El olivar rechaza pagar el antiguo PER sin trabajar: "No encontramos jornaleros"

No hay jornaleros suficientes para cubrir la temporada de la aceituna en Andalucía, ni siquiera en la campaña que menos mano de obra necesita. Ese es el mensaje que traslada el sector del olivar, que espera un descenso de la producción de en torno al 40% respecto de la media de los últimos años por culpa de la sequía y, aun así, está encontrando dificultades para cubrir los puestos de trabajo en el inicio de la temporada.

"No sabemos qué es, pero algo está fallando cuando es imposible encontrar gente", resume Eduardo Martín, secretario general de Asaja-Sevilla, provincia donde la campaña de aceituna de mesa arrancó esta semana al ralentí. La falta de lluvias ha provocado que parte de la aceituna recogida no tenga la calidad suficiente. "Hay agricultores que han empezado y a los dos días tienen que dejarlo", resume el representante andaluz de la principal organización profesional agraria.

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El campo arrastra los problemas de mano de obra especializada desde hace años. Esta temporada, además, está encontrando dificultades añadidas con la mano de obra extranjera legalizada. Los trabajadores son conocedores de los problemas que provoca la sequía y prefieren buscar otras campañas de recolección más seguras en otras partes de España. "Si esto ocurre en esta cosecha, ¿qué va a pasar cuando haya una normal? ¿Cómo vamos a salvar esto?", se pregunta el portavoz de Asaja.

Ante las dificultades para cubrir la recolección, en el sector ha sorprendido la propuesta del PP de Jaén, que ha reclamado la eliminación del mínimo de peonadas necesarias para cobrar el subsidio agrario en las zonas más afectadas por la sequía. En los últimos años, se ha rebajado en varias ocasiones el mínimo de días de trabajo exigido por el Estado para cobrar esta ayuda, el antiguo PER, del que se benefician los trabajadores eventuales del campo andaluz y extremeño que no alcanzan los ingresos suficientes. Primero se bajó a 35, luego a 20 y finalmente a 10.

"La realidad demuestra que cuando llamas a la gente, no acude", dicen desde Asaja

El Gobierno andaluz se ha abierto a estudiar la propuesta para trasladarla al Ejecutivo central y su consejera de Empleo, Rocío Blanco, se ha mostrado a favor de la medida ante las "circunstancias excepcionales". "Hay que estudiarlo, pero apostaríamos por una reducción de esas jornadas reales para que se pueda acceder a esa prestación" sin trabajar, expuso la consejera en una visita reciente a Jaén, donde destacó que ya se había suprimido el mínimo en otras ocasiones.

Tanto los agricultores como los sindicatos han mostrado su rechazo frontal a la propuesta. Desde Asaja, consideran que tendría efectos en la búsqueda de empleo, desincentivando aún más la contratación. Además, recuerdan que hay varias provincias andaluzas sin posibilidad de traer contingentes de trabajadores extranjeros para la temporada porque existen demasiados demandantes de empleo agrario registrados en el paro. "La realidad demuestra que cuando llamas a la gente, no acude", valora Eduardo Martín.

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Por su parte, la secretaria general de CCOO en Andalucía, Nuria López, pidió "guardar en un cajón" la propuesta, "contradictoria con que los empresarios digan que hace falta mano de obra en este sector". "Este subsidio nutre a otras prestaciones a futuro —como las pensiones, para las que cotiza—, porque su raíz es el empleo. Si se desvincula del empleo, lo que está diciendo es que quiere suprimir este subsidio y está perjudicando a los trabajadores", explicó, antes de pedir a la Junta que "deje de hacer tantas demandas y de estar todo el día haciendo oposición al Gobierno de España".

En Jaén, una de las provincias más afectadas, la diputación provincial ha puesto en marcha un plan extraordinario de Empleo de más de 10 millones de euros para cubrir la merma de jornales en el campo y que los trabajadores de las zonas más afectadas puedan llegar al mínimo para acceder al subsidio. Además, la Junta de Andalucía ha pedido reconducir fondos europeos para destinarlos al sector del olivar, que se ha quedado fuera de las ayudas por la sequía y acumula pérdidas de entre el 60% y el 70% de la producción, según datos de la Coordinadora de Agricultores y Ganaderos (COAG).