Cataluña se echa a la calle por el 155: "El Gobierno se ha cargado la democracia"
El Govern en pleno encabeza una protesta que en principio estaba convocada para pedir la libertad de Sánchez y Cuixart y que se convirtió en una muestra de rechazo a la aplicación del artículo
Esta vez tocaba manifestación de las serias. De aquellas que los organizadores aseguran que hay varios millones de personas. El anuncio del traslado al senado de la aplicación del artículo 155 por parte de Mariano Rajoy, el presidente del Gobierno, solo unas pocas horas antes, auguraba una protesta colosal. Pero la realidad rebajó bastante esas expectativas. Aunque participó muchísima gente, decenas de miles, y fue organizada con listados de muchos folios de personas responsables y pulseritas de colores identificativos de cada “líder” de grupo, a poco más de una manzana del escenario ya apenas quedaba nadie. La impresión es que el anuncio de la aplicación del polémico artículo pilló de sorpresa a los asistentes, que no suelen improvisar, y les costó salir de los eslóganes que prevían una concentración pidiendo la libertad de los líderes de ANC y Òmnium.
A veinte minutos del comienzo, el cruce donde se situaba el escenario y la plataforma para los fotógrafos ya estaba lleno. Al poco tiempo, estaba llenísimo. Tanto, que era casi imposible moverse. En un corrillo, los periodistas trataban de entrevistar a los políticos que pasaban por allí mientras la gente les recordaba eso de la prensa española, manipuladora y un señor sujetaba una estelada como telón de fondo de todos los planos. Los gritos contra el helicóptero policial, las peticiones de libertad de los “jordis” y, básicamente, los mismos cánticos que en pasadas protestas.
Como novedad propia de la aplicación del famoso artículo de la Constitución, un hombre llevaba una pancarta de cartón en la que se podía leer: “155, por el culo te la hinco”. El resto era lo habitual, aunque el nivel de crispación de algunos individuos era mucho mayor: “¡Esto ya es demasiado, se han pasado!”, comentaba un hombre fuera de sí. Sin embargo, el tono general era tranquilo, los niños se encaramaban a los hombros de sus padres y las personas mayores estaban más que representadas. "Somos pacíficos, pero no nos vamos a dejar pisotear", insistía muy seria una mujer de mediana edad.
Al concluir la marcha, se leyó desde la megafonía los nombres de todas las asociaciones participantes por orden alfabético, una tarea que duró bastantes minutos. Los asistentes lanzaban un grito afirmativo cuando se decía cada nombre, aunque el tono subió muchos decibelios cuando les correspondió el turno a ANC y Òmnium.
Por su parte, Marcel Mauri, el presidente de Òmnium mientras Jordi Cuixart esté en prisión, ha asegurado que “la represión y la violencia son un gran error”. En cuanto a la aplicación del artículo 155 "hoy es un día muy triste para Cataluña y para España". "Amigos de toda España, escuchadnos", ha pedido en castellano. "Con el golpe de hoy el Gobierno no suspenden los derechos civiles de Cataluña, se ha cargado la democracia en España". Y en inglés pide "Help Catalonia. Save Spain. Save Europa!" El manifiesto final lo leyó la actriz Lloll Bertran. "No es aceptable encausar y llevar a prisión a dos personas por llamar pacíficamente a la movilización", ha asegurado, y ha pedido que acabe la aplicación indiscriminada e injustificada del Código Penal".
Por los alrededores también había grupos de los CDR y algunos jóvenes más enervados. Aunque, en general, el tono fue bastante tranquilo, hasta el punto de que los vendedores de origen paquistaní ofrecían “banderas, banderas” entre la multitud.
Esta vez tocaba manifestación de las serias. De aquellas que los organizadores aseguran que hay varios millones de personas. El anuncio del traslado al senado de la aplicación del artículo 155 por parte de Mariano Rajoy, el presidente del Gobierno, solo unas pocas horas antes, auguraba una protesta colosal. Pero la realidad rebajó bastante esas expectativas. Aunque participó muchísima gente, decenas de miles, y fue organizada con listados de muchos folios de personas responsables y pulseritas de colores identificativos de cada “líder” de grupo, a poco más de una manzana del escenario ya apenas quedaba nadie. La impresión es que el anuncio de la aplicación del polémico artículo pilló de sorpresa a los asistentes, que no suelen improvisar, y les costó salir de los eslóganes que prevían una concentración pidiendo la libertad de los líderes de ANC y Òmnium.