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El soterramiento del tren de Valladolid: ¿un proyecto enterrado para siempre?
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PSOE Y PP, DOS MANERAS DE VER LA CIUDAD

El soterramiento del tren de Valladolid: ¿un proyecto enterrado para siempre?

En las próximas semanas, el histórico plan para soterrar el ferrocarril de Valladolid podría quedar enterrado para siempre: PSOE y PP tienen visiones distintas sobre qué hacer

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Esta semana puede ser fundamental para la historia de Valladolid. Después de más de cuatro décadas de decisiones políticas sobre qué hacer con el trazado del ferrocarril, el próximo 6 de abril puede ser el primer día en el que se tome la decisión definitiva sobre qué hacer con el proyecto. Y es que después de muchos años detrás de la idea del soterramiento tanto del trazado viario como de la estación, todo apunta a que esa idea quedará paralizada de por vida y que se llevarán a cabo soluciones a nivel de calle para integrar el tren en la ciudad. Pero no todo el mundo lo ve con bueno ojos. La polémica está servida.

Sería a comienzos de los años 80 cuando Valladolid empezó a encontrarse con un grave problema con su ferrocarril. Con la expansión urbana y atravesando la ciudad de norte a sur, el tren se convertía en una barrera que partía la ciudad en dos partes que, a falta de buenas infraestructuras que las comunicaran, las dejaban prácticamente aisladas la una de la otra. Sería en ese momento cuando empezaron a buscarse soluciones, siendo la que más gustaba el soterramiento del tren... pero desde entonces, el proyecto no tomaría peso hasta 2002, momento en el que se puso en marcha la idea definitiva para acabar con el problema.

La creación de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad (SVAV) en esa fecha sería el inicio del cambio de la ciudad. El Plan Rogers preveía el soterramiento total del ferrocarril, así como la estación de tren y, a través de la venta de los terrenos de los talleres que quedarían liberados se financiaría el proyecto. Este se inició, se realizaron las obras de la Variante Este de la ciudad, los nuevos talleres -que no se han podido poner en marcha por falta de maquinaria- y el soterramiento de la parte de El Pinar... pero la crisis acabó con el proyecto. La falta de recursos paralizó la continuación del mayor proyecto a nivel de infraestructura de la ciudad.

Este fue el inicio del fin del deseado soterramiento del ferrocarril: "Estas obras provocaron que se acumularán 404 millones de euros de deuda. Había un primer vencimiento del préstamo en 2016 por valor de 125 millones y un segundo vencimiento a comienzos de 2017 de 75 millones. En total, 200 millones, casi la mitad del proyecto, que no se han podido pagar porque no había con qué hacerlos frente", confiesa Óscar Puente, alcalde de Valladolid -gobernado por el tripartito PSOE, Valladolid toma la palabra y Sí se puede-, en conversación con El Confidencial. El consistorio buscó soluciones para tratar de continuar con el proyecto, pero nunca llegaron a producirse, lo que les abocó a "tener que abandonarlo".

La SVAV está participada al 50% por Fomento -de la mano de Adif y Renfe-, un 25% por la Junta de Castilla y León y otro 25% por el Ayuntamiento de Valladolid. Con esta en preconcurso de acreedores y ante la imposibilidad de la ciudad de hacer frente a los gastos, se llegó a un principio de acuerdo: "Renfe y Adif pondrían ese dinero, que lo recobrarían tras la venta del suelo. Sin embargo, poco después, el Ministerio nos aseguró que no podía hacer frente a ese gasto", señala Puente, por lo que llegó el momento de tomar otras decisiones: el soterramiento, valga la redundancia, quedaría enterrado de por vida. ¿Qué se podía hacer entonces?

"Era inviable continuar, pues ya se debían 404 millones de euros y lo que quedaba pendiente de construir costaría unos 1.007 millones... y nuestro presupuesto anual en el Ayuntamiento es de 25 millones", confiesa Puente. Así, dos soluciones se plantearon: un soterramiento parcial o integrar el ferrocarril en superficie. Pero la primera idea también era inviable: "El gran problema no sólo era económico, con un coste de más de 300 millones, sino que sólo se soterrarían las vías y no la estación. Los trenes de alta velocidad sólo pueden tener una pendiente del 2% en sus vías y para alcanzar la estación habría que salvar un desnivel de 15 grados (casi un 30% de pendiente), por lo que en entrada y salida habría mucha vía que no podría ser soterrada para alcanzar los niveles correctos", reconoce.

