La joya de Doñana por la que Juanma Moreno apuesta para regenerar el parque natural

7.200 hectáreas de marisma a un tiro de piedra de Doñana que hacen de reservorio para la fauna de un espacio cada vez más amenazado. Esa es una de las soluciones que ideó el Gobierno andaluz para reducir la presión sobre el humedal que se reparten Huelva y, en menor medida, Sevilla y Cádiz. Se trata de la compra de la finca Veta La Palma, en la localidad sevillana de La Puebla del Río, donde anidan los icónicos flamencos y hasta donde se ha ido este miércoles el presidente de la Junta, Juanma Moreno, para analizar su estado tras las lluvias que llenaron las lagunas del espacio natural el pasado mes de marzo. La operación costó 72 millones de euros a las arcas autonómicas, pero el Ejecutivo que dirige el barón popular lo calificó como "el mayor hito ambiental" en el parque en casi medio siglo.

La Veta La Palma estaba en manos privadas hasta finales del pasado año y permitirá la ampliación de Doñana hasta en un 14% después de cambiar su uso. Hasta ahora, parte de la finca servía para la cría de pescado en piscifactorías, pero su destino iba a cambiar por el cierre de esta industria. De forma colateral, se acabaría con un refugio para el 60% de las aves que pasan por el parque para anidar. Los animales aprovechaban las piscinas artificiales, ya que en las lagunas naturales cada vez hay menos agua por el doble efecto de la sequía y la explotación de los acuíferos que hay bajo el humedal.

La compra de este terreno fue la respuesta que Juanma Moreno dio el pasado septiembre al huracán que se cierne sobre Doñana desde hace ya casi tres años. Fue entonces cuando el PP, en alianza con Ciudadanos y Vox, registró una ley que abría la puerta a ampliar los regadíos en el entorno del parque natural. La respuesta fue formidable, ya no solo en Andalucía, sino que generó un sonoro conflicto. Frente a las intenciones de la mayoría que gobernaba entonces la comunidad se puso la oposición autonómica, pero también el Gobierno central, con Teresa Ribera a la cabeza, e incluso la Comisión Europea.

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Doñana está siempre bajo la lupa de Bruselas, sobre todo desde que en 2021 el Tribunal de Justicia de la Unión Europea condenó a España por incumplir varias directivas ambientales en relación con la mala conservación del parque. La presión de la UE fue clave en el cambio de postura del Gobierno andaluz, a pesar de la insistencia de los agricultores y de Vox. Finalmente, Moreno llegó a un acuerdo con Ribera y ambos han paseado ya en un par de ocasiones por las marismas de Doñana para dar cuenta de su entente. El Ejecutivo central aportó una lluvia de 300 millones para cambiar el uso de los suelos agrícolas y el PP congeló la ley que estuvo a punto de aprobarse en el Parlamento autonómico.

Y ahora llega la ampliación por el noroeste del humedal más importante de España. Casi dos tercios del dinero que la Junta ha puesto encima de la mesa para comprar la finca Veta La Palma procede de fondos europeos, pero 25,9 millones proceden de fondos propios. Además de las zonas inundadas para el uso de piscifactorías, el terreno tiene un área plagada de caños donde se alimentan las 300.000 aves acuáticas que puede albergar, sobre todo en los meses menos lluviosos. Además, la finca está conectada al Guadalquivir por el conocido como Brazo de la Torre.