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Los CDR apuestan por cortar la AP-7 durante días para responder al fallo del Supremo
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Se busca inspiración en Hong Kong

Los CDR apuestan por cortar la AP-7 durante días para responder al fallo del Supremo

Estos colectivos radicales valoran que para bloquear la autopista más importante de Cataluña basta con unas 500 personas que mantengan los cortes durante varias jornadas

Foto: Vista del corte que grupos independentistas realizaron en la AP-7 a la altura de L'Ampolla (Tarragona) en protesta por la reunión del Consejo de Ministros que se celebró en Barcelona el 21 de diciembre de 2018. (EFE)
Vista del corte que grupos independentistas realizaron en la AP-7 a la altura de L'Ampolla (Tarragona) en protesta por la reunión del Consejo de Ministros que se celebró en Barcelona el 21 de diciembre de 2018. (EFE)

La AP-7 no es solo la autopista de peaje más odiada de Cataluña. A partir de este verano, se ha convertido en el objetivo más probable de lo que se ha calificado como una respuesta “prolongada y sostenida en el tiempo” a la sentencia del Tribunal Supremo en caso de que este condene a los encausados por los denominados 'hechos de octubre'. La apuesta de los CDR es un corte de la AP-7 que se prolongue durante días y que colapse el tráfico de mercancías entre España y Francia, o, lo que es lo mismo, entre España y el resto de Europa.

Según explican fuentes de sectores independentistas, los CDR ya saben que la única respuesta que se espera será la de ellos, ante la incapacidad del 'president' Quim Torra de pactar una respuesta conjunta con las instituciones y partidos a la sentencia. Por esto, los CDR son ya conscientes de que la única contestación política a la sentencia será popular, no institucional. Y ellos tendrán que ser la punta de lanza.

O lo que es lo mismo, todo depende de este colectivo —de unas 300 personas repartidas por toda Cataluña— y de su capacidad de movilización y de arrastre de otros grupos, como por ejemplo, la CUP, que podría sumar otras 2.000 personas integradas en Arran.

Foto: Comandos de CDR protestan en Barcelona. (EFE)

Por eso, la autopista AP-7 que cruza Cataluña de sur a norte desde les Cases d’Alcanar hasta La Jonquera, en la frontera francesa, es el objetivo que más números tiene. El problema es que nunca se ha planteado lo de ahora: un bloqueo continuado que puede durar una semana o más. El máximo posible, para que cause inquietud en la UE y el mayor daño posible a la política exportadora de bienes española. Se plantea que basta con unas 500 personas que mantengan los cortes durante días y que cuenten con apoyo de las poblaciones locales donde se instalen los piquetes para ser abastecidos de agua y víveres.

Se ha pensado en otros objetivos, sobre todo buscando inspiración en Hong Kong y las protestas contra el Gobierno chino. Pero es lo que se denomina en los foros de los CDR pasar a un segundo nivel. Eso implicaría movilizar entre 3.000 y 5.000 personas para asaltar la T-1 y paralizar la operativa del aeropuerto, por ejemplo. Según los cálculos de estos colectivos, no habría ni que ocupar las pistas. Pero mantener la terminal ocupada durante muchos días y por una cantidad de gente tan grande ofrece muchos problemas logísticos. Por eso, el corte de la autopista sigue siendo el favorito, si bien el impacto sobre los turistas y el tráfico aéreo no resultaría desdeñable, según apuntan fuentes cercanas a la CUP.

Foto: Quema de una foto del juez Llarena. (EFE)

Como explica sobre la réplica política a la sentencia el antiguo secretario de ERC Joan Puigcercós en una entrevista en la revista 'El Temps': “Debe ser una respuesta sostenible en el tiempo, de consenso máximo y que seguramente deberá desembocar en elecciones tarde o temprano. Y pienso que hay que parar el país”. Puigcercós descarta la huelga general pero reconoce: “No sé si debe ser uno, dos, tres días... Esto lo decidirán las entidades. Pero quien no entienda que este es un problema de democracia y libertad tendrá que entender que hay un problema no resuelto. Yo pido realismo y que sea sostenible. Y luego, tal vez, no tocará más que hacer elecciones”.

Opciones descartadas

Otras opciones se han descartado: intentar cerrar la frontera con Francia, por ejemplo. O asaltar el puerto de Barcelona. Ambas ofrecen una dificultad operativa muy grande. Sin embargo, la sombra de Hong Kong está pesando mucho en los sectores más radicales del independentismo.

Por eso, el corte de la AP-7 es el favorito. Siguiendo la tesis Puigcercós, resulta lo más fácil de mantener muchos días. Esperan poder combinarlo con una convocatoria de huelga general que llevará a cabo el sindicato Intersindical-Confederación Sindical Catalana, que lidera el militante en Terra Lliure Carles Sastre. Este sindicato ha conseguido 35 delegados en la Generalitat y eso le puede servir para paralizar la Administración, incluyendo escuelas y hospitales. Parece dudoso que la industria vaya a parar. Y el comercio siempre es una duda, y más si se plantean más de un día de huelga.

Joan Puigcercós (ERC) ya ha situado el debate de la respuesta popular al fallo del Tribunal Supremo como "sostenible en el tiempo y de consenso"


Además, hay otra baza para la huelga: la Cámara de Comercio de Barcelona, ahora en manos de Joan Canadell, un independentista proveniente del Cercle Català de Negocis y muy cercano al 'expresident' Carles Puigdemont. Sin embargo, no hay precedentes. Se sabe lo que un presidente de la Cámara de Comercio puede hacer para oponerse a una huelga, pero hasta ahora es una incógnita saber si, además, puede fomentarla. Sin embargo, como apunta Puigcercós, la huelga general solo puede durar un día. En cambio, cortar la autopista sí que podría ser “sostenible en el tiempo”.

El papel de Torra

Los CDR cuentan con el apoyo de Carles Puigdemont. Desde Waterloo, se aboga por la confrontación directa con el Estado, según apuntan en los círculos del 'expresident' en Bélgica. Esta alternativa no la apoyan ni ERC ni el resto de 'consellers'. Evidentemente, no Miquel Buch, 'conseller' de Interior y máximo responsable de los Mossos. Pero tampoco el resto del Govern, tal vez a excepción del titular de Polítiques Digitals, Jordi Puigneró.

Foto: El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont (c), conversa con su exconsejero Toni Comín (i) y con el actual presidente, Quim Torra, en Waterloo. (EFE)

Esto deja a Torra en una situación difícil. Por un lado, tendrá que apoyar a Puigdemont y a los CDR; por otro, deberá mantenerse al frente de una institución que preferirá “aplazar la respuesta” para evitar dejar en evidencia las divisiones del independentismo.

La AP-7 no es solo la autopista de peaje más odiada de Cataluña. A partir de este verano, se ha convertido en el objetivo más probable de lo que se ha calificado como una respuesta “prolongada y sostenida en el tiempo” a la sentencia del Tribunal Supremo en caso de que este condene a los encausados por los denominados 'hechos de octubre'. La apuesta de los CDR es un corte de la AP-7 que se prolongue durante días y que colapse el tráfico de mercancías entre España y Francia, o, lo que es lo mismo, entre España y el resto de Europa.

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