Era inviable continuar, ya se debían 404 millones de euros y lo que quedaba pendiente de construir costaría unos 1.007 millones

Así, Puente confiesa que la idea que el consistorio quiere sacar adelante, la que se ajusta más a las necesidades de la ciudad y a las obligaciones económicas, es la integración en superficie: "Es un proyecto por el que se construirán más pasos peatonales y para vehículos, tanto elevados como subterráneos. Su coste es de unos 78 millones de euros, por lo que si negociamos un pago a 7 años, a razón de unos 10 millones anuales, sí se puede hacer frente", confiesa el alcalde de Valladolid. Sin embargo, la oposición, la más fiel defensora del proyecto de soterramiento, no considera que el abandono del mismo sea una decisión correcta.

"El Ayuntamiento no ha peleado lo suficiente"

El Partido Popular no entiende por qué el Ayuntamiento ha decidido renunciar a un proyecto que lleva tantos años en marcha y cuyo fin no era otro más que conseguir por fin que la ciudad no se viera separada físicamente en dos mitades. Para evitar que el 6 de abril se tome una decisión irrevocable, que podría acabar con la paralización definitiva del proyecto, el PP ha hecho público un folleto informativo en el que ofrece información sobre la manera en la que podría continuarse con el soterramiento, para terminar definitivamente de renovar la ciudad a nivel de superficie.

"No hay que olvidar que, en su momento, el proyecto fue fruto del consenso municipal pero, ahora, el Ayuntamiento ha decidido, nunca mejor dicho, bajarse del tren del soterramiento. El problema es que la gran mayoría de vecinos están en contra de la solución que se quiere tomar", confiesa a El Confidencial José Antonio Martínez Bermejo, portavoz del grupo popular en el Ayuntamiento de Valladolid. "Ellos llaman el proyecto 'integración en superficie', pero nosotros lo llamamos 'túneles y pasarelas'. Y es que creemos que no es una solución, porque ya la hay y no funciona, por mucho que ahora se le quiera lavar la cara", asegura.

Para Martínez Bermejo, el gran problema es que desde el consistorio no se ha hecho lo suficiente por mantener con vida el proyecto, sino que incluso han sido los encargados de abrir la puerta al abandono del mismo. "No han peleado lo suficiente. En noviembre de 2002, se firmó el acuerdo y, entonces, 28 de 29 concejales estuvieron de acuerdo -salvo uno de IU, que se abstuvo-. Quien debe tener la postura clara es el Ayuntamiento: si ellos no defienden la idea, le facilitan la labor a Fomento. Y por cuestiones económicas no es, porque haciendo una inversión a 20 años es viable, no sería ni el 3% del presupuesto", afirman desde el PP.

El grupo popular entiende que la decisión se ha tomado "sólo teniendo en cuenta el corto plazo", pero que no será beneficioso para la ciudad. No sólo por ser una solución "que ya existe y no arregla nada", sino por poner más trabas a los ciudadanos: "Resulta que hemos estado retirando bordillos y creando zonas de accesibilidad para personas con movilidad reducida, y ahora van a construir más túneles y pasarelas. Además, nadie te quita el miedo de pasar caminando a las 10 de la noche por un subterráneo", afirma Martínez Bermejo, quien defiende las propuestas de su partido para continuar con el soterramiento.

Será el próximo 6 de abril cuando se pueda tener una decisión definitiva sobre el proyecto definitivo que se llevará a cabo en Valladolid, si bien es cierto que podría haber "problemas legales", en palabras del Ayuntamiento, para suscribir el pacto, al tenerse que cambiar un texto con mucha dificultad. Sea como fuere, todo apunta a que la decisión definitiva acabará con el soterramiento definitivo para crear una serie de estructuras que consigan integrar el ferrocarril en la ciudad. Así, se acabaría uno de los proyectos más importantes de la historia de la ciudad, muriendo para siempre la idea de un tren subterráneo que deje de partir a Valladolid en dos.

Esta semana puede ser fundamental para la historia de Valladolid. Después de más de cuatro décadas de decisiones políticas sobre qué hacer con el trazado del ferrocarril, el próximo 6 de abril puede ser el primer día en el que se tome la decisión definitiva sobre qué hacer con el proyecto. Y es que después de muchos años detrás de la idea del soterramiento tanto del trazado viario como de la estación, todo apunta a que esa idea quedará paralizada de por vida y que se llevarán a cabo soluciones a nivel de calle para integrar el tren en la ciudad. Pero no todo el mundo lo ve con bueno ojos. La polémica está servida.

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