Artadi, Madí y Batet peregrinan a Bruselas para que Puigdemont acepte un "plan B"
Los representates de la candidatura llegados a la capital belga fueron Elsa Artadi, David Madí y el alcalde de Valls, Albert Batet
Representantes de las diversas sensibilidades que acoge JxCAT han viajado a Bruselas para reunirse con el expresidente catalán, Carles Puigdemont. El grupo es heterogéneo y reúne a todas las tendencias dentro de la candidatura que lidera el antiguo máximo responsable de la Generalitat: desde una persona de la más alta confianza del propio Puigdemont, como Elsa Artadi; hasta alguien de lo más próximo al ya dimitido Artur Mas, su antiguo mano derecha, David Madí. También se ha sumado un representante del poder local de los antiguos convergentes, el alcalde de Valls (Tarragona), Albert Batet. Fuentes de Junts per Catalunya han confirmado que también ha acudido al encuentro el diputado de la formación Quim Torra.
Los cuatro estuvieron anoche con Puigdemont en el hotel Husa President Park, el mismo donde se aloja el 'expresident' desde el pasado 30 de octubre y un emplazamiento habitual para la operativa de Puigdemont en la capital belga, según explican fuentes del entorno del líder de JxCAT en Bruselas. En ese mismo hotel dio Carles Puigdemont su rueda de prensa del pasado 6 de diciembre, cuando aseguró que España estaba haciendo el ridículo al haber retirado la euroorden que pesaba sobre él y el resto de diputados fugados de España.
El motivo de la reunión es intentar que Puigdemont acepte un plan B que ERC pueda apoyar y que pasa por una alternativa a su candidatura que pueda presidir la Generalitat de manera efectiva y prolongada. Hace tres semanas parecía que Puigdemont se decantaba por esta alternativa: mantener su candidatura hasta el último momento y luego facilitar la presidencia de otro candidato de JxCAT que menos hostilidad despierte entre los republicanos.
Intentan que Puigdemont acepte un plan que ERC pueda apoyar y que pasa por una alternativa que pueda presidir la Generalitat de manera efectiva
Pero tras el éxito de su viaje a Dinamarca, Puigdemont ha vuelto a su cuartel general belga crecido. El juez Pablo Llarena no se atrevió a detenerlo y Puigdemont ha vuelto convencido de que es el conflicto permanente lo que refuerza su figura y pone al Gobierno de Mariano Rajoy frente a sus contradicciones, tal y como ha demostrado el reciente dictamen del Consejo de Estado.
Puigdemont ya ha asumido que él no podrá presidir la Generalitat. Pero ahora el campo de batalla está en el "plan B", ese que todos niegan de manera oficial que existe mientras que no dejan de negociar sobre dicho plan en reservados de restaurantes. Tanto ERC como PDeCAT quieren un candidato que pueda presidir la Generalitat durante una legislatura larga que sirva para descomprimir "el procés" y recuperar una cierta normalidad sobre la vida política catalana.
El apoyo de la ANC
Pero, en cambio, Puigdemont plantea ahora un escenario de choques consecutivos con el Gobierno español y el poder judicial, que le permita ganar visibilidad en el escenario europeo. Para ello cuenta con el apoyo de la ANC, que también aboga por radicalizar el conflicto y tensionarlo al máximo.
Puigdemont sabe que su candidatura caerá arrollada por el Tribunal Constitucional (TC), sea de manera preventiva o tras los hechos consumados. A partir de aquí, la estrategia que defiende el vencedor de las elecciones del 21-D es que JxCAT vaya proponiendo candidatos cada vez más imposibles que el alto tribunal irá tumbando de manera sistemática. Así, Puigdemont querría que primero se propusiese al expresidente de la ANC, Jordi Sànchez, encarcelado en Estremera y número dos de la lista de JxCAT. Y tras él otro y otro de manera que con cada candidato vayan pasando los meses.
Después de Sánchez, el designado sería Jordi Turull, pese a que sobre el anterior portavoz de la Generalitat pesan importantes cargos y se encuentra en libertad provisional. Luego, el 'exconseller' Josep Rull. Todos miembros de la lista de JxCAT y todos con tantos problemas legales sobre sus espaldas que hicieran que las impugnaciones del TC o de la oposición hiciesen imposible la investidura.
Construcción de un relato
Para Puigdemont la clave es construir un relato en el que se ofrezca la imagen de que el Gobierno español no respeta la democracia y que no lo hará hasta que los catalanes "voten como es debido".
El problema es que esa estrategia obstruccionista tiene un precio: la prolongación de la suspensión de la autonomía por la vigencia del artículo 155 de la Constitución. Un precio que parece excesivo a Oriol Junqueras, a ERC y a los miembros del PDeCAT. De ahí el conclave en Bruselas de ayer para intentar desbloquear la situación.
Puigdemont defiende una estrategia obstruccionista para construir un relato político: España no acepta lo que votan los catalanes
Se estima que Puigdemont podría llegar hasta el mes de junio con este encadenamiento de candidatos imposibles. Demasiado tiempo: supondría el ahogo financiero de TV3, entre otras importantes cuestiones que se encuentran bloqueadas. Un precio muy alto, para los asistentes al encuentro.
Fuentes políticas consultadas auguran que llegados a este punto, Rajoy volvería a convocar elecciones autonómicas para el próximo otoño. Puigdemont aspira a repetir resultados, pero en JxCAT se considera un escenario demasiado incierto para jugarse la mayoría absoluta de la que ahora dispondrían en el Parlament si su líder en el exilio no estuviese jugando de manera sistemática al "cuánto por mejor".
Nota de Redacción: En la primera versión de esta noticia, aparecía el nombre de Lluís María Corominas como una de las personas que viajaban a Bruselas, cuando en verdad nos referíamos a Agustí Colomines, exdirector de la fundación de CDC e ideólogo del 'procés'.
Representantes de las diversas sensibilidades que acoge JxCAT han viajado a Bruselas para reunirse con el expresidente catalán, Carles Puigdemont. El grupo es heterogéneo y reúne a todas las tendencias dentro de la candidatura que lidera el antiguo máximo responsable de la Generalitat: desde una persona de la más alta confianza del propio Puigdemont, como Elsa Artadi; hasta alguien de lo más próximo al ya dimitido Artur Mas, su antiguo mano derecha, David Madí. También se ha sumado un representante del poder local de los antiguos convergentes, el alcalde de Valls (Tarragona), Albert Batet. Fuentes de Junts per Catalunya han confirmado que también ha acudido al encuentro el diputado de la formación Quim Torra.