El fiasco de Puigdemont en Dinamarca: el Gobierno se encerró para no encontrárselo
No ha dicho ni hecho nada nuevo en Dinamarca, ni tampoco ha dejado un buen recuerdo. Si en Bruselas le hicieron la ola, en Copenhague le pusieron los puntos sobre las íes
“Quería utilizar nuestras instituciones oficiales y educativas para hacer propaganda y populismo del suyo, pero no somos tontos, no se lo hemos permitido”, resume la profesora danesa Marlene Wind, en una conversación con El Confidencial. Este martes, se ha encontrado con su fotografía enmarcada en las portadas de todos los periódicos, junto a las preguntas que hizo a Carles Puigdemont durante el debate en la Universidad de Copenhague. “Creo que ya era hora de que alguien le dijese las cosas, porque veo que no está acostumbrado a que se le rete, ni se le pregunte por las cosas directamente. No me imaginaba que mis palabras fueran a tener toda esta repercusión, pero desde luego, me alegro, porque no íbamos a permitir que nos utilizara”, subraya.
Puigdemont no ha dicho ni hecho nada nuevo en Dinamarca, ni tampoco ha deja un buen recuerdo. Si en Bruselas le hicieron la ola, en Copenhague le pusieron los puntos sobre las íes, como dice la propia Wind. Se lo habían advertido sus abogados cuando le pidieron que no se subiese a ese vuelo de Ryanair que le trajo hasta aquí, pero él hizo caso omiso. Salió de su zona de confort y se lanzó a la aventura. Sin embargo, los tres profesores con los que compartió mesa le quitaron todas las ganas de debatir, desde el mediador que le preguntó si era un político populista pasando por Wind que le 'bombardeó' a cuestiones retóricas, e incluyendo a quien tuvo dudas sobre los criterios que tiene para establecer un censo electoral. "¿Quién debe decidir sobre el futuro de Cataluña? ¿Los españoles o solo los catalanes?", le dijo.
Según ha confirmado un diputado danés a este diario, los parlamentarios y miembros del Gobierno se escondieron en sus despachos para ni siquiera encontrarse a Puigdemont en los pasillos y evitar así una posible foto o una situación incómoda ante las cámaras. Otros ni fueron al Parlamento. De hecho, el diputado feroés Magni Arge, que mantuvo un encuentro con el político catalán durante una hora, reconoce que hubo presiones del Ejecutivo danés para cancelar la reunión o al menos evitar que esta tuviera lugar en las dependencias de la Cámara de los Representantes.
La prensa nacional tampoco parece verle sentido a la presencia del político en el país nórdico. Un reportero de la televisión nacional se acerca a un grupo de periodistas españoles para hacerles la gran pregunta. “Perdonad, pero… ¿cómo creéis que va a terminar esto? Aquí estamos muy sorprendidos”. Solo se le pudo contestar con una risa y un “ojalá supiéramos contestarte”. La radio danesa ha definido su intervención en el debate universitario como “el mitin de Puigdemont, el hombre recibido como una estrella de cine en Copenhague”. Los textos de los periódicos vienen acompañados de fotografías de banderas catalanas que ondeaban entre el público de la facultad.
Sea cual fuere su objetivo, no ha logrado mucho en los dos días que ha pasado en Dinamarca. Ni ha logrado reactivar la orden europea de detención, como señaló el Tribunal Supremo, ni tampoco condujo a una crisis bilateral, a pesar de haber buscado la simpatía de las autoridades danesas. Puigdemont ha venido a Dinamarca a escuchar una clase de Ciencias Políticas, la que le dio Wind delante de sus propios alumnos. “La universidad no es un sitio para los populistas. Nadie le ha invitado a venir, y mucho menos si ese era su objetivo. Esta institución está para debatir y educar, y siempre hemos retado a nuestros invitados, les hemos hecho preguntas libremente. Me parece lo más normal”, añadió esta prestigiosa experta en política europea.
