Jordi Turull (Junts Pel Sí) acusa al Rey de "despreciar al pueblo de Cataluña"

Continúan las reacciones a la decisión de Felipe VI de no recibir en audiencia a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell. Después de que ella misma asegurara este martes que hubiera sido una "buena oportunidad para intercambiar opiniones" y explicarle que Cataluña está "dispuesta a tirar hacia delante" con el 'procès', su compañero de partido de partido, Jordi Turull, ha ido más allá.

En declaraciones a RNE, el presidente del Grupo de Junts Pel Sí en el Parlament ha acusado al Rey de "despreciar al pueblo de Cataluña" por no recibir a Forcadell para que le comunicase en persona la investidura de Carles Puigdemont como nuevo presidente de la Generalitat. "Ayer vivimos un episodio, incluso por parte del Rey, de desprecio al Parlament, aun sabiendo que despreciando al Parlament se está despreciando al pueblo de Cataluña", ha dicho.

"No se pueden hacer gestos como éste"

Turull se ha preguntado cuál es el papel del jefe del Estado y ha opinado que, en una situación como la que se vive en Cataluña, con constantes apelaciones al diálogo, "no se pueden hacer gestos como éste". "En todo este episodio de Cataluña el jefe del Estado, el de ahora y el de antes, podían haber tenido un papel como mínimo un poquito más activo", ha añadido.

El parlamentario de CDC ha diferenciado la decisión de Zarzuela de este lunes -la Casa del Rey pidió al Parlament que le comunicase la investidura por escrito- de lo sucedido en 2012, cuando Juan Carlos I conoció también por escrito la investidura de Artur Mas porque se encontraba convaleciente de una operación, situación que Turull ha dicho respetar "absolutamente".

En todo caso, ha concluido que no se debe dar más trascendencia a las formas, que el Parlamento y el Gobierno de Cataluña tienen un mandato que llevar adelante y que por su parte seguirán intentando hacerlo con diálogo. De hecho, ha restado importancia a la simbología con la que tome posesión Puigdemont, y a si lo hará o no con la Constitución, porque en su opinión lo importante será su discurso.

Dialogar el 'cómo' y el 'qué'

Turull ha incidido en que los partidos independentistas quieren lograr su objetivo mediante el diálogo y en que son las instituciones del Estado quienes no tienen ningún interés en dialogar. No obstante, ha acotado cuál sería el marco de ese diálogo: "Nos gustaría dialogar sobre el 'cómo'; el 'qué' lo ha dicho el pueblo de Cataluña".

Además, ha asegurado que las instituciones catalanas han dado todo sus pasos "en base a la legalidad, ya sea la catalana, que si existe es porque es legal", o a la española. Es más, ha reconocido que "la legalidad es sólo una" -una legalidad de bases española, de carácter general, y una catalana por delegación de competencias- y ha dicho que la Generalitat siempre aplica y va a aplicar la legalidad existente porque "el objetivo es que las cosas se hagan bien y haya estabilidad".

Sin embargo, ha distinguido "la legalidad" de la posición del Tribunal Constitucional en lo relativo a Cataluña, porque "como ha dicho algún padre de la Constitución, no tiene prestigio" y hace lo que le pide la Moncloa, como un auténtico "un servicio de mayordomía". "Sabemos que va a seguir así", ha lamentado. Así, ha lamentado que en la situación actual las instituciones españolas no respeten siquiera las competencias de la Generalitat, por ejemplo en lo relativo a los horarios comerciales.

No quiere a Rajoy en La Moncloa

Por último, preguntado sobre si prefiere en la Moncloa al actual presidente en funciones, Mariano Rajoy, o al socialista Pedro Sánchez, ha replicado: "Seguro que no preferimos a Mariano Rajoy".

No obstante, ha añadido que eso no implica apoyar a Sánchez, porque los dos dicen lo mismo "cuando se trata de las ambiciones de Cataluña", aunque uno lo diga "de una manera más amable" y a uno se le conozca "por los hechos y al otro no". "Tampoco es una preferencia especial", ha asegurado.

En todo caso, ha afirmado que sus diputados en Madrid no decidirán únicamente "por fastidiar" y ha hecho hincapié en que Cataluña está "en otra pantalla", en un proceso que terminará "como decidan los ciudadanos en las urnas, no los tribunales".