Andalucía autoriza con límites el hotel de la polémica en cabo de Gata

Visto bueno al hotel-boutique de la polémica en el Cabo de Gata. El Cortijo Chiqueras, herencia de una referente de la lucha contra el ladrillo en el Parque Natural, será reconvertido en un establecimiento hotelero con 30 habitaciones. El proyecto final ha pasado por varias modificaciones tras el filtro de la administración, que limitará su impacto ambiental. La Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul aprobó ayer de forma definitiva la Autorización Ambiental Unificada (AAU), que incluye algunas alegaciones asumidas durante la tramitación y, según defienden fuentes del Gobierno andaluz, posibilitará el proyecto más "sostenible" y "respetuoso con el medio ambiente" posible. El negocio turístico se ubicaría en el parque natural, a un kilómetro de la playa de Genoveses, y cuenta con el rechazo de los ecologistas.

El cortijo, dedicado desde 2012 a la celebración de bodas y otros eventos, era propiedad de Doña Pakyta, que durante años peleó contra la explotación urbanística en la zona. Empresaria pionera del turismo sostenible e Hija Predilecta de Andalucía, falleció en 2014 a los 103 años. Dos años más tarde, los herederos iniciaron los trámites para convertir el cortijo en un hotel que se situaría en pleno parque natural, lo que puso a los conservacionistas en contra. Con esta autorización y a falta de los permisos municipales, los sobrinos, a través de Grupo Playas y Cortijos S.L, podrán convertir las instalaciones en un alojamiento hotelero, aunque la administración autonómica le ha puesto condiciones. El proyecto inicial contemplaba levantar dos edificios más, pero finalmente todas las dependencias deberán construirse sobre el cortijo actual, que será rehabilitado. Los propietarios no podrán levantar nuevas construcciones y solo tendrán permiso para demoler dos zonas auxiliares, un almacén y un garaje.

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La playa de Genoveses es una de las zonas mejor conservadas del litoral andaluz, sin chiringuitos ni hoteles, y ya recibe a un gran número de visitantes cada año. La preocupación de los grupos ecologistas radica, entre otras cuestiones, en el impacto que podría tener la llegada de más turistas a este espacio de gran valor ambiental, sentando un precedente peligroso para el parque natural. El proyecto llegó a recibir más de 80.000 firmas en contra y la Junta ha modificado varias partes del mismo, en principio más ambicioso. Toda prevención es poca en una provincia como Almería, donde tras el fiasco de El Algarrobico hay una especial sensibilidad ante este tipo de iniciativas. El objetivo de la Junta es encontrar el equilibrio entre el "respeto al medioambiente" y el "desarrollo social y económico del territorio", una máxima que ya se está aplicando en la negociación con el Gobierno central por los regadíos de Doñana.

La Autorización Ambiental Unificada se aprobó de manera inicial a principios de 2022 y ahora recibe el visto bueno definitivo. La tramitación comenzó hace siete años, recibiendo un primer rechazo parcial de la Junta, que impidió ampliar la superficie edificable. Sin embargo, los promotores resituaron las unidades de alojamiento en las edificaciones ya existentes y ahora su proyecto podrá salir adelante con condiciones. Los terrenos se encuentran en el término municipal de Níjar (Almería), cuyo ayuntamiento deberá dar los últimos permisos: declarar la actuación como un proyecto "de interés público y social", de acuerdo a lo que se establece para transformaciones de uso en este espacio protegido, calificado como C1 en el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) de Cabo de Gata-Níjar. Hasta mayo el Consistorio estaba gobernado por el PSOE, que se había opuesto a nivel autonómico al proyecto. Tras las últimas elecciones, el alcalde es del PP.

La Junta cree que el proyecto es el "más ambiental" posible tras modificarlo

La autorización de la Junta contempla varios límites más al proyecto original. Los propietarios pretendían construir una nueva zona de aparcamientos, pero finalmente mantendrá las 70 plazas existentes a día de hoy para evitar un aumento del tráfico en la zona. Además, se establecen otros condicionantes medioambientales. Las infraestructuras de electricidad, aguas, depuración y comunicaciones llegarán desde la población de San José y se realizarán de forma soterrada, "apoyándose en el acceso existente" y "sin ninguna afección al terreno circundante", según la autorización aprobada.

También se instalarán 950 metros cuadrados de paneles solares como medida de autoabastecimiento y unas conducciones subterráneas de más de un kilómetro para llevar las aguas residuales hasta la red municipal del núcleo de San José, lejos del mar. Las obras que se van a realizar para el acondicionamiento de la cortijada no podrán suponer, en ningún caso, el sellado y cimentación del suelo de la parcela, ni la realización de desmontes, taludes o movimientos de tierra que se puedan consolidar en el tiempo, según el documento aprobado.

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Los ecologistas pretendían tumbar el proyecto, ubicado en una de las zonas mejor conservadas de Andalucía. Sin embargo, la Consejería ha ratificado que, tras las modificaciones, se ajusta a los planes de ordenación del parque natural. De esta forma, apuntan fuentes de la Junta, se pretende aprovechar la rehabilitación de un cortijo para exprimir "el potencial turístico del Parque" como "motor dinamizador y de diversificación de la economía local", así como un "instrumento para difundir la singularidad natural y cultural del espacio protegido". En cualquier caso, el visto bueno definitivo a las obras queda en manos del Ayuntamiento.