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Las embajadas catalanas cerradas y Diplocat, más de 25 millones para las arcas públicas
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EL COSTE DE EXPORTAR EL 'PROCÉS'

Las embajadas catalanas cerradas y Diplocat, más de 25 millones para las arcas públicas

El Gobierno decidió cerrar todas las embajadas catalanas en el exterior, a excepción de la de Bruselas, y el patronato Diplocat. Prescindir de estos organismos supone un gran ahorro

Foto:  El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont (c), junto al vicepresidente, Oriol Junqueras (i), y el 'conseller' de Exteriores, Raül Romeva (d), durante una conferencia en Bruselas. (EFE)
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont (c), junto al vicepresidente, Oriol Junqueras (i), y el 'conseller' de Exteriores, Raül Romeva (d), durante una conferencia en Bruselas. (EFE)

La aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña aprobado por el Gobierno de Mariano Rajoy este viernes toca de lleno a todos aquellos entes que la Generalitat ha ido impulsando en los últimos años para exportar el 'procés' independentista, aunque con poco éxito y mucho gasto. Las llamadas "embajadas catalanas" quedarán cerradas a partir de ahora, solo con la excepción de la de Bruselas, oficina de representación permanente de España en la UE y con la que cuentan todas las regiones españolas por igual.

Solo el coste de las delegaciones (sus alquileres y gastos corrientes) y el personal del departamento de Exteriores, dirigido por Raül Romeva, destinado a este fin supera los 23 millones. El Gobierno también ordenó la clausura del patronato de Diplocat, una entidad público-privada al servicio del Govern para impulsar la proyección internacional de Cataluña y que tiene una partida de 2,3 millones de euros y 13 empleados propios. Entre sus actividades más recientes destacó el viaje de una delegación catalana a Dinamarca hace unas semanas para explicar el referéndum del 1 de octubre en un festival político del país nórdico.

La prioridad de Puigdemont de internacionalizar la causa secesionista lo demuestra el fuerte incremento presupuestario en la acción exterior aprobado para 2017, que asciende a 39,6 millones de euros, incrementándose el 80% y sumando 18 millones más con respecto a 2015. Hasta el punto de que la actividad de la presidencia catalana para desarrollar su labor en el exterior quedó regada con 2,3 millones de euros, según los datos desprendidos de las cuentas públicas aprobadas para este año, reforzando especialmente la cuantía dedicada a viajes y transporte.

Pero la verdadera pretensión de internacionalizar se mide por número de embajadas catalanas. Los datos hablan por sí solos: en solo dos años se han duplicado. En febrero de 2015 Cataluña contaba con cinco instituciones propias en el exterior, y a día de hoy tiene 11 y otras tres que están pendientes de designar: Croacia, Marruecos y la Santa Sede. La Generalitat anunció, de hecho, su intención de abrir hasta 50 delegaciones en los próximos años.

La delegación en la Unión Europea es la joya de la corona del Govern, y no se va a cerrar. Está situada en el centro de la ciudad, cuenta con 2.391 metros cuadrados y los costes de alquiler ascenderían a más de un millón de euros, según publicó 'El Periódico'. La embajada en Francia y Suiza está a cargo del también periodista Martí Anglada y se encuentra en la capital parisina. Según los datos de 2014, se encuentra en un espacio de 410 metros cuadrados y tiene un coste de 326.756 euros anuales. Cuenta además con un equipo de seis empleados.

En general, la Consejería de Exteriores no desgrana los gastos de las delegaciones una a una. Es el caso de la del Reino Unido e Irlanda, que también es de las más grandes, con seis trabajadores y dirigida por el técnico en electrónica industrial y antiguo miembro de organismos de la Generalitat Sergi Marcén. Su ubicación también es céntrica, pero el Gobierno autonómico no ha comunicado el coste del alquiler. La delegación de Estados Unidos, que también engloba Canadá y México, dirigida por el doctor en Filosofía Andrew Scott Davis desde 2008, cuenta con dos sedes: una en Nueva York (según los datos de 2014, instalada en un espacio de 392 metros cuadrados y por 371.994 euros) y otra en Washington (de la que no hay datos).

Todos los embajadores tienen el mismo salario: 84.920 euros. La delegación alemana está afincada en Berlín y la dirige la diseñadora gráfica vinculada a ERC Marie Kapretz desde 2016. Hace apenas dos meses, esta sede cambió de ubicación a una zona más céntrica de la que aún se desconocen los datos sobre gastos. La presencia institucional de Cataluña en Austria y Eslovenia también es compartida, y a su cargo está el experto en asesoría y comunicación Adam Casals Jorbá, colaborador del diario 'Ara'. Cuenta con un total de ocho empleados. El doctor en Ciencias Políticas Luca Bellizzi, vinculado a la antigua Convergència, dirige la delegación italiana, una sede con cuatro trabajadores. La isla de Cerdeña —en la que existe un enclave de habla catalana— cuenta con una subdelegación, ocupada por el filólogo Joan-Elies Adell Pitarch.

En la embajada de Portugal se encuentra el periodista Ramón Font, exsecretario de Comunicación del Govern y expresidente del Consejo del Audiovisual de Cataluña. La oficina recién abierta en Dinamarca está a cargo de la filóloga Francesca Guardiola, hermana del entrenador de fútbol Pep Guardiola, que tiene una amplia trayectoria en el sector público. El objetivo de esta delegación pasa por impulsar las relaciones bilaterales con todos los países nórdicos. Polonia ha sido otro de los territorios por los que ha apostado la Generalitat este año, abriendo una oficina propia que lidera la abogada Ewa Adela Cylwik.

Ginebra es de las últimas incorporaciones al amplio mapa de embajadas catalanas, desde la que se pretende impulsar las relaciones con instituciones internacionales como Naciones Unidas y está dirigida por el ex director general de Asuntos Europeos del Govern Manuel Manonelles. Todas ellas, a excepción de la representación ante la Unión Europea, echarán el cierre de inmediato.

La aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña aprobado por el Gobierno de Mariano Rajoy este viernes toca de lleno a todos aquellos entes que la Generalitat ha ido impulsando en los últimos años para exportar el 'procés' independentista, aunque con poco éxito y mucho gasto. Las llamadas "embajadas catalanas" quedarán cerradas a partir de ahora, solo con la excepción de la de Bruselas, oficina de representación permanente de España en la UE y con la que cuentan todas las regiones españolas por igual.

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