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Mas se deja querer y prepara un discreto regreso que no 'moleste' a Puigdemont
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Mas se deja querer y prepara un discreto regreso que no 'moleste' a Puigdemont

En su ‘guardia de corps’ entrarían también los jóvenes de Moment Zero, el grupo que quiso copar poder tras las últimas autonómicas y que consiguió posicionarse a medias en la Administración

Foto: Artur Mas y Quim Torra. (EFE)
Artur Mas y Quim Torra. (EFE)

Artur Mas se deja querer y sopesa en la sombra su vuelta al ruedo político. Lo hace con discreción, para no pisar callos y cuidando de no entorpecer la estrategia de su sucesor, Carles Puigdemont, para no provocar una guerra fratricida dentro del PDeCAT. Es una iniciativa que cuenta con dos frentes opositores: el propio Puigdemont, que no quiere a nadie haciéndole sombra (y Artur Mas es uno de los pocos que pueden eclipsarlo), y el de algunos cuadros del partido, que no quieren volver a ver en la cúpula al equipo que los llevó a la ‘ruina’. Pero también tiene impulsores que intentan frenar la actual deriva del PDeCAT.

Los que no ven con buenos ojos este 'revival' afirman que “en siete años, Mas y los suyos dinamitaron CDC, crearon Junts pel Sí, luego el PDeCAT, luego Junts per Catalunya y, ahora, la Crida. ¿Y qué nos preparan para mañana?”. Así habla un alto cargo del PDeCAT, que asegura que es preciso “un cambio profundo en el PDeCAT, tomar un nuevo rumbo”. Pero acusa que “todos los que rodean a Artur Mas fueron los protagonistas o estuvieron al lado de los grandes casos de corrupción que ha habido en las últimas décadas. También fueron ellos los que llevaron al fracaso a Convergència Democràtica de Catalunya, y ahora quieren estar ahí de nuevo”.

placeholder Francesc Homs. (EFE)
Francesc Homs. (EFE)

En cierto modo, el círculo de Artur Mas sigue maniobrando en la sombra, aunque no ocupe cargos de relevancia en el partido ni en el Gobierno, excepto algún caso aislado. Uno de sus mayores apoyos, el exconsejero de Presidencia y exportavoz del Govern Francesc Homs, es uno de los más activos y de los que tienen un peso relativo entre las bases del independentismo. Homs es uno de los nombres que suenan para entrar en el Ejecutivo de Quim Torra esta primavera, en cuanto termine su inhabilitación. De ese modo, Mas ya tendría una importante pieza dentro del Govern para ir haciendo su camino.

De hecho, Homs fue quien guio a Artur Mas hacia el radicalismo, enfrentando su estrategia a la de otros ‘barones’ convergentes que apostaban por un pactismo no rupturista, como Germà Gordó o el mismísimo Felip Puig. Junto a ellos, se alineaban Jordi Turull, Josep Rull (ambos en la cárcel actualmente), Miquel Buch (actual consejero de Interior, pero durante años presidente de la Asociación Catalana de Municipios, ACM) o Damià Calvet, consejero de Territorio. De hecho, este último es considerado “un hombre de la confianza de Josep Rull, aunque últimamente quiere volar por su cuenta. De ahí los bandazos que da de vez en cuando, alineándose con Quim Torra en algunas cuestiones y desmarcándose ostensiblemente de repente en otras”.

Otro de quienes no han dejado de apoyar a Mas, aunque se mantuvo en la sombra durante los últimos años, ha sido David Madí, al que algunos ‘barones’ señalan como el auténtico ‘cerebro gris’ en la sombra de la estrategia de retorno del ‘expresident’.

Movimientos de Elsa Artadi

En esa ‘guardia de corps’ de Mas, entrarían también los jóvenes de Moment Zero, el grupo que quiso copar poder tras las últimas elecciones autonómicas pero que solo consiguió posicionarse a medias en la Administración. En ese grupo se encuadran el diputado y alcalde de La Seu, Albert Batalla, el exdiputado Jordi Cuminal o dirigentes como Jordi Cabrafiga, administrador del PDeCAT, Jordi Moreso, exjefe de gabinete de Artur Mas, o Víctor Cullell, secretario del Consejo Asesor para la Transición Nacional. Junto a ellos, estarían la concejala Mercè Homs, el ex director general de Òmnium Cultural Jordi Arcarons, el alcalde de Molins de Rei, Joan Ramon Casals, el alcalde de Gironella, David Font, David Saldoni (actual presidente de la ACM) o Marc Pifarré.

Según las fuentes consultadas, "Artadi se está haciendo su publicidad, marcando perfil propio, marcando distancias con Quim Torra"

Todos ellos quisieron apostar hace un año por Elsa Artadi como la presidenciable tras descartarse Carles Puigdemont, pero solo pudieron hacerla consejera de Presidencia y portavoz del Govern. Ahora, según las fuentes consultadas, “Artadi se está haciendo su publicidad, marcando perfil propio, marcando distancias con Quim Torra y apostando por una gobernabilidad sensata”. En las últimas semanas, añaden las fuentes, ha mantenido varias reuniones con grupos de gente afín y “prepara motores para presentarse en las listas municipales por Barcelona en las próximas elecciones”. Sin prisas, pero sin pausas.

Artadi, anuncian, “podría ser una buena candidata”. En las listas sería la segunda, tras el exconsejero de Interior Joaquim Forn, pero ella sería la que tomaría las riendas de la política posconvergente en Barcelona tras las municipales, habida cuenta de que Forn continuará en prisión. Y hay más: para sustituirla como consejera de Presidencia, ya suena el nombre de Damià Calvet.

El aterrizaje del expresidente no va a ser sencillo, porque no está tan claro que los cuadros del PDeCAT le reciban con los brazos abiertos. Si Puigdemont le mira con desconfianza, algunos de los actuales dirigentes del partido le tienen directamente aversión. “Debemos hacer partidos más transparentes, y o se cambian los dirigentes y las maneras de hacer o no habrá un nuevo espíritu”, matiza un dirigente de la formación. Y otro añade: “Mas se cargó el partido líder de Cataluña y, ahora, los mismos que participaron en esa operación se quieren cargar el PDeCAT. No se lo vamos a permitir”. Sin embargo, las cabezas de puente ya están tendidas, y el 'expresident' no tiene prisa ninguna: prefiere una llegada discreta y pausada.

Artur Mas se deja querer y sopesa en la sombra su vuelta al ruedo político. Lo hace con discreción, para no pisar callos y cuidando de no entorpecer la estrategia de su sucesor, Carles Puigdemont, para no provocar una guerra fratricida dentro del PDeCAT. Es una iniciativa que cuenta con dos frentes opositores: el propio Puigdemont, que no quiere a nadie haciéndole sombra (y Artur Mas es uno de los pocos que pueden eclipsarlo), y el de algunos cuadros del partido, que no quieren volver a ver en la cúpula al equipo que los llevó a la ‘ruina’. Pero también tiene impulsores que intentan frenar la actual deriva del PDeCAT.

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