría política y social" y que los resultados del 14-F "nos vuelven a legitimar interna y externamente". Y subrayó que "no se trata solo de que haya un acuerdo para conformar un gobierno de fuerzas independentistas. Eso ya lo hemos tenido estos últimos tres años. Nos hace falta un gobierno que se construya sobre la base de la confianza y del proyecto común. Somos conscientes de que las estrategias de las tres candidaturas [ERC, JxCAT y CUP] son diferentes en cuanto al momento y al método para culminar el proceso de independencia. Pero se comparte el objetivo. Hemos de encontrar consensos en el camino y acciones que nos permitan avanzar".

Paluzie resucita la hoja de ruta de la ANC para agitar las calles. Por eso pide un gobierno "alineado con el consumo soberano [lo que implica revitalizar la campaña de boicot a empresas y productos españoles] y que despliegue la soberanía fiscal, un Gobierno que preserve el orden público sin vulnerar los derechos y promueva la lengua catalana y que ejerza su soberanía por encima de las instituciones del sistema judicial español [lo que implica la desobediencia institucional]". En otras palabras: "Nos hemos de preparar para un nuevo ejercicio real de autodeterminación que implicará una confrontación desde la desobediencia institucional y civil que ha de acabar con una proclamación de independencia que, esta vez sí, nos lleve a la república catalana".

El mensaje tras el acto de este domingo es contundente y claro: "Partidos, ahora os toca a vosotros actuar con responsabilidad. ¡Preparémonos para otro embate!". Y lo mismo ocurre con el expresidente Quim Torra, que este domingo evitó condenar los episodios de violencia en una entrevista en TV3 y se refirió solo a la formación de un nuevo Govern, del que dijo: "Ruego que no pase como con mi Govern. Se me hacía insoportable y no llegaba a entender cómo, en un momento en el que teníamos presos políticos, exiliados y represaliados, éramos capaces de pelearnos por tonterías".