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"He tenido persecuciones en las que dejé que se fueran porque nos íbamos a matar todos"
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TRÁGICO SUCESO EN BARBATE

"He tenido persecuciones en las que dejé que se fueran porque nos íbamos a matar todos"

Un agente que durante años luchó contra el narco en el mar explica el riesgo de una persecución y la evolución de los patrones de las 'gomas'. Ahora "son quinquis", dice, para reconocer que "ni te planteas disparar a un motor". "Te buscas la ruina"

Foto: Imagen de archivo de la colisión de una narcolancha con una embarcación de la Guardia Civil. (Jucil)
Imagen de archivo de la colisión de una narcolancha con una embarcación de la Guardia Civil. (Jucil)
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Este testimonio que van a leer es el de un hombre que durante años ha perseguido al narco en el litoral sur del país. Que sabe lo que es jugarse el pellejo sobre el agua a velocidades de vértigo. Y que sintió el miedo de estar a la deriva tras un accidente con una goma. "Tengo el cuerpo malo desde el viernes", confiesa en referencia al ataque de una narcolancha que pasó por encima de una zodiac ocupada por seis guardias civiles en Barbate (Cádiz). Dos de ellos, murieron como consecuencia del brutal impacto. Un tercero, permanece hospitalizado. Un suceso que ha vuelto a sacudir a la zona del Campo de Gibraltar. La puerta sur de la entrada de la droga a Europa y escenario de una lucha que ya se ha cobrado la vida de muchos agentes.

El agente relata que durante una persecución para interceptar una narcolancha "tienes que adentrarte en una situación de riesgo controlado". "Riesgo para la embarcación, para tus compañeros y para tu integridad", por eso hay que "buscar el equilibrio entre culminar la actuación y saber cuándo dejarlo".

"He tenido persecuciones en las que se me ha cruzado varias veces la goma y en las que decidí parar el barco y dejar que se fuesen porque nos íbamos a matar todos". "Tiene que imperar el sentido común, buscar la máxima eficiencia dentro de unos márgenes de seguridad", apunta este experto, que señala que cuentan con "medios limitados" que deben preservar. "Porque nuestra embarcación, a lo mejor, al día siguiente, es necesaria para rescatar a una persona en la playa". Y eso no sería posible si está averiada.

Esta falta de medios, que han denunciado reiteradamente las asociaciones de la Guardia Civil poniendo el foco en la situación del Servicio Marítimo, contrasta con el despliegue de los narcotraficantes, que tripulan auténticos Fórmula 1 del mar.

Foto: El helicóptero en el que viajaba el agente del SVA, tras ser rescatado del mar. (EFE)

Las lanchas semirrígidas que manejan van equipadas, "no ya con motores fuera borda de 300 caballos, sino de 350 y de 425". "Eso permite a una embarcación de 15 metros de eslora mantener una velocidad superior a los 50 nudos, que son 100 kilómetros por hora, cargada con 2.000 o 3.000 kilos de hachís".

"Contra eso es difícil luchar, no hay forma de pararla. Lo que esperas es que le falle un motor, que lleve poco combustible…", reconoce el agente, que explica a El Confidencial que "ni te planteas disparar a un motor". "Porque dos metros delante van personas. Narcotraficantes, pero personas. Y si le das a uno te buscas la ruina para toda la vida".

Es algo extendido entre miembros del Instituto Armado, del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) y de las unidades de élite que realizan abordajes en alta mar. Y lo expresa alguien que acabó en el hospital tras un "incidente grave" con una goma y que pasó varias horas a la deriva junto a su tripulación.

A los mandos de las narcolanchas se ponen, hoy en día, se ponen "delincuentes sin coherencia y con antecedentes"

El paso de los años le ha permitido observar una evolución negativa en los patrones de las narcolanchas. "El profesional, el que tiene caché, siempre evita el incidente", pero en los últimos tiempos están manejando las embarcaciones "quinquis". "Delincuentes sin coherencia y con antecedentes", los retrata.

Y lo cierto es que la descripción encaja a la perfección con los la mayoría de los ocho detenidos por la agresión del viernes en el interior del puerto de Barbate. Muchos de ellos habían sido arrestados previamente por tráfico de drogas, atentado a agente de la autoridad, lesiones, delitos contra el patrimonio…

Foto: Agentes que están participando en el dispositivo. (EC)

"Los mejores patrones narcos que he conocido son de la barriada de El Príncipe" de Ceuta. "Con cojones y clase, muy buenos", remata esta fuente, que afirma que, actualmente, la lucha contra el tráfico de drogas en la frontera sur de España es desigual. "Para mí son emprendedores". Invierten en los mejor para lograr su objetivo. Y parece que van ganando.

Este testimonio que van a leer es el de un hombre que durante años ha perseguido al narco en el litoral sur del país. Que sabe lo que es jugarse el pellejo sobre el agua a velocidades de vértigo. Y que sintió el miedo de estar a la deriva tras un accidente con una goma. "Tengo el cuerpo malo desde el viernes", confiesa en referencia al ataque de una narcolancha que pasó por encima de una zodiac ocupada por seis guardias civiles en Barbate (Cádiz). Dos de ellos, murieron como consecuencia del brutal impacto. Un tercero, permanece hospitalizado. Un suceso que ha vuelto a sacudir a la zona del Campo de Gibraltar. La puerta sur de la entrada de la droga a Europa y escenario de una lucha que ya se ha cobrado la vida de muchos agentes.

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