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El independentismo más populista se muestra incómodo con el asalto al Capitolio
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En plena precampaña electoral

El independentismo más populista se muestra incómodo con el asalto al Capitolio

Los paralelismos entre el 'procés' en Cataluña y el asalto del Capitolio esta semana han pillado al independentismo con el pie cambiado, en especial a la rama más populista de JxCAT

Foto: La cabeza de lista de JxCAT por Barcelona, Laura Borràs (c). (EFE)
La cabeza de lista de JxCAT por Barcelona, Laura Borràs (c). (EFE)

El independentismo de corte más populista, como es el caso de JxCAT, se ha mostrado incómodo con el asalto al Capitolio vivido esta semana en Estados Unidos y en el que la ultraderecha ha hecho uso de tácticas de ese país muy parecidas a las que aplicaron ellos en 2017, con el 1-O y sus preliminares; en 2018, cuando Quim Torra animó a los CDR que acabaron intentando tomar el Parlament, y en 2019, con la llamada 'batalla de Urquinaona'. Verse reflejados en Donald Trump no les ha gustado y han empezado a echar pelotas fuera para culpar a… España.

El día de Reyes, mientras Salvador Illa retuiteaba a Pedro Sánchez dando su apoyo a Joe Biden, Laura Borràs callaba. Como callaban su mentor, Quim Torra, y su hombre en el Parlament, el vicepresidente de la Cámara, Josep Costa. Solo Carles Puigdemont, consciente de los evidentes paralelismos, empezó a virar la nave: “Trump menospreció los resultados electorales. A Trump no le gustó la decisión de los americanos. Trump cree que la gente no ha votado bien... Por eso hay que plantar siempre cara cuando se desprecian resultados electorales o se fomenta la idea de que los ciudadanos de un país no votan bien. ¿Vale?”, aseguraba en redes el 'expresident'.

Esa misma línea fue la que asumió ayer su candidata a presidir la Generalitat, Laura Borràs, quien ofreció una rueda de prensa asegurando que “tras los hechos tan graves que se vivieron ayer en el Capitolio, nos reafirmamos desde JxCAT por nuestra apuesta por la democracia y celebramos que el intento de desestabilizar la democracia americana haya fracasado. No respetar el resultado de las urnas es grave siempre, en Estados Unidos y en España. Se han de respetar los resultados electorales en cualquier lugar del mundo. Y si se hubiesen respetado, el 'conseller' Puig no estaría esperando una sentencia. Esperamos que encuentre en Bélgica la justicia que no ha encontrado en España”.

Más ocupado estaba el número tres de la lista, Joan Canadell, que estuvo borrando tuits de apoyo a Trump. Según explicó Canadell en TVE: “Borré el tuit porque había gente que lo estaba aprovechando para decir que soy trumpista. En absoluto”. En redes, Elsa Artadi denunció los "peligros del populismo", como si ella no supiera de qué se estaba hablando.

La Generalitat, pese a tener una Conselleria de Exteriores, que controla ERC, ha evitado dar su apoyo a Biden. Lo que pasó en el Capitolio no es lo mismo que ocurrió en Cataluña, pero hay evidentes paralelismos. Un importante número de votantes que reclaman ser tomados como la mayoría, el apoyo de ciertos medios de comunicación, la falta de respeto por la ley, la presidencia de la institución animando a las masas a saltarse el marco legal. Son constantes que se dan en los dos casos. La propia Laura Borràs presumía de reunirse con los CDR dos semanas antes de que estos intentasen asaltar el Parlament el 1 de octubre de 2018, en escenas parecidas, pero que fracasaron, a las de esta semana en Washington. Como los seguidores de Trump, los independentistas se arrogaban la defensa de la democracia para subvertirla. Y como pasó en el 'procés' en cuanto las cosas se torcieron, los líderes que de forma previa habían azuzado a las masas empezaron a dar marcha atrás.

Hueco para la oposición

La oposición ha aprovechado el hueco. Inés Arrimadas, en un acto de Cs en Barcelona, ha declarado “si se asalta el Parlament, o se rodea el Parlament, también hay que condenarlo”. El mensaje era claro y meridiano hacia grupos que no dijeron nada cuando, por ejemplo, el 6 y el 7 de septiembre de 2017 se aprobaron las leyes de desconexión para poder hacer la consulta del 1-O.

Por su parte, Eva Granados, del PSC, declaró: “Todos recordamos a los líderes independentistas cuestionando la ley y ahora vemos en Estados Unidos lo que provoca un clima de 'fake news' y minorías acosando a los que piensan diferente”.

Eva Granados (PSC): "Recordamos a los líderes independentistas cuestionando la ley"


“Se suele decir que Estados Unidos es la democracia más fuerte del mundo. Lo que hemos visto estas últimas horas es que incluso las democracias consolidadas están en peligro cuando los gobernantes se sitúan fuera de la Constitución y la ley. También preocupa la extensión de la desafección de una parte importante de la población hacia las instituciones democráticas alentada desde los propios gobernantes que relativizan las leyes y la legitimidad de las propias instituciones”, ha añadido Eva Granados.

Populismo internacional

“Lo que ha pasado en Cataluña es algo que está pasando en otros lados”, explica Alfons López Tena, quien ha publicado diversos trabajos académicos sobre el populismo donde ha vinculado a Puigdemont con movimientos populistas como Jair Bolsonaro en Brasil o el propio Trump. “Están incómodos porque se ven en la foto del Capitolio y no se gustan. Porque el mecanismo es el mismo: se invoca la voluntad del pueblo, siempre que el pueblo diga lo que propone el líder; se sitúa esta voluntad del pueblo por encima de las leyes que se consideran injustas, se justifica que la gente se salte estas leyes… Pero ahora no se gustan sobre todo porque se ha demostrado un mecanismo perdedor. Lo fue en Cataluña y lo ha sido esta semana en Estados Unidos”.

Según López Tena, “esta línea no acaba de tener encaje en la política internacional. Por eso, Puigdemont no ha encontrado grupo parlamentario en el Parlamento Europeo. Y por eso están cada vez más aislados”.

El independentismo de corte más populista, como es el caso de JxCAT, se ha mostrado incómodo con el asalto al Capitolio vivido esta semana en Estados Unidos y en el que la ultraderecha ha hecho uso de tácticas de ese país muy parecidas a las que aplicaron ellos en 2017, con el 1-O y sus preliminares; en 2018, cuando Quim Torra animó a los CDR que acabaron intentando tomar el Parlament, y en 2019, con la llamada 'batalla de Urquinaona'. Verse reflejados en Donald Trump no les ha gustado y han empezado a echar pelotas fuera para culpar a… España.

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