La obra faraónica que enfrenta a los dos últimos alcaldes de Valladolid (aunque Puente tendrá la última palabra)

Es una de las conversaciones que nunca pasa de moda en Valladolid: soterramiento sí o soterramiento no. Y no porque los vallisoletanos se decanten por una opción u otra, sino por la posibilidad de que se lleve a cabo una de las demandas históricas de la ciudad del Pisuerga y que sus habitantes llevan reclamando desde hace años y que, ahora, enfrenta a dos de los líderes políticos de más peso en la ciudad y que, curiosamente, más tienen que decir al respecto: el alcalde actual, Jesús Julio Carnero (PP) y el ministro de Transportes y exalcalde, Óscar Puente (PSOE).

Las vías del tren dividen Valladolid en dos, dificultando así no solo el tráfico, sino la vida de una ciudad que ha ido creciendo a un lado y al otro del tren. Este ha sido, al igual que el río Pisuerga, uno de los elementos que han decidido su desarrollo. La petición de soterrar las vías no es nueva, pero ha vuelto a estar de actualidad después de que Carnero prometiese el pasado mes de mayo, en plena campaña electoral, que si ganaba la alcaldía lo llevaría a cabo.

Finalmente, fue elegido regidor y para hacer valer su promesa ha retomado un proyecto que estaba parado y que se considera como fallido después de llevar sobre la mesa más de veinte años. Por la Plaza Mayor de Valladolid han pasado diferentes alcaldes y ninguno ha logrado hacer realidad lo que el Partido Popular considera “una oportunidad única para transformar la historia de la ciudad”.

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La plataforma ciudadana Soterramiento Ferrocarril Valladolid lleva años manifestándose para lograr que se acabe con la, a su juicio, desigualdad social que esta barrera física genera. Un sueño roto al que Óscar Puente, quien fuera alcalde de la ciudad, ha puesto cifras tras presentar el estudio íntegro Valladolid integración vs soterramiento: un coste de 1.570 millones y 19 años de obras.

Una opción descartada por el actual ministro de Transportes, quien ha asegurado que no se trata de una "voluntad política", sino de "índole económica". El anterior dirigente local asegura, a través de sus manifestaciones públicas, que es una "irresponsabilidad" prometer este proyecto sin antes haber visto si era posible.

De esta forma, Puente insistió en que el soterramiento no es una posibilidad que pueda elegirse en este momento, sino que lo que ahora puede decidir Valladolid es si continúa con la integración prevista por la Sociedad Valladolid Alta Velocidad 2003 S.A. o frenar este proyecto y disolver este organismo que fue creado en 2003 y que está formado por el Ministerio de Fomento, cuya participación se distribuye en 30% para ADIF Alta Velocidad, 7,5% para ADIF y 12,5% para Renfe Operadora, 25% para la Junta de Castilla y León y el 25% para el Ayuntamiento de Valladolid.

Ante este estudio presentado por Adif, Carnero replicó a través de una carta al ministro de Transportes. Le requirió que le enviara “por escrito toda la documentación e informes que hayan servido de base para su elaboración, memoria económica detallada y detalle de los plazos de ejecución sobre la que se ha apoyado ADIF para elaborar las conclusiones expuestas en el powerpoint que mostraron. También le solicitamos al presidente de la Sociedad VAV, la relación de los 10 expertos en túneles y la de los 10 arquitectos que han participado en su elaboración".

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El ministro ha pedido públicamente al Ayuntamiento que dirige Carnero que deje de "marear la perdiz", ya que la opción del soterramiento “no existe”. Puente defiende la integración en superficie, que ya está en marcha, frente al soterramiento, puesto que indicó tiene un coste "muy inferior" y unos plazos más cortos. Estaríamos hablando de una previsión de seis años frente a los 19 de un posible soterramiento. En todo momento, el ministro de Transportes ha querido marcar diferencias entre la actuación de Valladolid y otras que se acometen en España, donde señaló que solo se llevarán a cabo las que sean necesarias.

"Gobierno vs. Ayuntamiento"

El alcalde de Valladolid insiste en que el proyecto "técnicamente es posible" y llama a la "voluntad política" para acometerlo. Así lo ha defendido en el pleno extraordinario que se ha celebrado este lunes en el Ayuntamiento de Valladolid, donde se ha vuelto a debatir este eterno dilema durante algo más de cuatro horas y media.

"No hay inviabilidad técnica. Hay complejidad, pero ¿dónde no la hay? Oyendo a las entidades y asociaciones que han hablado, estoy más convencido aún del soterramiento”, sostuvo Carnero a la vez que Irene Carvajal, primera teniente de alcalde y miembro de Vox, afirmaba que "es cuestión de pura voluntad política, Valladolid dijo sí al soterramiento de las vías del tren".

Por el contrario, Pedro Herrero, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Valladolid, contraatacó recordando que "el PP renunció al soterramiento en 2017, con el 75% de los votos del Consejo de Administración, con Gobierno y Junta, en sus manos"; mientras que Rocío Anguita, de Valladolid Toma la Palabra, preguntó por "¿cuál es su proyecto de soterramiento, ¿cuánto cuesta, a cuánto ascendería la factura para este Ayuntamiento? La respuesta es ninguna".

A este Salón de Plenos del Ayuntamiento de Valladolid han acudido hasta dieciséis asociaciones y agrupaciones vecinales y empresariales que han exigido, excepto una, la realización del soterramiento de las vías del tren como un proyecto de ciudad y han pedido la unidad política de todos los grupos políticos representados en el ayuntamiento para aprovechar esta oportunidad sosteniendo que es lo mejor para la ciudad.

Fuentes municipales insistieron, tras acabar el pleno, que se trata de un tema meramente político, "del Gobierno socialista contra el Ayuntamiento popular", y que el soterramiento es un proyecto técnicamente viable. También consideran que el informe puesto sobre la mesa es completamente partidista y por eso han solicitado la elaboración de un segundo estudio.