Dinamarca se ha sentido utilizada con este viaje del político catalán. “No nos hemos dado cuenta de eso hasta que llegó y hemos visto toda la atención mediática que supuso su presencia en Copenhague. Personalmente, estoy muy enfadada. Aceptamos acogerle aquí, pero no para esto. Lamentablemente, él lo tenía todo planeado, quería esta atención, este circo que ha montado en nuestro país. No le interesaba en absoluto el debate, eso era una excusa más”, analiza, tras los dos días de presencia de Puigdemont en Dinamarca. Wind dice que ha recibido más de 600 correos de agradecimiento por su interrogatorio el lunes al ponente catalán. “También hay reacciones de los más fanáticos, claro”, lamenta, sobre mensajes con insultos que ha recibido en las redes sociales.
Los miembros del Gobierno le han dado plantón a Puigdemont. Hasta el último funcionario de turno alegó tener la agenda ocupada. “España es nuestro socio en la Unión Europea y el Gobierno de Mariano Rajoy es nuestro interlocutor en esta crisis. Que no estemos de acuerdo con ciertas cosas no significa que vayamos a crear una tensión bilateral. Espero que al menos haya sido consciente de que no íbamos a permitir que secuestre nuestro Parlamento para sus intereses”, concluye Wind, sobre esta visita rodeada de polémica en un país calmado, donde lo que más sorprendió es la presencia repentina de decenas de cámaras de todo el mundo a la caza de un político.
"Veo a políticos a los que no apoyo"
El exministro de Exteriores danés (2013-2014), Holger K. Nielsen, fue uno de los siete diputados que se han reunido con Puigdemont en Copenhague. No está de acuerdo con él, pero no entiende las críticas por su visita. “Como diputados nos tenemos que reunir con otros políticos, como parte del Ejecutivo no siempre. Yo me he reunido con Bashar al Asad, a pesar de que no apoyaba su forma de gobernar en Siria, y veo regularmente al embajador israelí sin culparle de la política de asentamientos israelíes”, concluyó, en declaraciones a este diariol. “La decisión de venir aquí ha sido suya y si viene un político y pide hablar, hay que hablar. Eso no significa que me parezca bien su forma de hacer las cosas. El Gobierno gestionó bien la visita al decir que no”, añade.
Nielsen ya conocía al expresident y estaba informado de sus opiniones, pero quiso participar en la reunión de hoy en el Parlamento para “ponerse al día” sobre la situación en Cataluña de boca del propio líder del movimiento independentista. “No he sacado ninguna conclusión nueva del encuentro, ni tampoco ha logrado convencerme de sus ideas. No entiendo muy bien tanta insistencia en la independencia. El separatismo es dañino. Así que él vino con sus argumentos, los expuso, le hicimos algunas preguntas y yo le di algún consejo”, dice. Para el socialista, Puigdemont “debería renunciar a sus ideas de separar” Cataluña del resto de España y sentarse con el Gobierno en Madrid para encontrar soluciones “que beneficien a todo” el país. "Rajoy también cometió errores. No debería haber políticos en la cárcel. Es un impedimento para el diálogo y no soluciona nada", advierte.
“Pero desde luego, con un 50% de los catalanes en contra, no puede independizar Cataluña. Debería ir sacándose esa idea de la cabeza y pensar en las consecuencias que está teniendo todo esto en la sociedad española en general”, asegura, en unas palabras que reconoce haber dicho una por una en su conversación con Puigdemont en el Parlamento danés. Le dijo que estaba “forzando la situación” y que la salida a esta crisis es “buscar otro tipo de compromiso” con el que “todo el mundo” esté de acuerdo. “Eso fue lo que le dije a él”, subrayó. Madrid debería también “sentarse a la mesa, negociar y ceder en algunas cosas” para resolver este problema. “Pero la independencia no es la solución”, alerta.
“Quería utilizar nuestras instituciones oficiales y educativas para hacer propaganda y populismo del suyo, pero no somos tontos, no se lo hemos permitido”, resume la profesora danesa Marlene Wind, en una conversación con El Confidencial. Este martes, se ha encontrado con su fotografía enmarcada en las portadas de todos los periódicos, junto a las preguntas que hizo a Carles Puigdemont durante el debate en la Universidad de Copenhague. “Creo que ya era hora de que alguien le dijese las cosas, porque veo que no está acostumbrado a que se le rete, ni se le pregunte por las cosas directamente. No me imaginaba que mis palabras fueran a tener toda esta repercusión, pero desde luego, me alegro, porque no íbamos a permitir que nos utilizara”, subraya.
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