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El separatismo acorrala a los alcaldes del PSC con mociones de censura y protestas
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El separatismo acorrala a los alcaldes del PSC con mociones de censura y protestas

Los partidos partidarios a la independencia están retirando su apoyo en los municipios gobernados por el PSC. El alcalde de Lleida, Àngel Ros, se mantiene tras el pleno más tenso

Foto: Una veintena de vecinos reprueban al alcalde de Lleida en el pleno de septiembre. (D.B.)
Una veintena de vecinos reprueban al alcalde de Lleida en el pleno de septiembre. (D.B.)

Las alcaldías en manos del PSC están sufriendo mociones de censura y el castigo de los partidos a favor de la independencia en todo el territorio catalán. El PDeCAT y ERC han roto en las últimas horas pactos de gobierno en al menos una decena de municipios, entre ellos algunos de poblaciones tan grandes como Mataró, donde los convergentes anunciaron ayer que abandonan el gobierno municipal. Ahora amenazan con una moción de censura al considerar que su alcalde, David Bote, no ha condenado con firmeza la operación policial de la Guardia Civil y la Policía Nacional el 1-O.

El ayuntamiento de Lleida también ha escenificado hoy la ruptura social y política, aunque su alcalde, Àngel Ros, ha salvado la moción que pretendía derribarlo por un voto. La oposición en pleno (PDeCAT, ERC-Avancem, la Crida-CUP y En Comú de Lleida) pedía su “dimisión inmediata” por la gestión de los hechos del 1 de octubre. La propuesta ha sido desestimada por un solo voto (14 en contra, los de PSC, Ciudadanos y PP, y 13 a favor de toda la oposición). Ros es el alcalde catalán de más entidad en posicionarse en contra del ‘procés’ y hoy, durante el pleno, ha advertido de la catástrofe social y económica que, considera, produciría la independencia.

En medio de un ambiente muy caldeado en la sala, abarrotada de vecinos que se dividían entre quienes acudieron a abuchear a Ros y los que lo hicieron para darle su apoyo, el alcalde de Lleida acusó a los concejales de la oposición y, por extensión, a los partidos del Govern catalán, de ser “unos fanáticos a quienes la realidad no les interesa”. “¿Y cuál es la realidad?”, prosiguió Ros. “La realidad es que Cataluña pierde a sus dos bancos, se van las empresas, se marcha el capital, las nuevas cuentas y movimientos asociados se están haciendo hoy en Fraga y Vinaroz, vayan a ver, hay colas de catalanes abriendo una cuenta”.

placeholder El pleno del Ayuntamiento de Lleida (D.B)
El pleno del Ayuntamiento de Lleida (D.B)

Torpedo contra la economía

Antes de iniciar el pleno, el alcalde de Lleida calificó el ’procés’ de "torpedo a la línea de flotación" de la economía catalana. “La crisis se está comenzando a notar en familias, en las empresas, incidirá sobre la ocupación, sobre proyectos internacionales en los que competía nuestro país [en referencia a Cataluña], la marcha de empresas del sector farmacéutico, del sector biomédico hay una profunda crisis social que incidirá sin duda en una crisis económica".

Foto: El alcalde de Lleida, Ángel Ros, durante el pleno municipal de este viernes. (D.B.)

La oposición considera intolerable que Ros no saliera el 1 de octubre a impedir la actuación de Policía Nacional y Guardia Civil, tal como hiciera la alcaldesa socialista de L’Hospitalet, Núria Marín. “Muchos sentimos vergüenza del alcalde y no lo olvidaremos nunca. Con su gestión nefasta del domingo, y la del lunes cuando cargó contra los Mossos d’Esquadra y acusó a los ciudadanos de irresponsables por usar niños, siento vergüenza. Le pido que pida perdón a la ciudadanía, a aquellos a quienes pegaron, y que se vaya”, lanzó Toni Postius (PDeCAT), líder de la oposición y aspirante a tomar el bastón de mando de haber prosperado la moción.

Bilis y odio

El peso ideológico de la audiencia se decantó visiblemente hacia el lado independentista. Durante los parlamentos de los cuatro partidos de la oposición, la sala permaneció en silencio. Sin embargo, hubo abucheos y gritos aislados cuando inició el turno de palabra la líder de Ciudadanos, Ángeles Ribes, que acusó a los partidos del Govern y las entidades ANC y Òmnium Cultural de “destilar bilis y odio”. “Ustedes que se declaran pacíficos nos señalan por no pensar como utedes. Lo suyo no es cinismo, es más peligroso. A quienes no pensamos como ustedes nos han llamado fascistas, traidores (“¡es lo que sois!”, irrumpió una vecina). Este movimiento pacífico se retrata hoy aquí, no dejando hablar a los que pensamos diferente”.

La enorme tensión política y social que vive Cataluña se está reflejando antes que en ninguna otra institución en los ayuntamientos, que, como en Lleida, derivan en enfrentamientos entre concejales muy agrios y una polarización vecinal muy preocupante. “Por favor, pido sentido comun o esto acabará mal. Deseo que recuperemos esos valores, que no se hagan cosas irreversivbles y que las decisiones se tomen en una mesa pensando dentro del marco legal y el concepto de estado de derecho”. En Lleida (140.000 habitantes) el PSC gobierna con el respaldo de Ciudadanos, si bien toda la oposición suma solo un concejal menos (13 en total) que el núcleo constitucionalista que forman PSC, Ciudadanos y PP.

Escenas parecidas se han repetido en las últimas horas en lugares como Blanes (Girona) o Palau-Solità i Plegamans (Barcelona), donde decenas de personas acudieron al pleno con pancartas en las que acusaban a los socialistas de “traidores” y de “cómplices”. "Estuvieron acosando a los contrarios a la independencia durante todo el pleno, el ambiente es muy complicado", explica uno de los presentes. Los pactos están saltando por los aires en los municipios que habían sorteado la primera oleada de rupturas, la que se produjo cuando muchos alcaldes socialistas se negaron a colaborar con la celebración del referéndum y a abrir los colegios a las urnas una situación que se repitió en Mollet del Vallès, Pineda del Mar o Esplugues del Llobregat.

Las alcaldías en manos del PSC están sufriendo mociones de censura y el castigo de los partidos a favor de la independencia en todo el territorio catalán. El PDeCAT y ERC han roto en las últimas horas pactos de gobierno en al menos una decena de municipios, entre ellos algunos de poblaciones tan grandes como Mataró, donde los convergentes anunciaron ayer que abandonan el gobierno municipal. Ahora amenazan con una moción de censura al considerar que su alcalde, David Bote, no ha condenado con firmeza la operación policial de la Guardia Civil y la Policía Nacional el 1-O.

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