Artadi se perfila como vicepresidenta de Exteriores en el Gobierno de Aragonès

La diputada y actual regidora del Ayuntamiento de Barcelona Elsa Artadi se perfila como vicepresidenta de Exteriores en la nueva Generalitat que se está negociando estos días entre ERC, JxCAT y la CUP, según explican fuentes parlamentarias conocedoras de los contactos entre las formaciones soberanistas. Artadi sería así la mujer fuerte de JxCAT en el nuevo Ejecutivo catalán que presidirá Pere Aragonès si las negociaciones, que avanzan de manera tortuosa y con múltiples frentes abiertos, llegan a buen puerto. Elsa Artadi es una persona de la plena confianza de Carles Puigdemont y ha demostrado en los últimos años una fuerte relación con el expresidente catalán, en este momento residente en Bélgica.

La idea de vincular la Conselleria de Exteriores a la vicepresidencia encaja con los planes de Puigdemont de proyectar el conflicto político en Cataluña en el ámbito internacional y de coordinarlo, en la medida de lo posible, tanto con la actividad de los europarlamentarios de JxCAT en Bruselas como con el activismo del Consell per la República que preside el propio Puigdemont.

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A cambio, ERC retendría la Conselleria de Economía, al frente de la cual colocaría a Albert Castellanos, en este momento secretario general de Economía y hombre de plena confianza de Aragonès. Por tanto, en el escenario que se dibuja para la nueva legislatura, los republicanos no solo ocuparían el Palau, también retendrían la llave de la caja.

El departamento de Interior caería por primera vez en la Historia en manos de los republicanos

Portavoces de ERC y de JxCAT han asegurado, por su parte, que para nada se está hablando estos días de nombres ni de departamentos. Y que están centrados en el acuerdo de legislatura que justifique algún tipo de avance hacia la independencia.

Sin embargo, otras fuentes políticas del independentismo revelan que en el marco de las conversaciones se ha planteado que JxCAT asumiría la cartera de Salud, bajo el mando del doctor Josep Maria Argimon, actual responsable de Salut Pública y del Institut Català de la Salut. Argimon es un independiente que fichó Laura Borràs y que con su competencia en la lucha contra la pandemia se ha convertido en una figura por encima de los partidos políticos. En época de coronavirus, JxCAT aspira a arrebatarle a ERC visibilidad mediática con esta maniobra.

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Por su parte, el departamento de Interior caería por primera vez en la Historia en manos de los republicanos, en un contexto en que tras la oleada de pillajes por la detención del rapero Pablo Hasél, los Mossos se han convertido en una cuestión muy problemática. La actual 'consellera' de Justicia, Ester Capella, tiene todos los números para hacerse cargo de esta delicada cartera autonómica.

Juez y parte

Artadi integra la comisión negociadora que está pactando con ERC la estructura del nuevo Govern, que tiene que llegar en buena parte ya cocinado al 12 de marzo, cuando se ha de constituir el nuevo Parlament. La acompañan Josep Rius (director general de Anàlisi i Prospectiva), la diputada en el Congreso Míriam Nogueras y el diputado catalán Francesc de Dalmases, este último, persona muy próxima a Laura Borràs.

Esta relevancia de Artadi en la Generalitat sería pareja a la que ya tiene en JxCAT, el nuevo partido que creó Puigdemont al romper con el PDeCAT. En la formación, es vicepresidenta y portavoz. Así que la maniobra para que Elsa Artadi lidere a los posconvergentes en el Govern está arropada por el aparato del nuevo partido, que tutela Jordi Sànchez.

La relevancia de Artadi contrasta con el suspense con el que Borràs gestiona su futuro

Mientras, Borràs deshoja la margarita sobre su futuro político. Por ahora, no ha desvelado sus intenciones. Su mejor opción, y por la que apuesta el partido, es que presida el Parlament, como avanzó ayer El Confidencial. Sobre Borràs, pesa la incertidumbre de su futuro judicial, por un caso de presunta corrupción en que se la acusa de haber troceado contratos públicos para favorecer a un amigo.

ERC anima a la CUP

Pero ERC están intentando cegar esta vía. Fuentes de los republicanos aseguran que su partido está dispuesto a renunciar a una de las dos sillas a las que tiene derecho en la Mesa del Parlament para dar entrada a la CUP y, de paso, dejar fuera a Vox. Y no contentos con eso, Sergi Sebrià y otros dirigentes están dando alas a la CUP para que presida el Parlament, puesto que los anticapitalistas no quieren entrar en la Generalitat.

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Fuentes de JxCAT califican esta maniobra de “farol” y se afirman en que su partido de ninguna manera va a renunciar a la segunda autoridad del país, que en puridad les correspondería si ERC llega a la presidencia de Cataluña.

La CUP no solo tiene en su mano la investidura, que al final depende de sus nueve votos en el hemiciclo. También está sirviendo de arma arrojadiza entre JxCAT y ERC. La semana pasada, Puigdemont utilizó la violencia que alentaba la CUP en las calles para llevar la negociación a su terreno y acorralar a los de Oriol Junqueras. Ahora, los republicanos le están dando la vuelta a la tortilla y al aupar a la CUP a la presidencia de la Cámara catalana colocan a JxCAT en un brete y ponen sobre la mesa sus contradicciones internas.