Lo que ocultaba Puigdemont: ceses en cascada en el Govern el día antes de la DUI

El Gobierno de Carles Puigdemont se caía a pedazos justamente antes de que fuese intervenido por el Gobierno central. Lo cierto es que el desánimo en el Ejecutivo era enorme. La dimisión del consejero de Empresa, Santi Vila, fue solo la guinda de un reguero de dimisiones en cascada que dejaron seriamente ‘tocado’ el proyecto secesionista. Y a Puigdemont, cada día más en manos del independentismo más radical.

El desánimo, pues, llevaba a la desintegración, aunque la consigna era resistir contra viento y marea. Por eso mantuvo en un muy discreto segundo plano una realidad preocupante: el reguero de dimisiones de personas clave en el organigrama de la Generalitat precisamente el pasado jueves, el día antes de que los independentistas esperaban materializar la declaración unilateral de independencia (DUI). Todas ellas, según fuentes cercanas al Govern, fueron a petición propia, lo que deja entrever la poca cohesión que existía ya en un Ejecutivo cuya única prioridad era la declaración unilateral de independencia.

En esta semana, son de destacar los ceses del secretario general de Salud, Albert Serra, y el secretario general de Justicia, Adrià Comella. No son unos cualquiera, sino los números dos en sus respectivas consejerías. Ambos, además, están en consejerías que oficialmente están bajo la influencia de ERC. En Justicia también dejó su cargo Rosa Anna Castillo, directora general de Modernización de la Administración de Justicia.

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En el caso de Serra, el tema adquiere una especial relevancia, porque es una persona de la total confianza del consejero Toni Comín. Es más: Serra era hasta el año pasado director del Instituto de Gobernanza y Dirección Pública de ESADE, donde Comín ejercía como profesor adjunto. Por tanto, se fue el principal apoyo del jefe de la sanidad catalana.

Comella, que a comienzos de este siglo oficiaba como consultor en la división de Consultoría de Negocios de Indra, fue luego director de una consultora, gerente de Catalunya Caixa (hasta 2014) y director comercial en la Universidad de Barcelona unos meses antes de llegar a Justicia, llamado por su amigo Carles Mundó.

El consejero de Exteriores, Raül Romeva, también cesó a la exsocialista Maria Badia como secretaria de Asuntos Exteriores y de la UE. Al parecer, este cese se debió a problemas de salud de Badia. En Enseñanza, dejó su cargo el director general de FP, Melchor Arcarons. En Agricultura, fue la directora general, Teresa Masjuan. En Presidencia, cayó Jordi Vergès, director general de Análisis y Prospectiva, que fue nombrado hace tan solo 3 meses. A esta lista es preciso añadir el cese de Marcel Mauri como asesor especial del vicepresidente Oriol Junqueras, aunque esta iniciativa era más lógica: Mauri se convirtió, desde el 16 de octubre, en el portavoz oficial accidental de Òmnium Cultural (una de las entidades cívicas que maneja el independentismo en la calle, junto a la ANC), tras el encarcelamiento de su líder, Jordi Cuixart.

Los gastos en Exteriores

La intervención del Gobierno catalán coincidió en el tiempo con la publicación en el Diario Oficial de la Generalitat de todos los convenios que el departamento de Exteriores firmó en el año 2016. La consejería de Romeva había encargado unos dípticos bajo el lema ‘Justicia de la secesión’, que es el resumen de una jornada que el consejero había presentado en Moscú en 2016. “Las vías democráticas unilaterales, acompañadas por una movilización popular intensa, sostenida y prolongada pueden superar legítimamente los obstáculos constitucionales”, reafirmó Romeva en la capital rusa. No solo eso: afirmaba que la unilateralidad es legítima después de que las vías negociadas y constitucionales hayan sido sistemáticamente negadas. Le acompañaban cuatro profesores de universidad claramente alineados con el independentismo que reforzaban sus teorías.

En Enseñanza, dejó su cargo el director general de FP, Melchor Arcarons. En Agricultura, fue la directora general, Teresa Masjuan

Exteriores también acababa de editar el libro (8.000 euros) ‘Los valores ideales de la guerra’, de Antoni Rovira, un estudio sobre la Primera Guerra Mundial, que tomaba partido por los aliadófilos y que ubicaba en el centro de sus críticas no solo a los germanófilos, sino a los neutrales, en una indisimulada crítica al Gobierno español, ausente del gran conflicto europeo. Rovira creía que apoyando a los aliados, Francia y Gran Bretaña ayudarían después a que Cataluña tuviese más autogobierno.

También había encargado dípticos sobre unas jornadas que la propia consejería había organizada en noviembre del 2016 sobre ‘Ética y republicanismo’, en la que intervinieron exclusivamente dirigentes de ERC y de los comunes. Entre los expedientes figura un encargo al Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CTTI) de 126.604,72 euros para la “definición de la estrategia de gobierno abierto”, con el número de expediente EX105/2016.N199 y el código de registro en la consejería 2016/9/0189. Ese expediente desapareció de la base de datos del registro de convenios de la Generalitat.

Otro de los encargos, dotado con 150.000 euros al año, fue para crear un “fondo de maniobra” para dar soluciones TIC a las demandas de la consejería. En este convenio se incluían, además, la creación de la web de la Secretaría de Exteriores, la “arquitectura de contenidos de la memoria histórica”, la “optimización de arquitecturas de aplicaciones”, las “auditorías de sistemas de información” y la “apertura de delegaciones en el exterior”. Paralelamente, en la página web del ‘gobierno abierto’ se gastaron otros 7.057,35 euros.